Por Ben Levisohn
Desde que Bill Clinton testificó sobre el significado de la palabra “es”, no ha dependido tanto del significado de una simple palabra.
La palabra es " recesión ", y definir una no es fácil.
Por lo general, depende de la Oficina Nacional de Investigación Económica determinar cuándo ha comenzado uno , pero a menudo toma tanto tiempo que la desaceleración termina cuando se declara uno. Otros apuntan a la definición técnica de dos trimestres consecutivos de disminución del crecimiento económico, algo que podría declararse tan pronto como el próximo jueves, cuando se publique el producto interno bruto del segundo trimestre. (La herramienta GDP Now de la Fed de Atlanta indica una posible contracción del 1,6%, la misma que en el primer trimestre).
Esto no es meramente semántico. El Promedio Industrial Dow Jones subió un 2% la semana pasada, mientras que el S&P 500 subió un 2,6% y el Nasdaq Composite registró una ganancia del 3,3%. Ya sea que estemos o no en una recesión, ya hayamos tenido una o nos dirigimos a una, no es irrelevante cuando se trata de interpretar las ganancias del mercado de valores .
Si la definición técnica de dos trimestres negativos consecutivos es correcta, entonces la economía probablemente esté en recesión, y puede que casi haya terminado. Si ese es el caso, entonces se podría argumentar que la caída del 24% del S&P 500 desde su máximo de enero hasta su mínimo de junio fue el mercado de valores que reflejó la desaceleración, y el fondo no fue solo un fondo, sino el fondo. Los optimistas podrían, y lo harán, argumentar que el repunte del 8% del índice desde el mínimo de junio es el comienzo de un nuevo mercado alcista.
