EFE
La cadena de tiendas de conveniencia 7-Eleven fue acusada de cobrar a sus trabajadores hasta unos 49.000 dólares (44.000 euros) para ayudarlos a conseguir un visado de trabajo en el país, informaron hoy medios locales.
Las acusaciones fueron presentadas durante una audiencia pública en Melbourne por un comitíé del Senado australiano que investiga la explotación de trabajadores en esa cadena.
La investigación se abrió tras un reportaje de la cadena ABC que denunciaba que 7-Eleven pagaba sistemáticamente a sus trabajadores casi la mitad del salario mínimo y obligaba a su personal extranjero a trabajar más horas de las permitidas por sus visados.
Mohammed Rashid Ullat Thodi perdió su empleo tras denunciar el sistema fraudulento de pago, que incluía el cobro de hasta 70.000 dólares locales por los visados, a travíés de descuentos de dinero de su salario o con horas extras no remuneradas.
Estas prácticas podrían haber afectado a miles de empleados extranjeros, quienes en su mayoría solo pueden trabajar 20 horas semanales debido a las restricciones impuestas por sus visados pero que se ven forzados a trabajar 40.
Muchos de los afectados evitan denunciar estos abusos por el temor o la amenaza de que la empresa les denuncie ante las autoridades de inmigración por haber violado las condiciones de su visado.
El diputado del Partido Verde, Adam Bandt, pidió que se permita a los trabajadores dar pruebas sobre estos abusos laborales sin que corran el riesgo de ser deportados.
El fundador y director ejecutivo de 7-Eleven Australia, Russell Withers, que ha ordenado una investigación independiente en torno a las bajas remuneraciones, expresó en un comunicado que la empresa acepta la responsabilidad y se compromete a aliviar la situacióna: 09/24/2015
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Sídney (Australia), 24 sep (EFE).- La cadena de tiendas de conveniencia 7-Eleven fue acusada de cobrar a sus trabajadores hasta unos 49.000 dólares (44.000 euros) para ayudarlos a conseguir un visado de trabajo en el país, informaron hoy medios locales.
Las acusaciones fueron presentadas durante una audiencia pública en Melbourne por un comitíé del Senado australiano que investiga la explotación de trabajadores en esa cadena.
La investigación se abrió tras un reportaje de la cadena ABC que denunciaba que 7-Eleven pagaba sistemáticamente a sus trabajadores casi la mitad del salario mínimo y obligaba a su personal extranjero a trabajar más horas de las permitidas por sus visados.
Mohammed Rashid Ullat Thodi perdió su empleo tras denunciar el sistema fraudulento de pago, que incluía el cobro de hasta 70.000 dólares locales por los visados, a travíés de descuentos de dinero de su salario o con horas extras no remuneradas.
Estas prácticas podrían haber afectado a miles de empleados extranjeros, quienes en su mayoría solo pueden trabajar 20 horas semanales debido a las restricciones impuestas por sus visados pero que se ven forzados a trabajar 40.
Muchos de los afectados evitan denunciar estos abusos por el temor o la amenaza de que la empresa les denuncie ante las autoridades de inmigración por haber violado las condiciones de su visado.
El diputado del Partido Verde, Adam Bandt, pidió que se permita a los trabajadores dar pruebas sobre estos abusos laborales sin que corran el riesgo de ser deportados.
El fundador y director ejecutivo de 7-Eleven Australia, Russell Withers, que ha ordenado una investigación independiente en torno a las bajas remuneraciones, expresó en un comunicado que la empresa acepta la responsabilidad y se compromete a aliviar la situación