Varias empresas japonesas como Toyota Motor o Panasonic, confirmaron hoy que mantendrán hoy cerradas sus plantas en China ante las violentas protestas antijaponesas desatadas por el recrudecimiento de una disputa territorial entre los dos países.
Toyota Motor, principal fabricante de vehículos japoníés que posee fábricas en ciudades como Tianjin, Changchun o Sichuan, ha decidido no abrir hoy algunas de sus instalaciones, según confirmaron portavoces de la empresa, que no pudieron ofrecer datos más exactos debido a que la situación "está cambiando muy rápidamente".
Por ello, el fabricante con sede en Aichi tampoco ha decidido nada con respecto a si íéstas u otras dependencias en el país vecino detendrán tambiíén mañana sus operaciones.
Por su parte, el fabricante de electrónica Panasonic confirmó a Efe que dos fábricas situadas en las ciudades de Suzhou y Qingdao han sufrido daños materiales, aunque ningún trabajador ha resultado herido, y que ambas plantas estarán hoy paradas a la espera de ver cómo se desarrolla la situación.
El fabricante de vehículos Honda Motor ha decidido "detener la producción de automóviles" hoy y mañana en tres sus compañías afiliadas en las ciudades de Wuhan y Guangzhou, mientras que Nissan Motor mantendrá hoy cerradas las 2 plantas que ayer no abrieron sus puertas en Zhengzhou y Guangzhou.
Mazda Motor, ha decidido ser incluso más cauta y ha anunciado que su planta de ensamblaje de Nanjing echará el cierre hasta el viernes.
Además de fábricas o concesionarios, las superficies de minoristas japoneses como Seven & I Holdings, Aeon o Ministop tambiíén han sufrido ataques en los últimos días ante la escalada de protestas en China, donde hoy se esperan nuevas manifestaciones.
La tensión entre China y Japón, segunda y tercera economía del mundo, respectivamente, se ha intensificado despuíés de que la semana pasada el Gobierno japoníés adquiriera de su dueño japoníés el terreno de varias de las islas Senkaku (Diaoyu en japoníés), cuya soberanía reclama Pekín.
Ambos países, que mantuvieron intercambios bilaterales por valor de 345.000 millones de dólares (263.000 millones de euros) en 2011, reclaman la soberanía de este pequeño archipiíélago de islas, de apenas 7 kilómetros cuadrados, que actualmente administra Japón y que se cree cuenta con importantes recursos naturales y energíéticos