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Autor Tema: El envejecimiento realmente ocurre en el cerebro  (Leído 567 veces)

Scientia

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El envejecimiento realmente ocurre en el cerebro
« en: Septiembre 04, 2013, 09:52:20 pm »
El envejecimiento realmente ocurre en el cerebro

http://cienciaaldia.com/2013/09/el-envejecimiento-realmente-ocurre-en-el-cerebro/
Los cientí­ficos han debatido muy acaloradamente el papel de las proteí­nas llamadas sirtuinas en la longevidad. Esto, debido a los resultados contradictorios de distintos estudios. Ahora, una nueva investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis podrí­a poner fin al conflicto.
Una nueva investigación ha identificado el mecanismo por el cual la proteí­na SIRT1, que se muestra en verde, opera en el cerebro para retrasar el envejecimiento y aumentar la longevidad. Críédito: Imai laboratory
Una nueva investigación ha identificado el mecanismo por el cual la proteí­na SIRT1, que se muestra en verde, opera en el cerebro para retrasar el envejecimiento y aumentar la longevidad. Críédito: Imai laboratory
Shin-Ichiro Imai, y sus colegas han identificado el mecanismo por el cual una proteí­na sirtuina especí­fica, llamada SIRT1, opera en el cerebro para provocar un retraso significativo en el envejecimiento, y un aumento en la longevidad, lo que hasta ahora se ha asociado con una dieta baja en calorí­as.
La ciencia ha demostrado un ví­nculo entre una dieta baja en calorí­as (sin malnutrición ) y la longevidad en una variedad de modelos animales. En el nuevo estudio, Imai y su equipo han demostrado que SIRT1 incita la actividad neuronal en áreas especí­ficas del hipotálamo del cerebro, lo cual provoca cambios fí­sicos dramáticos en el músculo esquelíético, y aumenta el vigor y la longevidad.
El equipo de Imai estudió ratones que habí­an sido modificados geníéticamente para producir la proteí­na SIRT1 en exceso. Algunos de los ratones habí­an sido alterados geníéticamente para sobreproducir SIRT1 en los tejidos del cuerpo, mientras que otros lo fueron para producir más SIRT1 sólo en el cerebro.
Sólo los ratones que sobreexpresaron SIRT1 en el cerebro (llamados BRASTO) mostraron un aumento importante en su perí­odo de vida, sin sufrir de restricción dietíética. Imai dice que dichos ratones eran libres de comer comida normal y cuando quisieran hacerlo.
Además de los cambios positivos en el músculo esquelíético de los ratones BRASTO, los investigadores tambiíén observaron aumentos significativos en su actividad fí­sica durante la noche, que es cuando los ratones son caracterí­sticamente más activos, en la temperatura corporal, y en el consumo de oxí­geno, en comparación con controles de la misma edad.
En el estudio, el promedio de vida de los ratones BRASTO se amplió en un 16% en las hembras y en un 9% en los machos. Traducido a los seres humanos, esto podrí­a significar 13 o 14 años adicionales para las mujeres, por lo que su promedio de vida serí­a de 100 años, dice Shin. Para los hombres, esto añadirí­a unos siete años, aumentando su promedio de vida a unos 85 años.
En los ratones BRASTO, los investigadores tambiíén observaron un retraso en la muerte por cáncer, en comparación con los ratones de control.
Una vez que hubieron identificado que el control del envejecimiento se encuentra en el cerebro, Imai y su equipo identificaron que el control del envejecimiento está regulado en dos áreas del hipotálamo llamadas núcleos hipotalámico y dorsomedial lateral. Los investigadores fueron capaces de identificar los genes especí­ficos, dentro de esas áreas, que se asocian con SIRT1 para dar inicio a las señales nerviosas que provocan las respuestas fí­sicas y de comportamiento observadas.
Según Imai, el descubrimiento plantea la tentadora posibilidad de un “centro de control del envejecimiento y de la longevidad” en el cerebro, que se podrí­a manipular para mantener una fisiologí­a juvenil, y prolongar el perí­odo de vida en otros mamí­feros.
Artí­culo cientí­fico: Satoh A, Brace CS, Rensing N, Clifton P, Wozniak DF, Herzog ED, Yamada KA and Imai S. “Sirt1 extends life span and delays aging in mice through the regulation of Nk2 homeobox 1 in the DMH and LH”. Cell Metabolism 18:1-15, Sept. 3, 2013.
Fuente: Washington University in St. Louis