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Autor Tema: 5 técnicas de control emocional para vivir mejor  (Leído 1126 veces)

Scientia

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5 técnicas de control emocional para vivir mejor
« en: Junio 19, 2020, 08:36:13 pm »
5 técnicas de control emocional para vivir mejor


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Hay épocas para hacer preguntas y épocas para hallar respuestas
Valentía es hacer que las cosas sucedan
La autoexigencia y la necesidad de control
En nuestro día a día se producen acontecimientos que nos afectan y que escapan a nuestro control. El modo en que reaccionemos ante esas dificultades garantizará sin duda nuestra calidad de vida. Así, un modo sensacional de afrontar esos contratiempos es aplicando técnicas de control emocional. Gracias a ellas nos sentiremos más seguros y competentes en cada momento y circunstancia.

Antonio Damasio, el conocido médico y neurólogo portugués, nos recuerda en sus libros que el mundo de las emociones era, hasta bien entrado el siglo veinte, un campo de estudio de escaso interés para el mundo científico. Ahí estaban los excelentes trabajos de William James y para muchos especialistas neurología y ciencias del comportamiento, parecía más que suficiente. Fue Damasio quien abrió ese camino, quien ha intentado comprender empíricamente cómo las emociones intervienen en las decisiones que tomamos.

Los sentimientos, así como el mundo emocional configuran un tipo de mecanismo muy sofisticado que se conecta de forma directa con nuestros pensamientos y conducta. Entender estos procesos, gestionarlos y controlarlos para reconducirlos a nuestro favor, nos será sin duda de gran utilidad. Nos ayudará a crear la realidad que deseamos, a sentirnos más seguros de nosotros mismos…

Técnicas de control emocional para el día a día
Cada decisión, cada pensamiento, cada paso que damos en el día a día está impregnado por algún tipo de emoción. Nada en el ser humano es inocuo, todo tiene una motivación, un recuerdo anclado, un deseo encerrado o un miedo incrustado. El origen de todo ello se encuentra en una estructura cerebral tan maravillosa como compleja: el sistema límbico.


Esta región de nuestro cerebro orquesta gran parte de lo que somos y hacemos. Sin embargo, no siempre nos permite sacar lo mejor de nosotros mismos. En ocasiones, las emociones nos nublan y afectan a nuestro enfoque, a nuestro pensamiento. Actuamos o reaccionamos de forma desmedida, nos bloqueamos o hasta llegamos a tener la sensación de que todo escapa a nuestro control.

Para evitar o reducir este tipo de situaciones, nada mejor que hacer uso de adecuadas técnicas de control emocional. Veamos algunos ejemplos.

1. Controla tus pensamientos
La psicología conductual-cognitiva siempre nos propone buenas técnicas de control emocional. Así, algo que nos puede ser de gran ayuda es recordar esta sencilla estrategia:

Las personas no podemos cambiar radicalmente nuestras emociones, pero si mejoramos nuestro enfoque mental podremos regularlas.


Cuando nos veamos en una situación donde el miedo, la ansiedad o la preocupación nos controle, debemos detener ese flujo de pensamientos que alimentan la propia negatividad. Hay que decir «basta» y reconducir esos razonamientos hacia otra vertiente más constructiva y útil.
Por ejemplo: mañana haré el ridículo en mi exposición, todo saldrá mal ⇔ me he preparado lo bastante para mi exposición, domino el tema y pienso disfrutar comunicando a los demás lo que he trabajado este tiempo.
2. Amplía tu enfoque
Las personas solemos mirar el mundo con visión de túnel. Nos focalizamos en un punto y es en esa pequeña mota existencial donde se concentran todos nuestros pensamientos y emociones. Nos olvidamos de lo saludable que es dar un paso atrás y mirar el mundo con mayor perspectiva, oxigenando ideas, poniendo distancia de ciertas personas, situaciones y costumbres que nos atrapan.

Por tanto, cada vez que nos sintamos bloqueados, sin ideas y atosigados por el estrés, alejémonos un poco. Alcemos la mirada y miremos la vida con mayor amplitud y perspectiva. El mundo está lleno de posibilidades.


3. Respira hondo
En nuestro espacio hemos hablado en numerosas ocasiones de la técnica de respiración profunda. Es un recurso tan sencillo como efectivo para regular y controlar las emociones cada vez que estas nos bloqueen o nos superen. Para ello, nada mejor que buscar un espacio tranquilo y relajado y seguir esta pauta:

Sentarnos con la espalda recta.
Tomar aire por la nariz durante 5 segundos. Procuraremos que todo el aire vaya a la región del abdomen para favorecer así la respiración diafragmática.
Contenemos el aire durante 6 segundos.
A continuación exhalamos por la boca durante 7 segundos.
Repetimos el ciclo varias veces. La sensación de calma es inmediata.

‘Trate a las personas como son, y ellas permanecerán así. Trátelas como si fuesen lo que pueden ser, y las ayudará a transformarse en lo que son capaces de ser».

-Goethe-

4. Visualización y ensayo mental
Otra de las técnicas de control emocional tan efectiva como útil es el ensayo mental. Todos, en algún momento, hacemos eso de anticipar mil fatalidades, fallos, olvidos, encuentros angustiantes y hasta descuidos de lo más aparatosos. Nuestra mente es toda una experta en imaginar las situaciones más catastróficas, pero rara vez da con cómo resolverlas en caso de que sucedieran; más bien se instala en una especie de preocupación continuada.

Esa es nuestra responsabilidad. De ahí la utilidad de los ensayos mentales: visualizar qué haríamos en caso de que nuestra peor pesadilla pasara de verdad.
Por ejemplo, podemos imaginar qué haríamos en caso de que nos despidieran del trabajo. Podemos visualizar también qué le diríamos a ese compañero de trabajo en caso de que iniciáramos una discusión o cómo reaccionaríamos, por ejemplo, si nuestra pareja empezara a mostrar menos interés por nosotros.
Todo ello nos dotaría de estrategias más válidas para estar preparados y reaccionar de forma más ajustada (en caso, eso sí, de que sucedieran)

5. El cambio y la expectativa positiva
La vida son ciclos y en ocasiones, hay que renovar ciertas dimensiones de nuestro ser y en especial de ese disco duro psicológico tan complejo en el ser humano. Así, algo que deberíamos recordarnos es que hay épocas en que la motivación decae, momentos donde la apatía y las emociones negativas se adhieren a nosotros como un extraño óxido invisible.


Que esto suceda es algo normal. La motivación, las ganas, la positividad son entidades dinámicas que necesitan de nuevos impulsos para no quedar encallados. Por tanto, cada vez que nos encontremos inmersos en un estado negatividad muy desgastante, lo mejor es decirnos a nosotros mismos que es momento de dar un cambio, de tomar un nuevo impulso.

Lo que no se renueva se estanca y de ahí que debamos ponernos nuevos retos en el horizonte para cambiar el flujo de nuestras emociones. Lo haremos siempre mediante una expectativa positiva, confiando en nosotros, confiando en que aquello que tenga que venir nos vendrá bien y nos permitirá avanzar. Actualizarnos en motivaciones, en un nuevo salto existencial tan enriquecedor como interesante…