La Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó un plan presupuestario que evitaría un cierre temporal del Gobierno federal el próximo martes, pero retrasaría al mismo tiempo durante un año la entrada en vigor de la reforma sanitaria, algo que el Senado y la Casa Blanca han advertido que no aceptarán. El proyecto de ley incluye una enmienda sobre la reforma de salud, que fue aprobada por 231 votos a favor y 192 en contra y que será probablemente rechazada por el Senado, lo que hace casi seguro un cierre parcial del Gobierno federal la madrugada del martes, cuando quedarán suspendidos los gastos no esenciales. La medida añade dos enmiendas, entre ellas la de la reforma sanitaria, a la propuesta de ley aprobada este viernes por el Senado, y mantendría la financiación para el Gobierno federal hasta el próximo 15 de diciembre, un mes más que lo previsto en el proyecto de la Cámara Alta. No obstante, el proyecto tambiíén retrasaría durante un año la entrada en vigor de la reforma sanitaria aprobada en 2010, dos días antes de que empiece a aplicarse una parte clave de esa ley: la oferta de seguro míédico para todos los estadounidenses. Además, la segunda enmienda aprobada hoy, por 248 síes y 174 noes, eliminaría un impuesto del 2,3% en los dispositivos míédicos que entró en vigor a raíz de la propia reforma sanitaria, algo a lo que se oponen la Casa Blanca y los demócratas del Senado. En paralelo, la Cámara Baja aprobó por unanimidad otro proyecto de ley que garantizaría que se siga pagando a los militares en caso de un cierre temporal del Gobierno. Esa posibilidad parece segura a juzgar por las declaraciones que llegaron hoy de la Casa Blanca y del líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Harry Reid. "El Senado rechazará un retraso de un año en la implementación de la reforma de salud y la cancelación del impuesto sobre equipos míédicos", señaló Reid en un comunicado. Según el líder demócrata, la única opción que tenía la Cámara baja para evitar un cierre del Gobierno era adoptar sin reservas el plan aprobado el viernes por el Senado, que desvinculaba el presupuesto del debate sobre la reforma sanitaria. Dado que el Senado no tiene previsto reunirse hasta el lunes por la tarde y que cuenta con más obstáculos de procedimiento que la Cámara de Representantes, no tendrá tiempo para responder a la propuesta aprobada hoy antes de la medianoche, cuando el Gobierno dejará de tener fondos para mantener todas sus operaciones. "Cualquier miembro del partido republicano que vote a favor de esta ley está votando a favor de un cierre del Gobierno", aseguró el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, horas antes de la votación. El cierre del Gobierno sería el primero desde finales de 1995 y principios de 1996, cuando hubo dos crisis presupuestarias seguidas que costaron 1.400 millones de dólares a los contribuyentes, según datos oficiales. La medida no acabaría con todas las actividades del Gobierno federal, pero sí congelaría temporalmente los sueldos de unos 800.000 funcionarios y llevaría al cierre de Parques Nacionales, el retraso en la emisión de pasaportes o el cierre de ventanillas