Entre los logros de la amnistía fiscal, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, destacó ayer en el Congreso que "se incentiva la repatriación de bienes y derechos" del extranjero. Sin embargo, no existe ninguna obligación de traer el dinero regularizado a España, unos 40.000 millones, sino tan sólo de abrir una cuenta con el efectivo en un país del Espacio Económico Europeo (EEE). Montoro reconoció tambiíén que Hacienda ha recaudado el 3% del dinero negro aflorado, muy lejos del 10% del tipo de la regularización, debido a la exención de las cantidades ya prescritas.
Según varios expertos fiscalistas, los defraudadores que se han acogido a la amnistía se dividen en dos grandes categorías: por un lado, el típico evasor con cuentas en Suiza u otros paraísos fiscales; por otro, profesionales o pequeños empresarios que básicamente han generado muchas rentas en negro que mantenían en efectivo. En el caso de estos últimos sí se producirá una entrada del dinero al circuito por la obligación de depositar los fondos en una cuenta bancaria, aunque tambiíén pueden hacerlo en otros países europeos, algo que se espera que ocurra en un porcentaje apreciable ante la limitación de los tipos de los depósitos en España.
Por su parte, los que tienen el dinero fuera podrán mantenerlo tranquilamente donde está porque el Gobierno no exigía su repatriación para poder acogerse a la amnistía. Eso sí, a partir de ahora tendrán que tributar anualmente por los rendimientos que obtengan con el patrimonio regularizado, aunque estíé depositado en un paraíso fiscal. Ese objetivo de la regularización, tambiíén subrayado ayer por Montoro, sí se conseguirá porque ahora la Agencia Tributaria cuenta con los datos para vigilar que así sea.
Mucho patrimonio, poca recaudación
Como adelantó El Confidencial en septiembre, la amnistía ha atraído a un elevado patrimonio -los 40.000 millones anunciados por Montoro-, pero ha recaudado muy poco para las arcas de Hacienda: 1.192 millones, apenas el 3% del volumen aflorado. La razón es que el recargo del 10% no se ha aplicado sobre todo el patrimonio regularizado, tal y como se pretendía inicialmente, sino sólo sobre el generado a partir de 2008; el anterior se considera prescrito y no ha tenido que pagar por regularizarse. Por tanto, de esos 40.000 millones hay sólo unos 12.000 no prescritos.
Por ejemplo, alguien con activos financieros en Suiza por dos millones de euros no ha pagado el 10% teórico, es decir, 200.000, sino que sólo ha tributado por los intereses generados en 2008, 2009 y 2010. Por tanto, lo que ha ingresado en el Tesoro es muy poco: 5.000, 10.000 euros… explica un abogado. Y si, además, el defraudador no ha mantenido una cartera fija de activos, sino que ha ido comprando y vendiendo bonos, acciones, etc., el cálculo de los rendimientos “ni siquiera es el real, porque es muy complicado y en muchos casos se está aplicando un prorrateoâ€, añade.
Ha llegado a salir 'a devolver'
Esta facilidad ha dado pie a situaciones tan disparatadas como que hay contribuyentes a los que apuntarse a la amnistía les ha salido 'a devolver': si resulta que en esos tres años el defraudador ha tenido una rentabilidad negativa, podía hacer una complementaria de esos ejercicios para aplicar dicha minusvalía contra otras plusvalías y cabía la posibilidad de que saliera negativa. Para beneficiarse de esta devolución no había que regularizar el dinero prescrito por la vía extraordinaria de la amnistía fiscal (que no permitía que saliera a devolver), sino por la de la regularización ordinaria tradicional.
Y es que el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha dado todo tipo de facilidades a los defraudadores para que se apunten a la amnistía: ha respetado los plazos de prescripción, ha prometido no inspeccionar ni perseguir a quienes se acojan a la medida, ha permitido regularizar el dinero en efectivo sin necesidad de pagar el IVA pendiente del momento en que se generó, ha considerado el patrimonio regularizado a cierre de 2010 aunque los activos hayan cambiado desde entonces hasta ahora...