El Tesoro Público español volvió ayer al mercado para emitir 4.500 millones de euros en deuda. En esta ocasión, además, aprovechó la tregua que atraviesan los mercados desde finales de 2012 para colocar bonos a muy largo: 28 años, lo que ayuda a alargar la vida media del pasivo y es positivo para las arcas del Estado. Tras esta nueva subasta, que tal y como viene siendo normal en las últimas operaciones se cerró con un descenso en los intereses, el organismo dependiente del Ministerio de Economía refuerza sus reservas. Según datos publicados tambiíén ayer, este colchón de liquidez acabó 2012 en 35.000 millones de euros, lo que supone un aumento de 4.500 millones en el año y la cifra más alta registrada a cierre de un ejercicio.
Desde que arrancó 2013, el Tesoro ha captado ya 11.400 millones a largo plazo y 5.775 millones en deuda, lo que deja al Estado en una posición holgada para asumir los próximos vencimientos, que no son pocos. En enero, España debe devolver a sus acreedores 28.300 millones y otros 10.100 millones en febrero. Con la deuda que cumple en marzo el total asciende a más de 53.000 millones. Por tanto, el instituto emisor podría aguantar estos tres meses sin volver a acudir al mercado, aunque la cuenta que el Tesoro tiene en el Banco de España tambiíén se utiliza para otro tipo de pagos.
En la subasta de ayer, el Estado colocó 2.400 millones a tres años a un tipo marginal del 2,77%, frente al 3,38% de la subasta de diciembre. A cinco años emitió 1.580 millones al 3,80%. Como en la subasta de letras del martes son los tipos más bajos desde el primer trimestre de 2012. Por último, adjudicó otros 512 millones con vencimiento en 2041 al 5,7%. La demanda duplicó la oferta.
