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Autor Tema: Los acreedores fuerzan al Ibex a vender activos para recortar su deuda de  (Leído 282 veces)

Eguzki

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No hay tregua. La deuda financiera neta sigue siendo un muro infranqueable para las empresas cotizadas. Tras duplicar su nivel entre 2005 y 2009, el endeudamiento agregado de las compañí­as no financieras se sitúa en los 305.000 millones de euros, 240.000 si nos ceñimos al Ibex. La caí­da de los beneficios ha elevado desde el 3,8% en 2010 hasta una media del 4,4% el ratio entre deuda y ebitda o resultado bruto de explotación.

Desde el viernes, tras el mayor desplome del Ibex desde mayo de 2010, la deuda financiera neta de las empresas supera ya su capitalización bursátil. De los 28 valores no financieros del Ibex, la deuda de un tercio de estas compañí­as –Sacyr, Abengoa, FCC, OHL, Acciona, ACS, Abertis, Gas Natural Telefónica e Iberdrola- es superior a 1,4 veces su valor en el parquíé.

Se trata de una metáfora perfecta del impacto que para la deuda del Estado tiene la subida de los tipos de interíés de los bonos. Los esfuerzos por reducir el díéficit quedan en saco roto porque la economí­a no avanza y el paí­s no puede pagar lo que debe. De la misma forma, la deuda de las empresas sigue creciendo a pesar de las ventas de activos y las agresivas estrategias de refinanciación de muchas de las grandes empresas españolas.

“Para los bancos, los riesgos empiezan a ser insoportables. Las últimas operaciones de Repsol y de ACS demuestran que las entidades financieras españolas ya no están por la labor de dar siempre la patada hacia adelante en las refinanciaciones”, aseguran en una entidad mediana española. ¿Quiíénes asumen los mayores riesgos?

Por ejemplo, sólo el sector constructor ha refinanciado deuda por valor de más de 7.000 millones de euros en menos de un año. El último ha sido FCC. Acaba de anunciar la refinanciación de 508 millones de euros en un príéstamo sindicado firmado con 16 entidades financieras y con una duración de tres años. El acuerdo completa la renegociación de otros 438 millones en marzo en una operación liderada por Santander en la que tambiíén participaron BBVA, CaixaBank y Bankia.

El grupo que preside Baldomero Falcones, que cerró el primer trimestre con una deuda financiera neta de 6.946 millones de euros, un 10,9% más que al cierre de 2011, tiene otras batallas pendientes. La más importante es refinanciar los 1.400 millones de deuda de su filial Cementos Portland, con fecha lí­mite el próximo 31 de julio. CaixaBank, Sabadell, Santander, Barclays y Pastor han prorrogado un críédito sindicado de 349 millones que vencí­a el pasado lunes a la espera de la renegociación total del apalancamiento del grupo.

La banca española da la espalda a ACS

En ACS, la actividad ha sido freníética. Ha refinanciado 600 millones de euros de su filial Urbaser, y otros  1.600 millones de deuda corporativa del grupo. Tras la venta del 3,7% en abril, ha acordado con Sociíétíé Gíéníérale (SG) la cesión de los derechos polí­ticos del 8,25% de la elíéctrica. El banco francíés, que ha colocado un 5% del capital de inmediato, asume todo el riesgo que deja un buen puñado de bancos liderado por BBVA.

La operación ha permitido al grupo que preside Florentino Píérez cancelar el críédito sindicado en el que participaban –además de BBVA-, Caja Madrid, ICO, Mediobanca, La Caixa, Natixis y la propia SG y firmar uno nuevo a tres años. 

Antes que ACS, Sacyr habí­a refinanciado el críédito que le permitió el asalto a Repsol. Para salvar los muebles, la petrolera  tuvo que comprar el 10% de su propio capital. Para mantener el otro 10%, el grupo que preside Manuel Manrique firmó un nuevo vencimiento a tres años. En el príéstamo del grupo está la críéme de la críéme de la banca nacional e internacional: Santander, Citibank, Credit Agricole, Bankia, ICO, Natixis, ING, RBS,  Sociíétíé Gíéníérale, BPI, BCP, Caixa Geral, BofA-Merrill Lynch, Dekabank y CAM.

En un escenario cada vez más complejo por la desaceleración de la actividad económica y el deterioro imparable de la marca España, el peso del endeudamiento está forzando a las empresas a buscar la soluciones más imaginativas posibles, como el alquiler por parte de Repsol de un 10% de Gas Natural para reforzar su liquidez, y a una ofensiva vendedora sin precedentes. Cuesta enajenar activos, porque en muchos casos la falta de financiación impide a los compradores pagar los generosos precios que las empresas piden.

Ofensiva vendedora

Ahí­ está el ejemplo de Telefónica, el gran transatlántico del Ibex 35 junto a Santander e Inditex. Ha vendido el 4,56% de China Unicom, acaba de seleccionar a JP Morgan y UBS para sacar a bolsa su división alemana 02 y baraja todas las alternativas posibles para vender su filial de call center Atento, cuyo intento de salida a bolsa en el verano del año pasado fue un sonoro fracaso.

Como a otras muchas compañí­as del mercado español, el mercado pide a la operadora un recorte sustancial de su endeudamiento. Hasta 2015, Telefónica necesita recaudar entre 7.000 y 8.000 millones de euros para hacer frente a los vencimientos de deuda en un escenario marcado por el desplome de los ingresos y los beneficios en España. Mientras, el coste de la deuda crece y crece. Al cierre del primer trimestre, el tipo efectivo de la deuda se sitúa era del 5,23% frente al 4,91% a cierre de 2011. Según la propia compañí­a, un tercio de esta subida se explica por el aumento de los costes de financiación.

Dentro del Ibex, compañí­as como Abengoa, cuya deuda financiera neta ha subido un 24,8% en el primer trimestre respecto al cierre de 2011, cerró en mayo la refinanciación de deuda por valor de 1.566 millones con la participación de 30 entidades bancarias lideradas por Bankia, Bank of America, Banco Popular, Banco Sabadell y Sociíétíé Gíéníérale. Moody’s le acaba de rebaja el rating ante “la compleja expectativa para reducir apalancamiento. Y fuera del selectivo, Pescanova ha puesto en marcha una ampliación de capital para reducir endeudamiento. Paga a los bancos un tipo medio del 7%, un cifra elevadí­sima