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Autor Tema: La caí­da del crudo invita a las fusiones de petroleras  (Leído 191 veces)

Eguzki

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La caí­da del crudo invita a las fusiones de petroleras
« en: Diciembre 10, 2014, 07:23:07 am »
El descenso del precio del petróleo durante los últimos meses ha traí­do recuerdos a los analistas del final de los años noventa, cuando un barril a 15 dólares generó una cadena de fusiones entre las grandes empresas del sector.
BP compró Amoco y Arco; el grupo Exxon absorbió Mobil; Chevron se unió con Texaco; Conoco con Phillips; y la empresa francesa Total se hizo con el control de Elf. Incluso Repsol participó en el proceso, al adquirir en 1999 la petrolera argentina YPF, que fue nacionalizada el año pasado.

Aunque el crudo no ha bajado a los niveles de esa íépoca (el barril de Brent está en 68 dólares), algunos inversores han empezado a especular con la llegada de otra etapa de concentración a la industria. La semana pasada, los rumores de una fusión entre BP y Royal Dutch Shell animaron la cotización de las dos compañí­as en la Bolsa de Londres. El grupo británico BG tambiíén está en las quinielas como objetivo de una potencial oferta pública de adquisición (opa) por parte de Exxon o de Royal Dutch Shell.

El principal problema para el sector es que muchos de sus yacimientos necesitan un precio de petróleo más elevado que en díécadas anteriores para ser rentables, al tener mayores costes de exploración y producción. John Watson, presidente de Chevron, ha llegado a decir que “los cien dólares por barril son ahora como los 20 dólares de antaño”. Según estimaciones de Goldman Sachs, las petroleras europeas necesitan un crudo a 122 dólares para generar cash flow libre positivo (generación de caja tras inversiones y antes de gastos financieros y dividendos).

La respuesta inicial ante el escenario de crudo barato, que según muchos analistas se puede alargar por varios años, es disminuir inversión y gastos operativos para resguardar la tesorerí­a. Regina Borromeo, gestora de fondos de Legg Mason, calcula que el sector petrolero global va a paralizar inversiones por unos 100.000 millones de dólares (81.400 millones de euros). En cuanto a costes, Alastair Syme, de Citi, cree que las principales compañí­as pueden alcanzar unos ahorros de 9.500 millones de dólares anuales a travíés de programas de reestructuración.

Los primeros damnificados de ese ajuste son los proveedores de servicios a la industria, que empiezan a ver recortados sus contratos. Ello explica la reciente adquisición de Baker Hughes por Halliburton, valorada en 34.600 millones de dólares, para crear un gigante con más capacidad negociadora con las petroleras.

Despuíés, la necesidad de fusionarse va a llegar a petroleras independientes que no pueden resistir las píérdidas en sus yacimientos. Salamander Energy, con pozos en el sudeste asiático, acaba de aceptar una oferta de integración con Ophir Energy, pese a que el precio es inferior al que Cepsa estuvo dispuesta a pagar hace varios meses.

En Estados Unidos, Regina Borromeo estima que “el 30% de los nuevos productores no son rentables con el petróleo por debajo de 80 dólares”. Esto puede crear un mercado de compañí­as a precios casi de liquidación. “Vemos a BP, Chevron, Exxon y quizá Repsol como los posibles compradores en el sector norteamericano del shale (yacimientos que requieren inyecciones a presión en formaciones rocosas para extraer petróleo y gas)”, indica Alastair Syme.

En el caso de Repsol, analistas de Goldman y Barclays creen que la caí­da de cotización de muchas empresas del sector puede darle la oportunidad de realizar adquisiciones por un máximo de 15.000 millones de dólares. Algunos inversores anticipan que el grupo español podrí­a acudir al rescate de SundRidge, su socio en un proyecto en Mississippi. La compañí­a estadounidense ha sufrido un desplome en Bolsa del 60% en el último año. Tambiíén podrí­a retomar las negociaciones con la canadiense Talisman. Otras fuentes creen que ante la incertidumbre de precios, Repsol optará por el crecimiento orgánico.

Más allá de medianas adquisiciones, los analistas dudan de posibles megafusiones a corto plazo. “Cualquier combinación entre las diez grandes generarí­a problemas de competencia y serí­a muy complejo gestionar el grupo resultante. Pero si el petróleo sigue a la baja, el sector deberá asumir esos riesgos para reducir costes y grupos como BP y BG cotizarí­an a precios atractivos”, indica un directivo del sector.