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La crisis presupuestaria que enfrenta hoy el concejo municipal de San Bernandino propició la quiebra de esa ciudad y la convirtió en la tercera de California (oeste de Estados Unidos) que declara su falta de liquidez.
Esa administración acordó la víspera solicitar la protección de bancarrota porque tiene un díéficit de 45,8 millones de dólares y no puede pagar los salarios de los trabajadores públicos en los próximos tres meses.
San Bernardino siguió así los pasos de sus vecinas Stockton y Vallejo, que en las últimas semanas tambiíén aprobaron resoluciones similares ante la carencia de reservas para cubrir sus gastos.
El año pasado 13 ciudades, condados y otras entidades gubernamentales se declararon en bancarrota, lo cual se considera el nivel más alto en casi dos díécadas en el país.
Según varias encuestas, la cuestión económica es la principal preocupación de los estadounidenses.
Los problemas financieros se agravaron desde 2008 y varios analistas lo atribuyen a la política belicista del expresidente George W. Bush y a los excesivos gastos militares realizados bajo su mandato, principalmente tras los ataques contra las Torres Gemelas de Nueva York en septiembre de 2001.
Bajo el pretexto de combatir el terrorismo a nivel mundial, elí‚áexdignatario priorizó el desarrollo de las fuerzas armadas y convirtió al Pentágono en el principal suministrador de ayuda al exterior en materia de entrenamiento y despliegue de soldados.
Esas iniciativas estancaron el crecimiento del país y condujeron a drásticos recortes para disminuir el creciente díéficit fiscal.
La economía será un tema clave a la hora de escoger al próximo gobernante de Estados Unidos en los comicios del 6 de noviembre, cuando el actual jefe de Estado, Barack Obama, buscará la reelección frente al republicano Mitt Romney.