Endesa puede tener los días contados en bolsa. Enel, la multinacional italiana dueña del 92% del capital del grupo español, pretende excluir de los mercados a la compañía elíéctrica, de la que tomó el control en 2009. La operación se realizaría mediante una Oferta Pública de Adquisición (OPA) con intercambio de acciones de la matriz, por lo que los accionistas actuales no recibirían nada en efectivo.
Endesa debutó en bolsa en 1988, cuando el Gobierno de Felipe González hizo la primera privatización de la empresa pública nacida en 1944. Veinticinco años despuíés, su nuevo dueño tiene la intención de proponer a principios del próximo ejercicio una operación para que la elíéctrica deje de existir para los inversores.
Según ha publicado la prensa italiana, Enel, como parte del proceso de reorganización de su estructura destinado a incrementar los dividendos de sus distintas unidades de negocio y a optimizar el pago de impuestos, quiere que Endesa deje de cotizar en los mercados de capitales. El proceso tambiíén se aplicaría a Enersis, la filial chilena, de la que el pasado año tomó una participación mayoritaria y que es la segunda compañía por capitalización de la Bolsa de Santiago.
La noticia de la exclusión de Enersis ha salido a la luz mientras en Chile se celebran elecciones generales, lo cual no ha sentado bien a las instituciones políticas locales, que interpretan como una amenaza la píérdida de una de las grandes compañías del país andino. Por este motivo, Enel salió ayer al paso para matizar que no tiene ninguna decisión tomada y que su objetivo primordial es reducir deuda y reorganizar sus actividades en Latinoamíérica.
El proceso tambiíén se aplicaría a Enersis, la filial chilena, de la que el pasado año tomó una participación mayoritaria y que es la segunda compañía por capitalización de la Bolsa de Santiago
Precisamente, los problemas económicos de la compañía italiana participada por Estado es lo que provocaría que la OPA sobre Endesa se hiciera mediante el canje de acciones de la matriz. Los inversores de la española recibirían títulos de la nueva Enel, que tendría una estructura financiera más eficiente.
Endesa está controlada por el grupo italiano desde que en febrero de 2009 adquirió el 25% que estaba en manos de Acciona. Una operación que era el complemento a la batalla iniciada en 2006 con E.ON y Gas Natural y que acabó con la española en manos de los Entrecanales y de Enel. La italiana llegó a pagar 41,3 euros por acción, por lo que valoró Endesa en 43.700 millones. Hoy, el grupo energíético presidido por Borja Prado capitaliza 23.300 millones, al cambiarse en bolsa a algo menos de 22 euros.
La exclusión de bolsa sería la última fase de la centralización del control de Endesa en Roma. A principios de año, la multinacional italiana remodeló la cúpula directiva de la antigua empresa nacional de energía, que ha quedado relegada a una división más del grupo público transalpino. El poder financiero, el de estrategia, el de compras, el de auditoria y el de comunicación se traspasó de Madrid a la capital italiana.
La nueva estructura es el resultado de la puesta en marcha del proyecto llamado One Company, por el que Enel centraliza multitud de funciones que ahora realizaba Endesa, tanto para la empresa española y su filial portuguesa como para su importante negocio en Latinoamíérica. Muchas de estas funciones han sido definidas como globales, tras analizar cerca de ochenta proyectos de integración revisados uno a uno por Fulvio Conti, consejero delegado de Enel, y consensuados con Borja Prado, presidente de Endesa.
