Por... MARY CLARE JALONICK
Estados Unidos cesará sus pagos de un arreglo de 147 millones de dólares anuales a Brasil que son parte de una añeja disputa comercial sobre subsidios al algodón, dijo el secretario de Agricultura Tom Vilsack.
Washington acordó pagarle a Brasil en el 2010, poco antes de que el país sudamericano impusiese aranceles de centenares de millones de dólares a productos estadounidenses, incluyendo automóviles, productos electrónicos y farmacíéuticos. Cesar los pagos podría hacer que Brasil amenace con represalias.
Vilsack dijo en una entrevista desde Brasil que no tiene autoridad para proseguir con los pagos cuando comience el nuevo año fiscal el 1 de octubre porque el Congreso no ha aprobado un presupuesto ni una ley agraria. La actual ley agraria expira el 30 de septiembre.
La Organización Mundial de Comercio dijo en el 2009 que Brasil podía elevar sus aranceles a productos estadounidenses porque Estados Unidos no había eliminado subsidios que la OMC considera ilegales. Una propuesta de ley en el Congreso trata de reducir esos subsidios, pero está estancada en medio de disputas entre las dos cámaras.
El gobierno brasileño presentó la causa ante la OMC en el 2002, diciendo que Estados Unidos seguía siendo el segundo mayor productor de algodón en el mundo gracias a los subsidios. El acuerdo del 2010 fue diseñado como solución temporal hasta que el Congreso resolviera el asunto.
"La única forma en que puede hacerse es con la aprobación de una ley agraria", dijo Vilsack. "Necesitamos que el Congreso lo haga".
Los ministerios brasileños de Relaciones Exteriores y Agricultura declinaron hacer comentarios el miíércoles. Vilsack dijo que se reunió con el ministro de agricultura Antonio Andrade y con el vicecanciller Eduardo dos Santos. Ellos dijeron que seguirían el progreso de la ley agraria en el Congreso estadounidense "muy de cerca", dijo Vilsack, pero no dio un plazo para evitar represalias.
"Ellos nos recordaron claramente que su paciencia tiene límites y que tienen pocas opciones", dijo.
Vilsack ha estado presionando al Congreso para que finalice su ley agraria, que establecería una política para programas agrícolas y ayuda alimentaria a los pobres en el país. Tanto la versión de la Cámara de Representantes como la del Senado reestructurarían los subsidios en un esfuerzo para satisfacer las demandas de la OMC.
Los avances en la propuesta se han trabado porque representantes conservadores han insistido en recortes mayores al programa de ayuda alimentaria a los pobres, cuyo costo ha aumentado al doble en los últimos cinco años, 80.000 millones de dólares. Pero el Senado, de mayoría demócrata, y la Casa Blanca han objetado esos recortes.