Este no es el comienzo de una lección de alemán básico, aunque sí tiene mucho que ver con esta Nación. Mucho se ha debatido en diversos foros alrededor del mundo, tratando de hallar una definición de fraude, que sea aceptada por todos los países y por todas las empresas que desarrollan negocios local o globalmente. Hasta ahora ello no ha sido posible, en parte por que para muchas personas, al parecer, el fenómeno del fraude es más un asunto de geografía que de íética y de bien común. En otras palabras, dependiendo de dónde ocurre un hecho, este puede ser catalogado como fraudulento o no serlo, para algunas personas.
Recientemente, para ser más exactos el 15 de diciembre de 2008, los gobiernos de Estados Unidos y Alemania llegaron a un acuerdo con la empresa alemana Siemens, en el cual la compañía aceptaba pagar una indemnización de 1.600 millones de dólares como multa por haber realizado pagos de sobornos a funcionarios de países del Tercer Mundo, con el fin de obtener contratos para el suministro de los equipos que fabrica y distribuye. El monto de sobornos pagados supera los 1.400 millones de dólares, en 4.283 casos debidamente documentados que habrían ocurrido, según se lee en las demandas instauradas por las SEC (Securities and Exchange Comisión de los Estados Unidos), y que involucrarían a oficiales, sus parientes y consultores ficticios de países como Nigeria, Venezuela, Bangladesh, Argentina, Vietnam, Rusia, Míéxico, Irak y China.
El tíérmino Ní¼tzliche Aufwendungen se utiliza ampliamente en el sistema contable alemán y traduce literalmente Gastos íštiles. En esta cuenta contable se registraban los pagos por concepto de sobornos, hechos por el grupo de empresas alemanas para poder vender sus productos en países pobres. Al parecer, su tecnología y calidad no eran suficientemente buenas como para competir lealmente en los países más desarrollados.
Surgen varias preguntas, que sería bueno tratar de resolver:
1. ¿Por quíé el gobierno de los Estados Unidos tardó tanto para intervenir a la empresa responsable de pagar los sobornos? La explicación más sórdida viene en el mismo documento de las demandas: como las acciones de Siemens no se cotizaban en las bolsas de valores norteamericanas, en consecuencia, no era su problema, ni su preocupación. En otras palabras, si el soborno ocurre en un país pobre y alejado, no es soborno.
2. ¿De dónde salieron los dineros para el pago de los sobornos? La respuesta es obvia: de sobrecostos en el valor de los artículos vendidos, o sea de más pobreza y más deuda externa de los países en desarrollo. Incluso se documenta un caso de corrupción en el programa de Petróleo por Alimentos, en la Irak ocupada por los norteamericanos.
3. ¿Quíé responsabilidad les cabe tanto a la firma de revisoría fiscal de la multinacional como a las calificadoras de riesgo? Por lo que se ha visto en el pasado, seguramente ninguna.
4. Si estos casos ocurrieron en las naciones arriba mencionadas, ¿dónde más pueden haber ocurrido? El portavoz de Siemens ha manifestado la intención del conglomerado de colaborar con las autoridades de cada país en la investigación y esclarecimiento de los hechos de soborno