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Las persistentes dificultades laborales, con una tasa de desempleo superior al 10 por ciento, constituyen hoy una de las principales preocupaciones para los franceses.
El jefe de Estado Franí§ois Hollande condicionó su candidatura a las presidenciales de 2017 al tema laboral, ya que reiteró que sólo se presentará si se registra una baja creíble de la desocupación, una de sus promesas de campaña electoral de 2012.
Analistas coinciden en que algunos de los principales desafíos del gobierno corresponden al área económica, concretamente al apartado laboral y al del crecimiento, aún insuficiente para lograr una recuperación sostenida del empleo.
El número de desempleados aumentó en febrero con 38 mil 400 nuevas personas registradas buscando trabajo y alcanzó los 3,59 millones, un nuevo ríécord.
Según datos divulgados por el Ministerio de Trabajo, el incremento, el mayor desde septiembre de 2013, llega tras la caída en enero.
Estas tendencias se inscriben en un "movimiento de alzas y bajas observado desde hace nueve meses, que se traducen en una tímida recuperación de la actividad económica", expresó la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri.
Tras varios años, las políticas del Ejecutivo no han logrado enfrentar efectivamente uno de las principales problemas que golpea a los franceses.
La más reciente de las iniciativas gubernamentales al respecto, un proyecto de ley de reforma laboral, es rechazada por la mayoría de la población, según sondeos.
Varias manifestaciones se realizaron este mes al llamado de sindicatos de trabajadores y de organizaciones juveniles y estudiantiles, para pedir la retirada definitiva de ese plan, al considerar que da plenas libertades al empresariado en detrimentos de los derechos de los empleados.
