Cuando a finales de 2017 la Agencia Europea del Medicamento (EMA) comunicó a PharmaMar que no podía comercializar su compuesto Aplidin en Europa, muchos pensaron que era el principio del fin para la biotecnológica.
La decisión hundió sus títulos, igual que los hundieron resultados desfavorables de su compuesto lurbinectedina (entonces Zepsyre y ahora Zepzelca) en pacientes de cáncer de ovario platino-resistente a principios de 2018.
Sin embargo, la compañía se ha redimido y ha conseguido recuperarse de forma fulgurante, tanto en bolsa como en lo que a cumplir sus objetivos se refiere.