â– La Empresa Familiar reclama un marco fiscal que favorezca el crecimiento de las compañías
â– El presidente admite que estamos peor que hace un año, pero dice entrever un cambio de rumbo
Sólo dos días despuíés de que el Gobierno anunciase un Plan Nacional de Reformas sin novedades y que ha suscitado numerosas críticas, los empresarios han aprovechado la primera ocasión en que han tenido frente a frente al presidente, Mariano Rajoy, para expresarle su desconfianza ante las medidas adoptadas y para reclamarle que pise el acelerador de esas reformas.
En el acto de clausura, ayer en Madrid, de la Asamblea Anual de Socios del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), al que acudió el propio Rajoy, los empresarios pidieron al presidente un marco fiscal que favorezca el crecimiento económico, la creación de empresas y su internacionalización y le reprocharon que el empresariado haya tenido que absorber 13 de las 27 medidas fiscales aprobadas desde que accedió al poder.
El presidente del IEF y responsable de Acciona, Josíé Manuel Entrecanales, recordó que desde el inicio de la crisis han desaparecido un 17 por ciento de empresas y advirtió de que el tejido productivo tardará generaciones en regenerarse una vez finalice este periodo.
Conscientes de la dificultad del momento, desde el IEF reclamaron al Gobierno que avance en la reforma del mercado laboral, reduciendo el número actual de contratos y que eleve la inversión pública en infraestructuras, al entender que es ahora cuando las empresas necesitan un respaldo institucional.
Un dato refleja hasta quíé punto podrían ser necesarias decisiones en este sentido y es el hecho de que, según Entrecanales, entre 1995 y 2012 nuestro país invirtió menos que Francia y Alemania en infraestructuras. Los empresarios incidieron, a la vez, en que España sigue siendo altamente deficitaria en infraestructuras clave, como el agua, el transporte ferroviario o las interconexiones elíéctricas y en que desde la propia Comisión Europea empiezan a reclamarse medidas en este sentido.
Peor que hace un año
Pese a reconocer que la coyuntura es peor que hace un año, el Ejecutivo dice atisbar ya signos de un cambio de rumbo y apuesta por mantener la intensidad de las reformas para no perderlo. En su discurso de ayer, Rajoy destacó varios ejemplos de ello, como que se haya superado la sensación de ingobernabilidad de las cuentas públicas, que cada vez sea mayor el peso de la actividad exportadora, que la reforma laboral tenga algún efecto positivo y que hayamos mejorado en competitividad, al tiempo que se sanea la banca. Con esta idea, Rajoy quiso dejar claro que íésta debe ser la legislatura de las reformas permanentes, precisamente porque, en su opinión, España se encuentra justo en el umbral de invertir su situación económica.
Así, apostó por seguir adelante con la consolidación fiscal, las reformas en el sector público, las medidas que afectan a las pensiones y por mejorar el marco normativo del sistema financiero.
Con esta idea, Rajoy valoró las medidas incluidas en el paquete de reformas aprobado el pasado viernes y, si bien reconoció que no se siente satisfecho ni con la situación de la economía (el PIB se contrajo un 0,5 por ciento en el primer trimestre según el Banco de España) ni con el empleo (la tasa de paro alcanzó el 27,16 por ciento de enero a marzo según la última Encuesta de Población Activa), defendió que esos datos son el mayor incentivo a la hora de aplicar sus políticas.
Medidas como la reforma laboral que, según Mariano Rajoy, ha permitido el mantenimiento de puestos de trabajo, gracias a los acuerdos entre empresarios y trabajadores. De hecho, el presidente defendió que el 53 por ciento del aumento del paro registrado se produjo en el primer trimestre de 2012, cuando aún no había entrado en vigor la reforma laboral.
Con todo, Rajoy negó que los datos de desempleo del primer trimestre hubieran sorprendido al Ejecutivo e insistió en que, desde un primer momento, su Gobierno ya advirtió de que la recuperación sería difícil y nunca ha hablado de brotes verdes prematuros.
Otra cuestión son ya las decisiones que están adoptándose en Bruselas. En ese punto, el Gobierno mantiene la estrategia de reclamar a los socios europeos políticas de estímulo para que la actividad vuelva a recuperarse en los países en problemas, como España.
Así y pese a reconocer que la UE "se mueve en la buena dirección", remarcó que pueden hacerse más cosas. En este sentido, indicó que la flexibilización del objetivo de díéficit a España del 4,5 potr ciento incial al 6,3 por ciento nos permite seguir reduciendo el agujero de las cuentas públicas, pero de una forma más razonable.
Por otra parte, Rajoy aseguró que el Banco Central Europeo podría hacer más para resolver los problemas de liquidez y ayudar a las pymes, con medidas similares a los de otros bancos centrales en otros países.
