La Comisión Europea (CE) ha multado hoy con casi 302 millones de euros a once productores de cables elíéctricos de alta tensión por formar un cártel que, durante casi una díécada, se repartió mercados y clientes a escala casi global.
La multa afecta a un grupo de compañías que incluía a seis empresas europeas, tres japonesas y dos coreanas, y tambiíén a sociedades matrices que estuvieron involucradas, como el banco de inversiones norteamericano Goldman Sachs, que deberá pagar 37 millones.
El vicepresidente de la CE y responsable europeo de Competencia, Joaquín Almunia, dijo en rueda de prensa que las empresas sabían muy bien que lo que estaban haciendo era ilegal, por lo que actuaron “con prudencia y gran secretoâ€.
“A pesar de ello y con el esfuerzo conjunto de distintas autoridades de la competencia de todo el mundo hemos detectados esos acuerdos contrarios a la competencia y les hemos puesto finâ€, señaló.
Los cables que fabricaban las empresas implicadas se utilizan para proyectos de infraestructuras, en centrales elíéctricas o parques marinos, y para interconectar las redes elíéctricas en distintos países.
Parte del plan consistía en asignar proyectos dentro del área económica europea, relativos a infraestructuras y a la energía renovable.
La mayor parte de los grandes productores de cables de alto voltaje a nivel mundial estaban implicados en los acuerdos.
En particular, incurrieron en esas prácticas ABB, Nexans, Prysmian (anteriormente Pirelli), J-Power Systems (antes Sumitomo Electric y Hitachi Metals), VISCAS (conocido previamente como Furukawa Electric y Fujikura), EXSYM (previamente SWCC Showa y Mitsubishi Cable), Brugg, NKT, Silec (antes Safran), LS Cable y Taihan.
La CE precisó que la empresa ABB ha recibido “plena inmunidadâ€, debido a que fue la primera en revelar el cártel a la CE.
Algunas sociedades matrices de las involucradas tambiíén deberán asumir una responsabilidad por ejercer una influencia decisiva en esas prácticas; es el caso de la empresa de inversiones Goldman Sachs, anterior propietaria de Prysmian, indicó Almunia.
Durante casi 2 años, Goldman Sachs tenía casi el 100 % de los derecho de voto en Prysmian, podía nombrar al nuevo Consejo de dirección, estaba representada en las reuniones de esa empresa y conocía los negocios de esa firma, precisó el comisario.
La investigación revela que desde 1999 hasta las inspecciones llevadas a cabo por la CE en enero de 2009, los fabricantes llevaron a cabo acuerdos mutuos, de manera que los productores europeos y asiáticos se mantenían fuera de los territorios ajenos y se dividían gran parte del mercado mundial restante.