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Autor Tema: Negación de la pandemia: personas que aún no aceptan la realidad  (Leído 1187 veces)

Scientia

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Negación de la pandemia: personas que aún no aceptan la realidad


Negar la presencia de la pandemia cuesta vidas. Son muchas las personas (y los políticos) que no han actuado aún y todo ello tendrá un coste. Sin embargo... ¿a qué se debe? ¿qué explicación hay detrás de este tipo de conductas tan irresponsables?

En medio de la crisis mundial por el coronavirus hay un fenómeno que cuanto menos nos resulta curioso. Hablamos de la negación de la pandemia, de esos dignatarios y personas particulares que aún a día de hoy, siguen sin ver y aceptar la gravedad de los hechos. Bien es cierto que este tipo de comportamientos reaccionarios siempre se han dado, pero en contextos de emergencia como el actual, siguen sorprendiéndonos.

Hace unas semanas, Boris Johnson, el primer ministro de Reino Unido, abogaba por aplicar la estrategia de la «inmunidad de rebaño». Es decir, permitir el libre movimiento de la población para que buena parte de ella pasara por la enfermedad y así favorecer la inmunidad natural. Más tarde, le informaron que de seguir esa estrategia, fallecería medio millón de británicos.

A día de hoy, ya se ha impuesto el confinamiento obligado en este país. Podríamos dar otros ejemplos notables e igual de llamativos. Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, animaba a su gente a «salir a comer, a seguir con sus vidas de manera normal, a seguir realizando eventos públicos para que fluya la economía». La irresponsabilidad de estos dignatarios puede ser devastadora a corto y largo plazo.

Obviamente sabemos que dentro de unos días, gran parte de estos líderes negativistas acabarán aplicando medidas restrictivas. Sin embargo, el avance de los contagios será imparable y el impacto sanitario tremendo.

La negación de la pandemia cuesta vidas y, tristemente, es un fenómeno que se repite a lo largo de todo el mundo.

Psicología de la negación de la pandemia ¿a qué se debe?
La negación de la pandemia no se da exclusivamente en la esfera política. Lo más grave, quizá, es ver cómo a nivel individual, son muchas las personas que se saltan el confinamiento y que desafían las medidas impuestas.

El número de detenidos por saltarse las normas crece cada día y descubrimos comportamientos que sin lugar a dudas rozan el esperpento.

Podríamos decir aquello de que son simples irresponsables. Sin embargo, desde un punto de vista psicológico este hecho despierta un gran interés por varios hechos.

Mientras buena parte de la población experimenta miedo y angustia ante la presencia de un virus desconocido, otros no le dan importancia alguna. Aún más, ante las imágenes que vemos cada día sobre el colapso en los hospitales, el número de infectados y de fallecimientos creciendo hora por hora, hay quien percibe esto con indiferencia.

¿Qué explicación hay detrás del fenómeno de la negación de la pandemia? Estos serían algunos factores.

Error de atribución y la teoría de la mente
La teoría de la mente nos dice que el ser humano es capaz de atribuir pensamientos e intenciones a otras personas. Es comprender y predecir a la vez lo que piensan otros y cómo van a reaccionar ante determinadas circunstancias. Bien, dentro de este encuadre hay una particularidad: el error de atribución.

Se da cuando pensamos que los demás están actuando de manera equivocada o sobredimensionada. Los expertos nos dicen que, en ocasiones, nuestros cerebros fallan a la hora de aplicar el instinto más importante en el ser humano: el de supervivencia. Para entenderlo mejor pondremos un ejemplo.

Es como si viéramos a cien gacelas correr y pensáramos que todas ellas son unas exageradas, que de seguir así lo que conseguirán es una estampida. Sin embargo, no somos capaces de deducir que, tal vez, estos animales corren porque hay un gran depredador persiguiéndolas.

Bienestar individual frente a la protección grupal/ preservación de la economía frente a la persona
Otro efecto que explica la negación de la pandemia es el sentido de preservación. No obstante, aquí podemos diferenciar dos tipologías, la del individuo y la del estado.

Por un lado, hay personas que priorizan por encima de todo su bienestar. No están dispuestos a variar su estilo de vida.

Son muchos los que asumen que el coronavirus es una simple gripe o más aún, que en ellos no tendrá un efecto adverso. Minimizan y quitan total relevancia al peligro de infectar a otros, de sufrir la enfermedad de manera grave o de ser responsables de pérdidas humanas.

Asimismo, está el caso de esos dignatarios que no están dispuestos a parar la economía. Dan por sentado que el impacto que puede tener el hecho de detener un país, puede ser peor a nivel económico que a nivel humano.

El efecto de la irrealidad como explicación para la negación de la pandemia
La negación de la pandemia se explica a su vez por una dimensión curiosa pero contundente: hablamos del efecto de la irrealidad.

Hay un hecho innegable, cada día cuando nos levantamos el sol sigue saliendo, tenemos conexión a Internet, alimento en la nevera y a los nuestros cerca. ¿Cómo creer que hay un virus altamente infeccioso que se está llevando tantas vidas?

La palabra pandemia es para muchos, una idea de otra época. Es más, se da casi por sentado que en un mundo tan avanzado como el nuestro, encontraremos una respuesta rápida a este problema. Se asume ingenuamente que todo se resolverá en cuestión de días.

A ese razonamiento ilusorio se le añade el hecho de que buena parte de la población está acostumbrada a ver el mundo desde la ventana de las redes sociales. Ahí, todo es lejano, no se puede tocar, no se huele, no se siente, es inocuo; es como ver una película de Netflix.

Las pérdidas y la enfermedad parecen quedar lejos de casa, lejos de lo que nos es cotidiano. El efecto irrealidad hace mella en muchas personas, incapaces de asumir la gravedad y lo peor de todo: de actuar de manera responsable. Tengámoslo claro, quien no esté actuando ahora ya ha hecho tarde.

La negación de la pandemia cuesta vidas y hará sin duda, que tardemos mucho más en ponerle freno. Pensemos en ello, actuemos quedándonos en casa.