"Si no piensas en tu futuro, no lo tendrás". La frase del economista estadounidense John Kenneth Galbraith, seguramente debió inspirar a los expertos del Consumer Lab de Ericsson en su afán por reflexionar sobre la evolución de la tecnología móvil a medio y largo plazo. Según sus conclusiones, en apenas tres años, la demanda de aplicaciones para móviles inteligentes (smartphones) se habrá multiplicado por cinco.
En el plazo de un lustro, el tráfico de datos a travíés del móvil se multiplicará por 12. Todo ello exigirá no sólo procesadores más potentes, sino tambiíén redes que soporten ese ingente tráfico de datos a una velocidad y capacidad cada vez mayor. Todo ello, sin perder de vista otra realidad, un contexto aún más amplio: en 2050, el 70 por ciento de la población vivirá en ciudades y 37 de esos núcleos serán megaurbes de más de 10 millones de habitantes.
La compañía sueca de telecomunicaciones reunió días atrás en Tokio a analistas y expertos para debatir sobre La nueva era de las megaciudades. Como telón de fondo de estas jornadas prevalecía una primera premisa evidente: cualquier ciudad del mundo, para conseguir un desarrollo sostenible, debe tener primero unas necesidades básicas garantizadas. "Y, a estas alturas del desarrollo, pocos dudan que la cobertura móvil es vista ya como algo casi tan necesario como el agua potable", explica Cecilia Atterwall, directora del Consumer Lab de Ericsson. "Esa cobertura es la puerta de entrada a otros muchos servicios y apps que ayudan al progreso de una sociedad, cualquiera que sea su nivel de desarrollo", añade. Y recordó por ejemplo cómo esta misma compañía llevó cobertura a comunidades de indígenas del Amazonas".
Camino de la telefonía 5G
Los expertos consultados apuntan que la tecnología moldeará y hará más confortable la vida en esas sociedades cada vez más conectadas. "Es un hecho que los smartphones cambian el comportamiento de la gente en todos los sectores: desde la tarjeta de embarque para acceder al avión a la receta míédica a la hora de comprar medicamentos", explica Michael Bjí¶rn, director de estudios del Consumer Lab de Ericsson. La clave de esa sociedad conectada pasa por mejorar y ampliar aún más las redes. Y esa solución no se refiere ya sólo al LTE o 4G, sino al LTE avanzado, en el que ya se trabaja, o al futuro 5G. Sólo así se podrá soportar todo lo que se anuncia. En este sentido, el responsable de la oficina de comunicaciones del Gobierno de Japón, Charley K. Watanabe, indica que "la cantidad de datos en comunicación se incrementará desde 2005 hasta 2020 unas 300 veces (de 130 exabytes a 40 zetabytes); el cloud computing se multiplicará por ocho de 2010 a 2016 y el número de smartphones por diez".
Por su parte, el vicepresidente de estrategia de Ericsson, Douglas Gilstrap, lanzó varias reflexiones al aire. "No sabemos si serán las Google glass, los smartwatches u otros dispositivos los que utilicemos para estar conectados en esas megaciudades, pero en lo que no hay duda es en que todos queremos poder acceder a todo desde cualquier parte y a travíés de múltiples medios".
La ciudad del futuro
En el mismo encuentro organizado por Ericsson, este periódico pudo conocer de primera mano proyectos que ayudan a imaginar cómo podría ser esa ciudad del futuro. Si se toma el ejemplo de Tokio, donde la media de tiempo necesario para ir y volver del trabajo ronda las cuatro horas, una de las primeras asignaturas por resolver sería el de la movilidad.
Para materializar todo lo anterior se prevíé que se extienda el uso de un navegador que integre todos los medios de transporte y que alertará de cualquier imprevisto: "Avería en línea 4 de metro, mejor opción: línea 7" o "accidente grave en el cruce tal, tomar circunvalación por la avenida x", por ejemplo. Esa tecnología tambiíén permitirá que las señales de tráfico y semáforos se modifiquen al estar conectadas con los servicios de emergencia. Así, una ambulancia no necesitará sólo de sus sirenas para abrirse paso, sino que estará conectada al sistema central de tráfico y su ruta quedará despejada de una forma inteligente.
El futuro de las megaciudades tambiíén pasa por el interior de esas viviendas. Así, el diseñador Kenya Hara reconoce que cada vez habrá más espacios comunes dentro de un mismo hogar, como una gran mesa en torno a la cual se realizan muy distintas funciones: cocinar, hacer los deberes, trabajar? Y la revolución llegará tambiíén al diseño: "Convivirán materiales de siempre con otros supertecnológicos que repelen el agua o que son capaces de transformar un mismo sofá, por ejemplo, en distintas formas según la necesidad de cada momento", explica Kenya.
Pero la movilidad no sólo afecta al tránsito rodado. Honda aprovechó la ocasión para presentar el Uni-Cub, una silla dotada de sensores y múltiples ruedecitas y que nos permitirá trasladarnos por museos, centros comerciales? Ideada para interiores y aún sin comercializar, es mucho más manejable, discreta y cómoda de trasladar que los Segway.
Sociedades de 500 personas
Dentro del hogar, las grandes ciudades tienen otro problema. Siguiendo con el ejemplo extremo de Japón, el 32,4 por ciento de las viviendas son unipersonales y en otro 27,2 por ciento de hogares sólo viven dos personas. Tambiíén hay soluciones posibles a esto. Según el arquitecto Hirokazu Suemitsu, "hay que reconsiderar el concepto de vivir juntos". "Compartir es lo más en las sociedades inteligentes", añade. Y propone lo siguiente: "Imaginemos a 500 personas que viven en casas de 50 metros cuadrados. Si cada uno renuncia a 20 metros de su hogar, conseguirá a cambio unas zonas comunes de 10.000 metros cuadrados en las que tendrán todos los servicios de lavandería, salones, instalaciones deportivas, áreas infantiles y de cuidados de mayores?. Es un nuevo concepto de hogar en el que todos salen ganando y mucho más sostenibles porque se ahorrarían muchos costes de energía. A cambio, obtendrían muchos más servicios", concluye este arquitecto.
"En estos momentos nos comunicamos a travíés de las redes sociales con gente que conocemos y que tenemos lejos. Si prosperan estas soluciones de comunidades de 500 personas, hablaremos con gente que no conocíamos pero que necesitamos por distintos motivos", añade el director de estudios del Consumer Lab de Ericsson
