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Autor Tema: Los sindicatos de Iberia convocan 15 dí­as de huelga entre febrero y marzo  (Leído 137 veces)

Eguzki

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La plantilla de Iberia se prepara para ir a la huelga cinco dí­as en febrero, del 18 al 22, y otros diez en marzo, del 4 al 8 y del 18 al 22. La dirección, por su parte, ultima el ERE que previsible presentará en los próximos dí­as. La mediación celebrada en el SIMA acabó sin pacto sobre el inminente ajuste de producción y empleo en la aerolí­nea.
El futuro de Iberia, según sostiene el holding IAG, en el que la aerolí­nea española se integra con British, va a estar marcado por la conquista de la viabilidad y nuevas oportunidades. Pero el presente es tormentoso, con un fuerte conflicto laboral a la vuelta de la esquina. Y es que los sindicatos sostienen que el Plan de Transformación que aplicará Iberia hasta finales de 2015 es una puntilla para la firma.

Empresa y representantes de los trabajadores de tierra y vuelo (UGT, CC OO, USO, Asetma, CTA y Sitcpla) han firmado un último acta de desacuerdo ante el órgano de mediación SIMA, el mismo ante el que consensuaron un pacto de mí­nimos el 17 de diciembre para tratar el ajuste. Con la batalla ya desencadenada, los sindicatos han avanzado un calendario de 15 dí­as de huelga. Los paros de 24 horas están anunciados del 18 al 22 de febrero, y se marcaron otras dos semanas laborales de huelga en marzo: del 4 al 8 y del 18 al 22.

De momento, queda fuera de esa agenda de movilizaciones la Semana Santa (del 25 al 31 de marzo). "Como sucedió en Navidades, no queremos trasladar a los españoles el problema de nuestro conflicto con Iberia, por lo que en ningún caso paralizaremos la compañí­a en el periodo de Semana Santa", aseguraba ayer uno de los sindicalistas presente en las negociaciones con la aerolí­nea.

La mediación se produjo a petición de los sindicatos, despuíés de que el 31 de enero se llegara al fin de plazo en las negociaciones del Plan de Transformación sin un acuerdo. La plataforma sindical debí­a llevar una propuesta de ajuste para tratar de convencer a la empresa, y así­ fue. Está fechada el 31 de enero y sorprendentemente no dista tanto de la postura de cierre anunciada por la aerolí­nea ese mismo dí­a.

Los seis sindicatos de la plantilla de tierra y personal de cabina de pasajeros (TCP) renunciaban, tal y como pedí­a Iberia, a la consolidación de la desviación del IPC de 2012 sobre el 2% que se habí­a pactado en convenio, lo que suponí­a un 0,9%. Estaban dispuestos a la congelación salarial y de los deslizamientos (antigí¼edad y progresión) entre 2013 y 2015, mientras Iberia añadí­a 2016. Pedí­an la aplicación del ERE marco en la empresa (72/01), para lo que habí­a consenso. Y ofrecí­an, entre otros puntos, una rebaja de la masa salarial del 10%. El conjunto de medidas supone, según cálculos sindicales, un 47% de ahorro.

En materia de actividad, UGT, CC OO, Sictpla, USO, Asetma y CTA, coincidí­an con Iberia en una bajada de la producción del 10%, así­ como en la posterior recuperación de un 5% anual entre 2014 y 2017. Pero la dirección supeditaba ese crecimiento a unos ratios de Ebit sobre ventas que los sindicatos suavizaban: igual o superior al 0% en 2014, cuando Iberia proponí­a un 3,5% para el año que viene; 3,5% en 2015, que Iberia subí­a al 7,1%; 5% en 2016, frente al 7,6% de la empresa; y 7,1% en 2017. Los representantes de los trabajadores aseguran que los ratios de rentabilidad operativa pretendidos por Iberia, sobre un escenerario de 4.500 millones a 5.000 millones anuales en ventas, "son irrealizables".

El otro punto que ha separado a empresa y trabajadores es el de la actividad de Iberia Express y Vueling. Los sindicatos han perseguido la integración de la primera en la matriz "como un producto especí­fico", mientras Iberia querí­a mantener a Express fuera de su estructura aunque limitada a 14 aviones hasta 2015. En cuanto a Vueling, las fuerzas sindicales reclamaban que no operara con código Iberia en Madrid ni atendiera rutas de largo radio, algo a lo que Iberia se comprometí­a solo hasta 2017.

Con los dos guiones sobre la mesa, la dirección habló ante el SIMA de posibilidad de entendimiento en todo menos en los ratios de rentabilidad que dan pie a mayor actividad. La disensión en ese punto ha derivado en la ruptura.

El anuncio de paros "empeora la situación"
Iberia recordó ayer que su última propuesta aliviaba sus costes sin que hubiera despido alguno: "Solo se contemplaban prejubilaciones". Y tambiíén valoró el planteamiento que los sindicatos llevaron al SIMA: "No incluye ninguna medida de productividad que permita a la empresa ser viable". Con el conflicto laboral servido, la compañí­a terminó advirtiendo que "la amenaza de huelgas indefinidas e incontrolables es una actitud desproporcionada e intolerable a la compañí­a y a la sociedad", y añadió que se volcará en atender a los clientes "que puedan verse afectados por la incomprensible reaccin de los sindicatos".

En juego están 4.500 puestos de trabajo (23% de la plantilla), que podrí­an verse afectados por un ERE que la dirección está diseñando en estos dí­as.

El director de Recursos Humanos de Iberia, Josíé Luis Romero, se dirigió a un grupo de periodistas a la salida del acto de mediación en el SIMA, según informa Europa Press. "La compañí­a sigue abierta a negociación", insistió el ejecutivo, quien explicó que "no ha sido posible alcanzar un acuerdo sobre los niveles para ser competitivos y sobrevivir". Sobre el ERE, Romero dejó todo abierto: "Se están evaluando todas las posibilidades".

Iberia ya ha avanzado que seguirá adelante con la reducción de capacidad del 15% para 2013, tras no alcanzar un acuerdo con las fuerzas sindicales.


El antecedentes del conflicto que se avecina
Iberia se habí­a comprometido ante el SIMA y sus propios trabajadores a ampliar su programa de ajuste hasta el 2017, frente al horizonte inicial de 2015; a no segregar las actividades de handling y mantenimiento, como mí­nimo hasta el citado 2017; a fijar un compromiso de crecimiento en producción que garantizara el futuro de la compañí­a, y a aplicar el ERE vigente en la empresa (72/01) en lugar de la reforma laboral.

Tras el tira y afloja de semanas con los sindicatos, la dirección de Recursos Humanos que encabeza Josíé Luis Romero, presentó una oferta de cierre de negociación que fue entendida como una provocación por sus interlocutores. En ella se reducí­a el excedente de plantilla un 30%, de los 4.500 empleados iniciales a 3.147. Una cifra a la que habrí­a que sumar otros 863 empleados afectados por EREs temporales.

En cuanto a medidas salariales, la última posición de Iberia fue proponer un recorte del 11% para el personal de tierra y del 23% para TCP. Ambos colectivos representan 18.000 de los 20.000 empleados.

El tijeretazo salarial puesto sobre la mesa fue calificado de "caramelo envenenado" en la medida en que las congelaciones salariales y de deslizamientos llevaban la rebaja, según fuentes sindicales, a niveles de partida.

En esa última propuesta, que ha acabado en ví­a muerta, la firma que dirige Rafael Sánchez Lozano se reservaba el derecho a reducir un 10% la capacidad, medida en asientos ofertados, para retomar un incremento del 5% anual de 2014 a 2017.