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Autor Tema: Pandemonium  (Leído 19822 veces)

hercul

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Re: Pandemonium
« Respuesta #105 en: Diciembre 25, 2008, 07:33:18 pm »

!Ricos de todos los paí­ses, enriqueceos!

Veamos la evolución o fechorí­as  de la movida llevada a cabo en el mundo occidental principalmente. por el neoliberamismo. De todas formas, en estos momentos hay ya suficiente gente trabajando en ocultar el fracaso del sistema bajo un manto de olvido.

Por quíé es un error contemplar la crisis financiera de forma aislada

La actual crisis financiera, nadie lo discute, es la mayor crisis del capitalismo tras la primera crisis económica mundial, hace más de 80 años. Esta crisis pone tambiíén de relieve la crisis de los crí­ticos del capitalismo. Cierto es que íéstos predijeron el curso actual de los acontecimientos, pero apenas se han ocupado de las consecuencias que habrí­an de extraerse de la crisis en relación con una polí­tica emancipatoria. Es el momento de recuperar lo antes posible el tiempo perdido. Algo está claro: el “paquete de rescate” de los gobiernos de la UE sólo conduce a que el capitalismo neoliberal salga indemne del trance.

Los neoliberales están poniendo todo su empeño en mantener el control, sacrificando los peones necesarios para salvar el sistema. La culpa de todo la tendrí­a la “codicia desmedida” de algunos directivos. Y se pretende aplacar la ira popular con medidas inútiles tales como la limitación del sueldo de los directivos. En todas partes se habla de la “codicia” de los directivos. Pero la codicia, se dice, es algo humano, una constante invariable; no habrí­a, por tanto, alternativa al neoliberalismo.

Frente a esta campaña de distracción, es preciso que los crí­ticos divulguen un análisis claro de las fuerzas que han provocado la actual crisis. ¿Se trata de una crisis del capitalismo financiero o es el propio orden financiero el que ha entrado en crisis, parte constitutiva del neoliberalismo que, a principios de los 70, sustituyó al keynesianismo? Todo apunta a esto último.

Atreverse a más capitalismo

El neoliberalismo no es sólo el causante de la crisis financiera, sino tambiíén de la creciente pobreza global, y del paro en masa. Es una estrategia polí­tica de los millonarios y multimillonarios, de los grandes accionistas, de los especuladores a gran escala y altos ejecutivos al frente de consorcios empresariales y bancos, y de los capitalistas holgazanes que prefieren aumentar su capital mediante reducciones salariales y menor protección social, antes que empleando más imaginación, mayor esfuerzo y haciendo uso de la creatividad para adaptarse a las exigencias de la competencia económica.

El neoliberalismo se ha extendido como un tumor cancerí­geno y en todos los paí­ses ha puesto al borde de la existencia incluso a sectores de la clase media. En alianza con polí­ticos influyentes, comprándolos claro está, y con sus propagandistas  tambiíén comprados de los medios de comunicación, los neoliberales han colocado a su gente en importantes instituciones como el FMI, el Banco mundial, la OMC o los bancos centrales. Se procuraron la bendición de los economistas neoliberales para sus proyectos y, con ello, un barniz cientí­fico. La columna vertebral de esta estrategia la conformó no sólo la riqueza acumulada en abundancia, sino tambiíén el enorme potencial de poder en instituciones nacionales e internacionales y en los medios, producto de la proliferación de poderosos lobbies y de una democracia inexistente porque la masa no lo es de ciudadanos, sino de esclavos votantes de partidos politicos intyegrados en los respectivos estados que viven del presupuesto. Y eso tiene un precio.

A principios de los 70, los neoliberales entendieron que habí­a llegado la hora de dar el golpe, una vez que los keynesianos desaprovecharon la oportunidad de modernizar a Keynes desde una perspectiva social y ecológica a fin de responder al estancamiento y la inflación (estanflación) creativamente, con planes de inversión en medio ambiente, educación y salud, así­ como con una progresiva reducción del tiempo de trabajo. El neoliberalismo supo magní­ficamente llenar el vací­o. Se apropió de valores positivos del movimiento del 68, tales como libertad individual y autodeterminación, y los combinó con la ambición y el egoí­smo para dar lugar a una filosofí­a del íéxito cuyo único fin consistí­a en hacer que el edificio teórico neoliberal, sostenido sobre los cuatro pilares de la liberalización, flexibilización, desregulación y privatización, fuera capaz de alcanzar un respaldo polí­tico mayoritario. Con el propósito de legitimar estos proyectos, les colgó la amable etiqueta de “reforma”, para despuíés anunciar “reformas económicas”, “reformas del mercado de trabajo”, etc.

Cuando los neoliberales se referí­an a una radical liberalización, a una competencia sin trabas mediante la retirada del Estado del terreno de la economí­a, no se referí­an a la retirada de ese Estado suyo al que ahora recurren desvergonzadamente, sino al de los asalariados y los sindicatos, a fin de evitar planes de creación de empleo y someter a partidos, gobiernos y parlamentos al credo: “Atreverse a más capitalismo” (Friedrich Merz).

Veamos la evolución en Alemania, por ejemplo. El pistoletazo de salida lo dió, no por casualidad, el ala conservadora del FDP, que ya no se mostraba social-liberal, sino neoliberal conservador. Así­, siguiendo la lí­nea marcada por el documento Lambsdorff, cuyo principal redactor fue Hans Tietmeyer, en 1982 se rompió la coalición con el SPD, y el FPD se propuso como meta el Estado neoliberal, ya al lado del canciller Helmut Kohl, de la CDU. 17 años despuíés, con el documento conjunto de Schrí¶der y Blair, tambiíén los socialdemócratas se pasaron al bando neoliberal. Los ricos se vieron animados a no esconder su riqueza, apaciguando su conciencia social con la nueva íética, que establece que sólo los ricos pueden invertir y crear puestos de trabajo. “No hay derechas ni izquierdas, sólo una polí­tica económica moderna”, proclamó Gerhard Schrí¶der haciendo de ello bandera del SPD. Su giro al centro reflejaba la victoria del neoliberalismo, al que no le pudo suceder nada mejor que obtener la complaciente colaboración de los nuevos ricos “izquierdistas”, para desmantelar con ellos el Estado social. Resultado de ello fue la Agenda 2010, con la que los rojiverdes pusieron los fundamentos para los empleos precarios (más de ocho millones de trabajadores en la actualidad) y la degradación de los desempleados por medio del sistema Hartz IV.

Mejor un trabajo mal pagado que ninguno

En una coyuntura en la que el paro aumenta y la gente teme perder su empleo, se pone en marcha la flexibilización del mercado de trabajo —el segundo pilar de la estrategia neoliberal— bajo la excusa de que más flexibilidad y movilidad laboral son indispensables para un mayor crecimiento y acabar así­ con el paro. El resultado es trabajo a un euro la hora para receptores del subsidio de desempleo y el dumping salarial (“mejor un trabajo mal pagado que ninguno”). Los asalariados se ven obligados a someterse aún más que antes a los intereses del capital y aceptar un recorte cada vez mayor de los derechos sociales.

La desregulación de los mercados financieros, el tercer pilar del neoliberalismo, que el FMI —comitíé central del neoliberalismo internacional— impuso en todo el mundo (en el sur, por medio del chantaje incluso), hizo que centenares de miles de millones de petrodólares excedentarios de los paí­ses de la OPEC, junto con los excedentes de capital de las multinacionales, ahora desviados de la economí­a real, vagabundearan por el mundo en busca de inversiones de alta rentabilidad. Estos flujos de capital monetario, estimulados por la desregulación y la renuncia a unos tipos de cambio fijos, modificaron bruscamente la estructura y las reglas de juego del orden financiero internacional: los flujos financieros se desligaron de los flujos reales de mercancí­as y servicios.

Surgieron mercados monetarios, en parte virtuales, en los que diariamente se negociaban miles de millones de dólares. A esto se sumó la actuación de agencias financieras y de análisis de riesgo que, con productos financieros tan intrincados como opacos tales como hedgefonds, derivados o certificados, arrastraron no sólo a bancos y cajas de pensiones, sino tambiíén a grandes empresas que operan en la economí­a real como Siemens, Volkswagen y otras en una demencial espiral dentro del ficticio mundo de la especulación financiera, con numerosas burbujas especulativas surgiendo unas de otras. Esto provocó turbulencias sociales en paí­ses como Míéxico, Argentina, Indonesia y tambiíén Rusia. El estallido de la burbuja financiera de los EE. UU., a mediados de 2007, que hizo que millones de personas perdieran su casa y que provocó la quiebra del sistema financiero neoliberal internacional, representó el punto álgido. Por último, malabaristas de las finanzas especularon con productos alimentarios, petróleo y otras materias primas provocando tales tasas de inflación que alimentos básicos como el arroz o el trigo se convirtieron en bienes de lujo para millones de personas hambrientas en Asia y ífrica.

El creciente endeudamiento de muchos Estados, debido a las rebajas fiscales para empresas y grandes fortunas, provocó una intensa presión sobre los gobiernos para la privatización de bienes públicos como servicios postales, ferrocarriles y telecomunicaciones, suministro de agua y energí­a, instituciones educativas y sanitarias y, en general, servicios públicos esenciales —el cuarto pilar del neoliberalismo—, a fin de crear nuevas posibilidades de inversión para los excedentes de capital.

Ha llegado la hora


Especialmente funestos para la economí­a real fueron los tremendos ríéditos, del 25% y más, que pudieron obtenerse por medio de fugaces transacciones financieras internacionales. De ese modo, el volumen creciente de transacciones no sólo aceleró la circulación del capital, aumentó la presión por maximizar los beneficios y provocó la destrucción de puestos de trabajo; organizaciones empresariales y polí­ticos recibieron en bandeja argumentos para, sin ningún reparo de tipo íético, reducir costes mediante rebajas salariales, desmantelar los sistemas de seguridad social, destruir puestos de trabajo mediante la subcontratación y la deslocalización hacia paí­ses con sueldos más bajos, prolongar la jornada laboral y elevar la edad de jubilación. El incremento de beneficios, debido al descenso de los salarios, produjo excedentes de capital adicionales que se sacaron de la economí­a real y fueron trasvasados al sector financiero.

Con ello se cierra en el capitalismo neoliberal el cí­rculo entre liberalización de la economí­a, desregulación de los flujos de capital, privatización de los bienes públicos y flexibilización del mercado laboral, por un lado, y redistribución de la riqueza de los pobres a los ricos, por otro. Mediante una hábil instrumentalización de la globalización, el neoliberalismo consiguió de un solo golpe poner a la defensiva a los Estados, sindicatos, partidos de izquierda —en particular, la socialdemocracia—, declarar la guerra a las conquistas sociales del movimiento obrero y poner a los partidos conservadores y liberales al servicio de su estrategia redistributiva. El neoliberalismo se convirtió en una especie de contraseña, en un eficaz código con el mensaje: ¡Ricos de todos los paí­ses, enriqueceos! Tambiíén a los pobres les irá mejor si os hacíéis más ricos. Por consiguiente, habrí­a que frustrar el intento de las íélites polí­ticas de hacer creer que las medidas de rescate representan un giro.

Esto sólo puede lograrse si se coloca al neoliberalismo en el primer plano del debate sociopolí­tico, a fin de construir una amplia alianza polí­tica antineoliberal en la que tambiíén lo que el neoliberalismo llama clase media pudiera sentirse representada. Habrí­a que parar los pies a los malabaristas de las finanzas anulando todas las leyes creadas para desregular los flujos financieros y prohibiendo los nuevos productos financieros. Tambiíén deberí­a acabarse con los paraí­sos fiscales y dar marcha atrás en la privatización de los bienes públicos.

Ha llegado la hora de formar un movimiento opositor para lograr una justa distribución del trabajo mediante la reducción de la jornada laboral, una renta que garantice la existencia y no estíé sometida a controles humillantes, y un salario mí­nimo fijado por ley. Estos objetivos, largo tiempo ocultos tras el velo neoliberal, deben figurar en el orden del dí­a de la actividad polí­tica.

Mohssen Massarrat


Demos: Pero claro, antes habrá que poner en la puta calle a todos los vividores del ríégimen monárquico/partitocrático que han servido durante más de 30 años para, liberalmente, robar a manos llenas en nombre de una falsa democracia.

Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo

hercul

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Re: Pandemonium
« Respuesta #106 en: Enero 08, 2009, 11:15:35 pm »
Así­ será el año 2009 


Por Ignacio Ramonet


 


"Balas para los jóvenes, dinero para los bancos". Este expresivo grito de ira de los amotinados de Grecia bien podrí­a oí­rse, a lo largo de 2009, en otras ciudades europeas. Porque el año que empieza se va a caracterizar, como consecuencia de los despidos masivos que está causando la crisis, por un fuerte descontento social. Y íéste desembocará en huelgas, manifestaciones y enfrentamientos que las elecciones europeas de junio próximo no calmarán.

Numerosos jóvenes -estudiantes o no-, son conscientes de que su destino es ir a dar a la mar de la precariedad ("generación 700 euros") o del desempleo. Desean hacer tabla rasa. Algunos se sienten de nuevo atraí­dos por los movimientos libertarios. En la atmósfera de lucha social que se avecina, las filas del anarquismo podrí­an engrosarse (1). Como en los años 1930...



Aunque en materia de polí­tica internacional no caben supersticiones, los años terminados en 9 son a menudo convulsivos. Basta con observar que, a lo largo de íéste, se conmemorarán: los 10 años de la revolución bolivariana de Venezuela (febrero); los 20 años de la caí­da del muro de Berlí­n y de la implosión del bloque soviíético (noviembre); los 30 de la "revolución islámica" de Irán (febrero); los 40 de la "revolución libia" del coronel Gaddafi (septiembre); los 50 de la revolución cubana (enero); los 60 de la revolución china (octubre); los 70 de la derrota de la República española en la Guerra Civil (abril); y los 80 de la crisis de 1929 y de la Gran Depresión...

Sin duda, la recesión económica será tambiíén la principal caracterí­stica del año que comienza. Porque los efectos del triple crac de la construcción, de los bancos y de las Bolsas golpearán de lleno la economí­a real.

En ese contexto de descontento social, ¿representa el nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, una luz de esperanza? Menos de lo que creí­mos. Porque su equipo económico, en el que figuran varias personalidades ultraliberales responsables en parte de la crisis actual -como Robert Rubin, Lawrence Summers o Timothy Geithner-, no estará a la altura para cambiar las cosas.

Además, parece evidente que la nueva Administración de Obama será de centro-derecha, es decir más a la derecha que el nuevo Congreso surgido de las elecciones del 4 de noviembre (2). Lo cual augura tensiones más fuertes de lo previsto entre el Ejecutivo y el Legislativo. Los nuevos congresistas demócratas no dejarán de hacerse eco de las impaciencias de los electores duramente afectados por la crisis y profundamente irritados por el gigantesco fraude del estafador Bernard Madoff, así­ como por las ayudas masivas ofrecidas por el Gobierno a los banqueros. En suma, el entusiasmo de hoy hacia el nuevo Presidente podrí­a, a lo largo del año, cambiarse en decepción, frustración... y cólera.

Su equipo de polí­tica exterior   -constituido por Hillary Clinton, Robert Graves y el general Jim Jones- tambiíén resulta muy conservador para quien ha prometido dejar de imponer la democracia a punta de bayoneta.

El "foco perturbador" del mundo seguirá siendo Oriente Próximo, como lo han mostrado los recientes acontecimientos trágicos de Gaza. En Irak, las fuerzas británicas y las de todos los demás aliados de Estados Unidos, se retirarán en primavera. Por su parte, las tropas estadounidenses de combate dejarán de patrullar en pueblos y ciudades para replegarse en sus cuarteles. Y su retirada se acelerará. Rebrotará la violencia. El zapatazo del periodista Muntazer Al Zaidi al presidente Bush, el pasado 14 de diciembre en Bagdad, da una idea de la rabia de una parte del pueblo iraquí­ contra la ocupación estadounidense. ¿Conseguirá el nuevo y corrupto ejíército iraquí­ impedir la dislocación del paí­s?

Habrá elecciones decisivas en Israel, para la función de Primer Ministro, el 10 de febrero; y en Irán, para la Presidencia, el 12 de junio. La tensión entre estos dos paí­ses alcanzará niveles incandescentes ¿Desembocará en un conflicto abierto? Nadie debe desearlo pues las consecuencias geopolí­ticas serí­an imprevisibles. Tambiíén económicas, ya que los precios del petróleo volverí­an a rondar los 150 dólares. Lo cual agravarí­a más aún la crisis actual...

En cuanto a Afganistán, paí­s que Barack Obama desea convertir en la prioridad militar de su mandato, si Washington intensifica su intervención tendrá que multiplicar los ataques ilegales contra Pakistán, gigante demógrafico y a la vez potencia nuclear. Eso provocará una posible desestabilización de Asif Zardari, presidente de este Estado en quiebra, amenazado además por su poderoso vecino indio, despuíés de los atentados de Bombay del 26 de noviembre pasado. Washington entrarí­a entonces en un nuevo engranaje intervencionista que podrí­a favorecer el rápido retorno al Pentágono de los "halcones", partidarios de un imperialismo duro y dominador. En Kabul, los estadounidenses tratarán de imponer a un "dictador presentable". Lo cual significará un regreso al realismo polí­tico (o sea, al cinismo) y el abandono del proyecto íético que ha defendido Obama durante su campaña electoral.

Otro gigante que puede reservar sorpresas es China. Porque la crisis -que se va a traducir en un aumento general del proteccionismo en el mundo y la consiguiente reducción de las exportaciones- le golpeará con mayor rudeza. Miles de fábricas cerrarán despidiendo masivamente a trabajadores desprovistos, en su mayorí­a, de seguridad social y de atención míédica. Las protestas crecerán. ¿Conseguirán las autoridades de Pekí­n mantener la paz social? ¿A quíé precio?

En Amíérica Latina, la incógnita principal será saber si Barack Obama aceptará el ramo de olivo que le ha ofrecido el presidente de Cuba, Raúl Castro, y si negociará por fin el cese del embargo comercial de la isla. Lo sabremos el 17 de abril cuando, con ocasión de la Cumbre de las Amíéricas en Puerto España (Trinidad y Tobago), el mandatario estadounidense defina su nueva polí­tica para el hemisferio.

Entre tanto la crisis climática seguirá agravándose. Todo indica que el año 2009 será el de todos los peligros. Porque agoniza una era, la del neoliberalismo, y comienza, a tientas, un nuevo paradigma. Debiera tambiíén ser el momento de todas las oportunidades. Para empezar a edificar, por fin, un mundo mejor.


Notas:
(1) Este 15 de enero se celebra el II centenario del nacimiento, en Besaní§on (Francia), de Joseph Proudhon, padre del anarquismo.
(2) Moisíés Naim, El Paí­s , Madrid, 30 de noviembre de 2008.
 
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Re: Pandemonium
« Respuesta #107 en: Enero 15, 2009, 10:49:35 am »
Si de Keynes se trata...
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Ariel H. Colombo





 
Aterrorizado por el ciclo de insurrecciones populares en todo el mundo, a principios de los años ´70 el capitalismo optó por protegerse de la incertidumbre por medio de la liquidez y la libertad de movimientos. Los Estados de bienestar keynesianos pretendí­an que los aumentos de productividad y el exceso de capital no se convirtieran en desempleo, y la expansión del críédito sostuvo la acumulación frente a esta presión de las demandas sociales institucionalizadas en el Estado intervencionista, pero inició una guerra civil encubierta, la inflación, que el capital ganó finalmente al liberarse de las regulaciones nacionales. Este giro se asentó, sin embargo, en la previa reestructuración del dominio norteamericano, que luego de la derrota en Vietnam y del debilitamiento del dólar, pasó de una relación de hegemoní­a con el mundo al señoreaje, un ríégimen extorsivo que agravia o produce peligros contra los cuales luego ofrece protección. Este tránsito de la negociación asimíétrica pero multilateral del hegemonismo, a la unilateralidad globalitera del consenso de Washington, tuvo su primer test en Gran Bretaña en 1974. A raí­z de la huelga de mineros y de albañiles los laboristas acceden al gobierno con promesas de reformas y con un ministro de Hacienda que prometí­a "exprimir a los ricos hasta que sus huesos crujan". La reacción  fue el derrumbe de la libra esterlina, forzando la solicitud de un críédito del FMI. El Tesoro norteamericano gestionó el acuerdo y el gabinete inglíés lo cumplió eliminando los controles de entrada y salida de capitales hasta el punto de que, más tarde, Thatcher dirí­a que sólo se limitaba  a aplicar la polí­tica laborista. Es que los funcionarios de Nixon habí­an hecho suyas las recomendaciones de Huntington de escapar a la "sobrecarga" de demandas populares sobre gobiernos que, como consecuencia de ello, terminaban propiciando aquel contexto subversivo. El señoreaje internacional de los EE.UU fue así­ la respuesta a su propio debilitamiento externo, a las sublevaciones sociales internas, a propuestas de democratizar la economí­a asumidas por la socialdemocracia europea y a exageraciones tales como la Declaración de los derechos económicos de la ONU, que autorizó a "regular y ejercer autoridad sobre la inversiones extranjeras", "regular o suprimir la actividad de corporaciones multinacionales" y permitir "expropiar o transferir la propiedad de agentes extranjeros". Brzezinski lo definió sin querer al señalar que "los tres grandes imperativos de la estrategia geopolí­tica son: evitar la confabulación de los vasallos y mantener su dependencia en cuestiones de seguridad; conseguir que los subordinados sigan siendo influenciables y maleables, y evitar que los bárbaros se coaliguen". Por íésta ví­a, en nombre del intervencionismo humanitario y de la guerra preventiva, se destruyó la incipiente igualdad entre los Estados, ya que por nominal que fuera por primera vez en la historia habí­a desde 1945 un sistema internacional que concedí­a solo a la ONU el derecho a hacer la guerra, y por el cual la fuerza no era equivalente al derecho.

 

Tal reorganización sirvió al capital financiero, el cual la reprodujo en cada paí­s por medio de una legalidad, ríéplica de la estadounidense, que tuvo por premisa que el capital extranjero tuviera los mismos privilegios que el local. Esta apertura de los Estados posibilitó que el centro se apropiara de los activos de la periferia y que los circuitos de valorización generados desde allí­ llegaran a manos de los  sectores dominantes en los paí­ses desarrollados, saqueo que además benefició a los sectores dominantes locales, que como rentistas financian a los EEUU mientras obligan en sus paí­ses a  producir con costos ecológicos y sociales criminales. Otro de los instrumentos que indujo a las clases medias superiores a plegarse al proyecto neoliberal de la periferia y del centro, fueron los fondos de pensión, a los que adhirieron con  la expectativa de acceder a las rentas del capital ya que los altos tipos de interíés y las periódicas burbujas de los mercados de valores e inmobiliarios creaban la ilusión de una prosperidad autopropulsada. Si la hegemoní­a es la promesa de largo plazo, el señoreaje es la conformidad con el presente por malo que sea y que se refleja, por ejemplo, en las tasas de interíés las que, al sobrepasar la tasa de crecimiento productivo, disuelven la proyección colectiva del futuro y disocian a los empresarios y asalariados de los tendedores de activos financieros, instaurando el cortoplacismo como ríégimen temporal de la sociedad. Las altas tasas de interíés fue el requisito para que los capitales fluyeran y no devaluar el tipo de cambio pese al ascenso del díéficit externo, tasas que Keynes sabí­a no aumentarí­an el ahorro. (Creí­a que no era necesario elevarlas para inducir el ahorro ya que este es una función del ingreso que depende de la inversión, la que a su vez es función decreciente de la tasa de interíés). Pero en cambio volvieron autónomo al sector financiero. Al quedar sometida a la alternativa huida de capitales o desacumulación industrial, la polí­tica fue pulverizada. Los gobiernos, obligados a una moneda fuerte basada en tasas de interíés elevadas, dieron paso a la reestructuración industrial con desempleo permanente. La supremací­a del corto plazo indujo, además, el crecimiento exponencial del capital ficticio, que especula con ingresos futuros sin ninguna contrapartida en inversiones, solo con el fin de obtener la diferencia entre el precio de compra y el de venta, y cuya magnitud  se refleja en el incremento de la pobreza y de la desigualdad en todo el mundo, en primer lugar en los propios Estados Unidos, donde se endeudó a los sectores populares en lugar de aumentar sus salarios, y donde la desigualdad ha superado los niveles de 1930. El bloque neoliberal, conducido por una elite capitalista cada vez más rica, y sostenido por una burguesí­a asalariada con ganancias disociadas de la suerte de las empresas, forzó a los agentes económicos a satisfacer las pulsiones inmediatas. Y en cuanto la acumulación ya no se orientó a su reproducción ampliada, la especulación se difundió por todos los mercados.

 

Ahora, su desintegración se profundiza en los paí­ses centrales, cuando los tenedores del capital financiero han tratado, lo más rápido posible y todos a la vez, convertirlo en dinero, es decir, ejerciendo su preferencia por la liquidez justo cuando no deberí­an hacerlo. Es que  al imponer una distribución de la renta tan sesgada, han socavado finalmente la fuga hacia delante que, por medio del endeudamiento, le es inherente. Su crisis coincide con la declinación no de la omnipresencia estadounidense pero sí­ de esa forma especí­fica de dominio que consistió en la invención de enemigos. EE. UU los necesita  para preservar su funcionamiento polí­tico interno y externalizar sus potenciales conflictos internos, compensando el poder interno decreciente y antipolí­tico con un poder externo sostenido en la desconfianza entre paí­ses. Su polí­tica interior, peligrosamente trabada, exige al mundo como válvula de seguridad. Y aunque no lo han llevado al fascismo, porque le requerirí­a movilizar a las masas, ni a convertirse en una megamafia, porque les exigirí­a presentarse como portadores de valores premodernos, el señoreaje han puesto en evidencia rasgos que le son comunes al fundamentalismo cuasireligioso y la dosificación de la violencia. Pero esta modalidad de poder ya no resulta fiable, y si algunas amenazas dejaran de ser imaginarias, tampoco serí­a eficaz. Por lo cual la pregunta implí­cita es si los EE.UU volverán a la relación hegemónica de la posguerra. Ello supondrí­a la vuelta a la intervención estatal y a las regulaciones públicas, que como sospecha la derecha se sabe dónde comienzan pero no dónde terminan. La vuelta al Estado fuerte no parece estar entre los planes de una clase dominante que no quiere reencontrarse con las sublevaciones nacionales que la globalización vino a desactivar. Si los controles democráticos vuelven ¿por quíé habrí­an  de mantenerse dentro de los parámetros capitalistas? No obstante,  no podrá subestimarse su capacidad de reordenar a la sociedad mundial utilizando la crisis del capital, esta vez la de su sobredimensionamiento financiero, en su favor. Cómo lo hará depende del nivel de movilización de los pueblos. La posibilidad que tienen estos, por lo pronto, es no solo impedir que la deflación del capital se traslade hacia bajo de la pirámide social sino pasar a la ofensiva con ideas como las del presidente de Ecuador en torno a un sistema financiero regional, anclar todas las expectativas de mercado en el largo plazo, y reclamar impuestos como los sugeridos por Keynes en 1936, Dornsbusch en 1978 y Tobin  en 1995.

 

Pero la ofensiva tiene que estar a cargo de gobiernos que a la vez que revierten el programa neoliberal, adviertan que tampoco hay salida por el lado del productivismo, y de que deben buscar apoyos para polí­ticas de empleo que tengan como eje la reducción del tiempo de trabajo, algo que en un marco posfordista redundarí­a en mayor productividad. Dado que la producción sólo genera empleo cuando supera el incremento de productividad del trabajo, y que para absorber el desempleo tendrí­a que crecer a tasas imposibles o autodestructivas, trabajar menos para trabajar todos es menos utópico, con mayor razón si es en función de un consumo no depredador y cuya moderación vaya pareja a la disminución drástica de la desigualdad. Puede ser incluso parte de un proyecto colectivo que suscitarí­a alianzas amplias: si en dos años, por ejemplo, el producto aumentara un 8%  y la productividad un 12, al caer un 4% los puestos laborales necesarios (100 + 8 – 12) podrí­a disminuirse el tiempo de trabajo un 4%, ampliar el empleo en un 4%  e incrementar los ingresos en otro 4%. Desde Aristóteles a Gorz, pasando por Moro, Ricardo, Marx, Veblen, Russell, Marcuse, y Arendt, ha transitado la idea de liberar tiempo para actividades autoelegidas, diferentes al trabajo, pero por considerar solo a Keynes, referencia intelectual de nuestro gobierno, puede recordarse que durante la crisis de 1930 tambiíén decí­a: "Estamos siendo castigados con una nueva enfermedad, cuyo nombre no han oí­do algunos de los que me lean, de la que oirán mucho en los años venideros, el paro tecnológico. Esto significa desempleo debido a nuestro descubrimiento de los medios para economizar el uso del factor trabajo sobrepasando el ritmo con el que podemos encontrar nuevos empleos para el trabajo disponible. Pero es solamente una fase temporal del desajuste. Todo esto significa, a largo plazo, que la humanidad está resolviendo su problema económico". Daba por hecho de que antes de los cien años la economí­a harí­a retroceder el tiempo dedicado al trabajo y más bien le preocupaba el desajuste antropológico entre esas nuevas posibilidades y una cultura arraigada. "Cuando la acumulación de riqueza ya no sea de gran importancia social, habrá grandes cambios en los códigos morales. Podremos librarnos de los principios seudomorales que han pesado durante doscientos años sobre nosotros, siguiendo los cuales hemos exaltado algunas de las cualidades humanas más desagradables, colocándolas en la posición de las virtudes más altas. Podremos permitirnos  el atrevimiento  de dar a los motivos monetarios  su verdadero valor. El amor al dinero como posesión será reconocido por lo que es, una morbosidad repugnante, una de esas propensiones semidelictivas, semipatológicas, que se ponen, encogiendo los hombros, en manos de los especialistas en enfermedades mentales" (Keynes, John  M., "Las posibilidades económicas de nuestros nietos", Ensayos de persuasión, Barcelona, Crí­tica, 1988 , págs. 327-331).

Ariel Colombo es un politólogo argentino, investigador del Conicet
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Re: Pandemonium
« Respuesta #108 en: Enero 18, 2009, 02:44:06 pm »
Obama, Obama ¿por quíé no te has callado?
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Ayer noche, en el telediario de las nueve, mostraron una imagen del electo presidente USA. Mi sobrino de cinco años que estaban en casa dijo al verlo: “Barack Obama… Bush es tonto”. Preguntado sobre quiíén le habí­a dicho tal cosa sobre el saliente Presidente americano, dijo todo tranquilo “Nadie. Yo lo síé”. Evidentemente el conocimiento del hijo de mi hermana sobre el carácter, las habilidades y destrezas del presidente yankee, no tiene una base lo suficientemente asentada como para tales afirmaciones pero aún así­ las hizo, lo que demuestra que al menos en el ambiente en que se mueve no se tiene en alta estima la capacidad intelectual del bueno de George.

Barack Obama, en declaraciones ofrecidas en la entrevista citada en el párrafo anterior, afirma que la opinión que le merece su predecesor es la de un hombre de familia, amante de su paí­s y de sus hijos y esposa… vamos que es lo mismo que cuando se va al cine y se dice que una pelí­cula tiene muy buena fotografí­a… Por no decir que es una puta mierda, hay que ensalzar alguna virtud si la hubiere, a fin de no quedar mal con nuestras palabras, pues lo mismo le ha pasado a Obama, que con tal de no emitir un juicio crí­tico sobre la gestión de Bush, dice “que es muy fotogíénico”.

Pero centríémonos en el punto importante de este artí­culo y vayamos a la opinión vertida por Barack en cuanto a las energí­as renovables. El electo presiente haciendo autocrí­tica del sistema energíético americano hace una fuerte apuesta por el desarrollo del las tecnologí­as necesarias para que su paí­s sea lí­der mundial en renovables, y pone como ejemplo a seguir los caso de Japón, Alemania y España. Y ahí­ es donde ha metido la pata.

Veamos, que nadie sea tan simple para pensar que mi defensa enconada de la implantación de centrales nucleares, supone que se deje de lado y abandonadas las tecnologí­as de otro tipo de energí­as, la que llamamos renovable, pero que tampoco nadie sea tan inocente, como para pensar que estas energí­as van a ser la panacea que solucione las necesidades energíéticas mundiales, no ya a corto ni a medio, sino a largo plazo: es una falacia.

La energí­a hidráulica requiere de condiciones orográficas determinadas para que la rentabilidad de la construcción de una presa sea motivo suficiente para su inicio, en nuestro paí­s ciertamente las condiciones de la geografí­a invitan al desarrollo total de las posibilidades de utilización de este tipo de energí­a, pero nos encontramos con el impedimento que supone la baja pluviosidad –la pertinaz sequí­a que decí­a don Francisco– por lo que las mejores cuencas ya están ocupadas y si queda algo por explotar, siempre surgen los impedimentos tanto tíécnicos como económico o medioambientales, por lo que el desarrollo en ese sentido está muy limitado.

Hablemos de la energí­a eólica, de los famosos molinillos con tecnologí­a espacial y diseño de túnel de fórmula 1, ciertamente los avances desde tiempos de don Quijote son asombrosos, y la introducción en el mercado energíético de este tipo de tecnologí­a ha revolucionado los conceptos hasta ahora sostenidos sobre la viabilidad de esta solución energíética, pero hemos de ser conscientes de que este tipo de artilugios necesitan de vientos regulares para que funcionen y cono en el caso mencionado anteriormente, es difí­cil encontrar nuevas ubicaciones para que la rentabilidad que supone la cuantiosa inversión sea asumida por las compañí­as explotadoras. Ciertamente aún nos queda invadir nuestros litorales, mar adentro, con los molinos generadores, pero esta solución, aun en fase de experimentación, tampoco nos solucionará la creciente demanda energíética. En contra de esta fuente de energí­a, está la dispersión territorial de los molinos –con la consiguiente píérdida energíética debida a la reactancia inductiva–, así­ como la inestabilidad en el soplo que Eolo nos enví­a cada dí­a y que fluctúa considerablemente tanto estacional, como diariamente lo que aleatoriza la cantidad de energí­a generada en función de la disponibilidad de vientos motrices.

La energí­a fotovoltaica,  requiere de grandes superficies de terreno para su explotación, y presenta los mismos problemas de dispersión que la eólica, por lo que aparte de los inmensos campos de generadores necesarios, se deberí­a explotar más en la dirección de utilizarla en los edificios en los que va a ser utilizada, minimizando de este modo los gastos energíéticos y perdidas en el transporte y tambiíén serí­a interesante aumentar de manera efectiva el aprovechamiento de las cíélulas que no llega al 50% de conversión de la energí­a recibida.

La quema de combustibles fósiles en las centrales de ciclo combinado, ya sea gas, carbón o petróleo, e incluso la utilización de biomasa como combustible para generación elíéctrica, está condicionado de forma severa por la disponibilidad de los materiales a incinerar. El carbón y el petróleo no se agotarán nunca en nuestro planeta, quienes afirman tal cosa mienten, pues dejarán de ser explotados comercialmente en el momento es que para su extracción se necesite utilizar más energí­a que la que se pueda obtener de su combustión, no será factores económicos los que determinen el cese en las extracciones, sino energíéticos. Además, la quema de combustibles fósiles, emite cantidades ingentes de dióxido de carbono que matan anualmente a más gente que cienes y cienes de Chernobiles, pero esto no tiene buena prensa y no se dice.

Mola más el pez de tres ojos de la Central Nuclear de Springfield de los Simpson que un vejete agonizante de enfisema producido, a parte iguales por el caldo de gallina fumado a lo largo de cincuenta años y por la contaminación atmosfíérica respirada durante el mismo perí­odo.

Y llegamos a la generación atómica, que para empezar y dejando aparte lo anecdótico del párrafo anterior, tiene su problemas y son muchos. Empezaremos por el llamado “sí­ndrome de China” según el cual unos espabilados americanos antinucleares, daban vida a la suposición de que si un accidente nuclear ocurriese en un reactor nuclear y este se calentara progresivamente, fundiendo todo a su paso, se enterrarí­a progresivamente hasta llegar a China… Bueno esto no requiere apenas comentario sino para definir a los “especuladores”  que sostení­an la teorí­a como estultos, pues china, no es la antí­poda de estados Unidos, ambas están en el mismo hemisferio, aparte de que si eso fuses posible la central nuclear acabarí­a en el centro de la tierra dejando a salvo a Chinos o antí­podas, si los hubiere.

El mayor peligro de una central nuclear, es la falta de inversiones en seguridad y mantenimiento, Chernobyl es fiel recordatorio de ello, pero no por el hecho de que un tren descarrile provocando muertes se desmantelan los ferrocarriles del mundo, si esto ocurre se mejora la seguridad, y así­ los trenes son cada más fiables y rápidos, las centrales del mismo modo serán cada vez más seguras y producirán más energí­a y esto será así­ por motivos varios que tambiíén paso a enumerar.

La demanda energíética mundial está creciendo en progresión geomíétrica, nadie renuncia a su bienestar y cada vez somos mayores consumidores de todo. Los paí­ses conforme desarrollan sus economí­as, aumentan sus necesidades energíéticas de forma exponencial y nadie quiere renunciar al confort conseguido y esta demanda creciente solo tiene una solución, que no aportaran ni los molinos, ni las placas solares, ni la quema de combustibles.

La solución está en la generación de infinitas cantidades de energí­a provenientes de centrales nucleares de FUSIí“N, con combustibles baratos y disponibles para todos como el deuterio, será esta la energí­a que nos lleve a las estrellas, las naves espaciales no se moverán con molinillos.

La semana pasada, uno de los dos lectores de esta página, envió a quien suscribe un correo enfadado por la ignorancia en temas energíéticos de mi persona, y me emplazaba a informarme leyendo sobre el tema. Podrí­a decirle que me he estado informado durante toda la semana para escribir este artí­culo, pero para quíé mentir, paso del sí­ndrome de China del mismo modo que del lector ese, al que emplazo desde esta tribuna para que se suicide y deje de decir tonterí­as.

Ciertamente, el carácter geoestratíégico de las yacimientos de petróleo condicionan de forma sustancial la explotación de los mismos y el precio del combustible, pero del mismo modo que USA invadió Iraq para asegurarse el suministro de Crudo, que a nadie se le esconda que la misma determinación mostrará el nuevo gobierno americano para abastecerse de Uranio, aunque tuviese que invadir Canadá o Australia –eso sí­, primeramente habrí­a invadido y esquilmado a los paí­ses tercermundistas productores– pero de todos modos , hemos dejado claro en el punto anterior que el desarrollo de centrales de fusión, terminarí­a con la esclavitud y la dependencia tanto de uranio como de combustibles fósiles, por lo que a largo plazo es la única alternativa viable, independientemente de las tonterí­as que quieran decir los politiquillos de medio pelo y de las que se quieran creer los que borreguilmente y sin informarse, repiten cual papagayos descerebrados las consignas que han oí­do y que se sustentan tan solo en el interíés partidista y momentáneo de una encuesta favorable y de un posible ascenso o permanencia en el poder.

Por eso, desde aquí­ quiero elevar al Presidente de los Estados Unidos de Norteamíérica Barack Obama como gilipollas de esta semana, ya que con su apoyo implí­cito a la polí­tica energíética española en renovables,  que yo tambiíén aplaudo, ha entorpecido el camino para la implantación masiva de la nuclear, única solución a largo plazo de nuestras ansias consumistas.

Barack, gilipollas, cállate!
 
 
El Sicario
 
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hercul

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Re: Pandemonium
« Respuesta #109 en: Enero 22, 2009, 03:09:34 pm »
Planes y objetivos
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Disculparán ustedes mi tardí­a reincorporación a esta hoja semanal, pero comprenderán que si los zánganos del Congreso se permiten tomar casi un mes de vacaciones, no sea este humilde pero vago servidor menos gandul que ellos.

La verdad es que con la que está cayendo por esos mundos, parece un poco frí­volo tratar con ligereza asuntos intrascendentes, pero por otra parte si a la adustez del ambiente le añadimos severidad al escrito serí­a como cruzar el desierto a travíés de un túnel. Me encuentro entonces ante la duda de si tirar “pa Cádi o p´Antequera”.

Hoy quiero escribir sobre la conexión entre planes y objetivos, algo así­ como la que hay entre Ortega y Gasset, indisolublemente unidos. No tiene sentido trazar un plan sin objetivos y es muy difí­cil alcanzar objetivos sin apoyarse previamente en un plan. Pero los planes no pueden trazarse al buen tuntún, deben estar fundamentados en tácticas y/o estrategias adecuadas, pues no podemos pretender alcanzar objetivos convenientes basados en la suerte o en la casualidad. Así­ por ejemplo, yo de jovenzuelo, y ante los primeros suspensos trimestrales, el arrepentimiento me hací­a plasmar en un folio mi futuro plan de estudio—algo así­ como: “de 16 a 21 estudiar”, que en menos de una semana pasaba a ser: “de 16 a 16,05 estudiar”--, con el objetivo de disminuir las consecuencias del desastre. El fallo del sistema estribaba en que como nunca me ajustíé al horario del plan, íéste tení­a que adaptarse a mi díébil disponibilidad, o sea, lo que hoy llamarí­amos un plan “ad hoc”.

Hay planes individuales, generales y universales que impepinablemente se plantean a primeros de año, son—aunque nadie lo diga--los llamados planes de imposible cumplimiento: dejar de fumar, aprender inglíés y hacer deporte. La verdad es que a veces pienso que el hombre está en este mundo solamente para no cumplir estos tres propósitos.

Los años oscuros fueron tiempos de muchos planes, de planes oficiales, planes de los gerifaltes del ríégimen que mantení­an discretamente a sus queridas y Planes de Desarrollo que el í­nclito López Rodó, Don Laureano, desplegaba uno tras otro intentando acabar con la penuria española de aquellos dí­as. Planes quinquenales en la URSS que pretendí­an dar de comer a todos los rusos y en definitiva, infinitos planes de choque contra todas las carencias que se paseaban por el mundo.

A medida que iba pasando la íépoca de escaseces y los españoles pudimos comprarnos el 600, la nevera y la casita, los dueños del cotarro empezaron a hablarnos de los planes de ahorro y de guardar para el futuro, hasta desembocar en la mayor estafa legal de todos los tiempos: los planes de pensiones. Planes que consisten en hipotecarte el presente a costa de garantizarte un esplíéndido futuro sin preocupaciones en el nicho.

Despuíés de un tiempo huíérfanos de planes que se precien, de estar sin un plan que llevarse a la boca, despuíés de haber estado muchos años chuleando a la economí­a, ahora parece ser que todas las administraciones han descubierto la importancia de los planes y se han lanzado a planazo limpio contra la crisis. Quieren los infelices combatir el paro, la recesión y demás datos ruinosos lanzándoles sin ton ni son planes a la cabeza. Ahora pretenden hacer como en mis tiempos de chaval, a buenas horas quieren estudiar de 16 a 21, cuando el velo negro del paro se ha extendido sobre la indefensa, y hasta cierto punto culpable, población 

Al presidente y a su máquina de fabricar parados: Solbes “el triturador”, triturador del empleo, no se les ocurre otra cosa que sacar de la chistera una serie de planes-disparate con el visto bueno de la inútil y flácida oposición. Desde los 400 euros para cañas, pasando por la ayuda a los bancos y los miles de millones para los ayuntamientos. . . hasta culminar en el famoso Plan-E de España, Economí­a y Empleo. El dí­a que entrenen van a ser la hostia.

En fin, a mí­ lo del Plan-E me recuerda a un plan que causó furor en las chicas de los 70: fue el “plan Ponds belleza en 7 dí­as” con todos los hombres rendidos a los pies de aquellas que usaban la conocida crema. Igual piensa nuestro Pericles que vamos tambiíén a caer rendidos a sus pies ante tamaña ración de vaselina. Por cierto, se puede ver el anuncio del plan Ponds en YouTube, merece la pena perder medio minuto.

Y para la triste oposición yo les recomendarí­a el sorprendente plan de Plan, pequeño municipio del pirineo aragoníés que en el 85 fue pionero en organizar una caravana de mujeres con el objetivo de remediar la solterí­a de los mozos del pueblo. Al parecer muchos de esos planes cumplieron sus objetivos: acabar con la soledad y repoblar la comarca. Pues eso, acabar con la soledad de Rajoy y repoblar su mustio
 
Pademonium
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Re: Pandemonium
« Respuesta #110 en: Enero 24, 2009, 01:27:14 pm »

50 pí­ldoras para entender la crisis
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Juan Torres López

Catedrático de Economí­a Aplicada (Universidad de Sevilla, España)

http://www.juantorreslopez.com


El origen y el desarrollo de la crisis

1. La crisis se origina en Estados Unidos.
2. Para evitar que despuíés del 11-S la economí­a se viniera abajo se bajaron mucho los tipos de interíés.
3. Como al bajar los tipos de interíés los bancos ganarí­an menos, buscaron la  manera de no dejar de ganar.
4. Para ello se lanzaron a la búsqueda desesperada de clientes para sus príéstamos y los daban cada vez más a familias con pocos recursos.
5. Los príéstamos que daban (sobre todo los hipotecarios) eran muy arriesgados pero gracias a eso los podí­an dar a tipos de interíés más altos.
6. Los bancos (y en general los inversores en los mercados financieros) no se guardan en un cajón los contratos de los príéstamos que dan sino que los venden. Esa es una actividad llamada "titulización" que les permite cambiar papel por dinero lí­quido. Y a partir de ella nacen los "productos derivados", llamados así­ porque van naciendo, derivándose, unos de otros. Forman el corazón de las finanzas internacionales, como una gran pirámide invertida (porque de uno inicial surgen muchí­simos más) que mueve billones de euros solo a partir del papel, sin riqueza productiva alguna detrás.
7. Los bancos hipotecarios estadounidenses vendí­an sus contratos hipotecarios a unos fondos de inversión que ellos mismos habí­an creado para tal fin. En realidad se los vendí­an a ellos mismos pero formalmente aparecí­an como si fueran  otras empresas y eso les permití­a que en sus balances el papel se sustituyera por dinero y así­ podí­an dar más críéditos, que es lo que les proporciona rentabilidad.
8. Esos fondos de inversión vendí­an a su vez esos contratos a otros fondos, y estos a otros, y así­ esos contratos se fueron difundiendo por el sistema bancario internacional.
9. La inversión en esos contratos era muy rentable porque como respondí­an a hipotecas con tipos de interíés más alto que el del mercado tambiíén podí­an dar más rentabilidad que la del mercado.
10. Para colmo, los bancos que originalmente vendí­an esas hipotecas trataron de disimular que eran muy arriesgadas. Para ello hací­an "paquetes" en donde habí­a unas buenas y otras malas. Y, además, contrataban a unas empresas especializadas (llamadas agencias de "rating") para que "evaluaran" si esos paquetes eran buenos o malos. Les pagaban por ello, así­ que esas empresas decí­an que, por supuesto, era de la mejor calidad financiera.
11. Pero era mentira.
12. Las familias empezaron a no pagar sus hipotecas y así­, lo que antes era muy rentable para el banco ahora dejaba de tener valor.
13. Quienes habí­an comprado esas hipotecas o los paquetes que las contení­an empiezan a tener que registrar las píérdidas patrimoniales correspondientes.
14. Fueron quebrando unos bancos detrás de otros.
15. El sistema bancario de USA y el de Reino Unido llegaron a la  bancarrota y los demás le siguieron o están a punto de llegar a la misma situación.
16. Al ver los bancos que los demás estaban en tantos apuros y que ellos mismos tení­an píérdidas muy grandes dejan de darse críéditos unos a otros.
17. Cuando los bancos dejan de tener confianza y liquidez para prestar, el dinero empieza a no llegar a la economí­a real, a los empresarios y los consumidores.
18. La economí­a real no puede funcionar sin críédito (¿quiíén puede comprar un coche o una casa o casi cualquier cosa hoy dí­a sin financiación?).
19. Las empresas empezaron a cerrar y a despedir trabajadores.
20. En mitad de ese proceso se produce otro fenómeno: los inversores que ven que las finanzas se han puesto feas para especular allí­ (que es lo que saben hacer) apuestan por invertir  en otros mercados.
21. ¿En dónde? En los que tienen tendencia a subir los precios, como antes habí­a pasado con el inmobiliario. Ahora lo harán en el del petróleo y en el alimentario.
22. La especulación en el mercado del petróleo subió estrepitosamente sus precios y la de los mercados alimentario tambiíén, provocando mucha más hambre y sufrimiento en los paí­ses más pobres.
23. Los efectos de la crisis financiera, de la subida del petróleo y del precio de los alimentos desató la descomunal crisis económica que estamos viviendo.


España

24. La situación española tiene algo de particular.
25. Los bancos y cajas españolas no habí­an adquirido grandes cantidades de hipotecas basura y de paquetes contaminados (aunque algunos sí­).
26. Pero tení­an otra basura: se dedicaron a financiar al sector inmobiliario y crearon una burbuja que ha explotado. 27. Solo de 2002 a 2008 pasaron de dar críéditos por 700.000 millones de euros a 1,8 billones. Es imposible que ese aumento no haya ido acompañado de un incremento inmenso del riesgo, de la insolvencia y de la morosidad. Ahora empiezan a pagarlo y a tener los mismos efectos que los que acabo de mencionar a escala global.


Los Estados frente a la crisis

28. ¿Quíé han hecho las autoridades?
29. En primer lugar, establecer las normas contables y financieras que permitieron que los bancos pudieran hacer todas las inversiones super arriesgadas que han hecho y que han provocado la debacle. Y, por supuesto, hacer la vista gorda cuando los peligros y los problemas empezaban a manifestarse sin remedio.
30. Cuando estos ya no se podí­an disimular dijeron que solo se trataba de una crisis limitada a las hipotecas y a Estados Unidos. Mintieron a la gente.
31. Luego empezaron a darle dinero a mansalva a los bancos (las multimillonarias "inyecciones de liquidez" de los bancos centrales) para que taparan el agujero y se siguieren prestando entre ellos y prestaran a la economí­a real.
32. Pero el agujero era tan grande que no arreglaron nada. Los bancos quebraban uno detrás de otro,
33. Propusieron que los bancos les vendieran los "activos tóxicos" (las hipotecas basura que habí­an ido difundiendo por la economí­a) pero no consiguieron nada porque estaban difuminados por todo el mundo y porque son de un  valor gigantesco, prácticamente imposible de compensar.
34. La realidad es que toda la ayuda que  han venido recibiendo los bancos la destinaban a compensar sus píérdida o a lavar la cara de sus balances. Algunos, incluso la dedicaron a repartir beneficios entre sus accionistas y directivos.
35. Los dirigentes de los paí­ses más poderosos se reunieron en Washington y en unas pocas horas aprobaron un documento vago y de generalizaciones en el que se daban algunos golpes de pecho y en el que fundamentalmente acordaron dos cosas: que iban a tomar medidas en los mercados financieros y que los gobiernos tení­an barra libre para gastar lo que fuese necesario porque la crisis de la economí­a real se hací­a ya muy grave.
36. De las medidas financieras nada se sabe pero sí­ han aprobado planes de gasto para tratar de que el paro y las quiebras de empresas no sigan aumentando.

El futuro

37. ¿Servirán de algo esas medidas?
38. Una cosa está clara: mientras no se curen las causas del cáncer íéste seguirá avanzando. Ahora ya han caí­do muchos bancos. Seguirán cayendo los demás y despuíés vendrá la caí­da de los fondos de inversión y de pensiones...
39. Los planes de gasto compensarán la píérdida de empleos pero su coste (que recaerá sobre los más díébiles y sobre las generaciones futuras) será inmenso si no se cierra pronto la sangrí­a.
40. Y, mientras tanto, los bancos siguen sin abrir el grifo de la financiación. Los gobiernos hacen como que se molestan con ellos pero aquí­ paz y despuíés gloria. Es más, para dorarle la pí­ldora le hacen rebajas fiscales vergonzosas e inmorales a los banqueros y grandes propietarios, como acaba de suceder en España.


Alternativas de progreso frente a la crisis

41. ¿Quíé se deberí­a hacer entonces?
42. Hay que tomar medidas urgentes como las siguientes: Evitar la sangrí­a financiera interviniendo los bancos. Abrir inmediatamente el grifo de la financiación. Aumentar la cuantí­a de los planes de gasto (en particular poniendo capital fondos de financiación a disposición de las empresas que creen empleo) y procurar que no sea inversión despilfarrada (como la que están proponiendo en España algunos ayuntamientos en el plan del gobierno). Establecer impuestos extraordinarios en todos los paí­ses sobre las grandes fortunas, sobre los movimientos especulativos y los beneficios extraordinarios.
43.Y por supuesto tambiíén son imprescindibles otras medidas con carácter estructural y global: Nuevas normas que regulen y disciplinen las actividades financieras y garanticen la financiación para la actividad productiva. Entre ellas, control de los movimientos de capital, eliminación total de los paraí­sos fiscales,  establecimiento de Impuestos internacionales, y creación de instituciones internacionales democráticas....

Más allá de la debacle financiera

44. Lo que hay detrás de la crisis es la especulación financiera que ha llegado a ser gigantesca y peligrosí­sima. Pero los capitales se han ido yendo a la esfera financiera especulativa porque allí­ tienen más rentabilidad relativa.
45. Hay que evitar que la especulación sea más rentable que la actividad que crea riqueza.
46. Para eso hay que penalizar la especulación y sus beneficios, extraordinarios pero letales para el resto de la economí­a, y hacer que los mercados reales sean más dinámicos y rentables. Y para que esto último sea posible es necesario que haya mucha más demanda y mucha mayor capacidad de compra: hay que subir los salarios reales. De hecho, fue su caí­da en los últimos años lo que disminuyó la demanda, y con ella las ventas, la producción y la rentabilidad.

Lo que hace falta para cambiar las cosas

47. Las medidas y polí­ticas alternativas que acabo de señalar son perfectamente posibles y por supuesto necesarias pero no se podrán adoptar mientas que el poder estíé en manos de los banqueros, de los grandes financieros y de los grandes propietarios.
48. Para que haya una economí­a diferente es necesario que los ciudadanos tengan el suficiente poder para asegurar que sus preferencias democráticamente expresadas se conviertan en decisiones. Lo que hoy dí­a sucede es lo contrario: las preferencias de los ricos son las únicas que lo consiguen.
49. La crisis está mostrando el lado inmoral y criminal de muchas actividades financieras y económicas. Por la ganancia se permite todo. Hay billones euros para ayudar a los bancos y no unos pocos miles para evitar que cada dí­a mueran 25.000 personas de hambre.
50. Las crisis seguirán produciíéndose y con ellas el sufrimiento innecesario de millones de seres humanos si no logramos que lo inmoral sea inaceptable, si la íética del respeto a la vida y de la cooperación no se impone sobre la del beneficio. No sufrimos solo una crisis económica. No nos engañemos, es la crisis de un sistema social y económico, de nuestra civilización, de una humanidad que se ha pervertido a sí­ misma solo para que una minorí­a se harte de disfrutar y de ganar dinero.

(Continuará)

 
 
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« Respuesta #111 en: Enero 29, 2009, 10:25:40 am »
El huevo y la gallina, los banqueros y el dinero

Juan Torres López




Las entidades financieras españolas se han lanzado a una gran campaña de intoxicación para tratar de convencer a los ciudadanos de que los problemas de financiación que paralizan a la economí­a productiva española no son culpa suya.



Es posible que incluso alcancen su objetivo gracias a que controlan medios de comunicación y a que tienen en sus nóminas (de modo más o menos explí­cito) a numerosos acadíémicos, periodistas y lí­deres de opinión. Pero no dicen la verdad.

Su discurso ahora se centra en afirmar que disminuyen el críédito porque no hay demanda suficiente o solvente y no porque sean los propios bancos quienes lo estíén racionando por otras razones.

Empezaríé por final. Es posible efectivamente que cada vez haya menos demanda solvente para financiación de la actividad productiva pero eso ocurre justamente porque la falta de financiación que han provocado los bancos está ahogando rápida y generalizadamente a los empresarios y a los consumidores.

No se trata de un juego para determinar quíé es primero si el huevo o la gallina. Es algo mucho más importante y que puede resolverse objetiva y rigurosamente.

En primer lugar hay que recordar un hecho principal: la banca privada española (y detrás de ella las cajas de ahorros que se han dedicado a copiar su lógica financiera en lugar de estar al servicio de un modelo productivo sostenible y socialmente satisfactorio) ha provocado en los últimos años una burbuja financiera gigantesca que ahora mina su liquidez e incluso su solvencia.

Los datos son irrefutables.

De 2002 a 2008, ¡sí­, solo seis años!, la cifra de críédito concedido por entidades financieras españolas ha pasado de 701.000 millones de euros a más de 1,838 billones de euros, lo que supone un incremento del 161%.

Y lo que es aún más exagerado: el 70% de ese incremento se dedicó a financiar el ladrillo, pues el críédito inmobiliario pasó de 347.000 millones a 1,1 billones de euros creciendo, por tanto, un 219%.

El resultado de esta expansión vertiginosa del críédito no ha podido ser otro que una píérdida de solvencia del sector financiero español (además de crear una burbuja inmobiliaria y una especialización perversa de nuestra actividad productiva).

Serí­a realmente un milagro inexplicable que las familias y las empresas españolas pasaran de soportar una deuda de 700.000 millones de críéditos a otra de 1,8 billones en seis años sin que se afectara su fortaleza económica y su capacidad para hacer frente a los pagos. Y de hecho, lo que ha sucedido es que el volumen de críéditos de dudoso cobro ha pasado en este periodo de suponer 9.000 millones de euros a 47.000 millones y que la solvencia de las entidades financieras ha comenzado a disminuir sin remedio. Así­ lo demuestra, por ejemplo, que el patrimonio neto de las entidades financieras representara el 12,3% del total del críédito en 2002 y el 9,5% en el segundo semestre de 2008.

En consecuencia, es una evidencia clamorosa que la primera causa de la situación actual de restricción crediticia y financiera es que ha explotado la burbuja creada por las entidades.

A ello hay que unir además que la banca y las cajas españolas se han contaminado, aunque no haya sido en la misma medida que las de otros paí­ses, por la difusión de la basura financiera que la banca estadounidense ha emitido por todo el planeta. No podí­a ser de otro modo en el entorno de globalización financiera en el que estamos. Y es algo que no se puede negar a la vista de tantas personas como están siendo las que pierden sus ahorros a causa de ello.

En conclusión, las entidades financieras españolas han sufrido y siguen sufriendo el mismo proceso de descapitalización que padece la banca internacional y que incluso puede llegar a calificarse de bancarrota en los casos de Estados Unidos y el Reino Unido, según reconoció en septiembre pasado el mismí­simo Paul Volcker.

Es por eso que han reducido su oferta de críédito; sencillamente, porque todos los fondos que logran captar los utilizan para tratar de salvar sus balances, bien tapando la píérdida de valor, bien huyendo hacia delante adquiriendo nuevos activos.

Eso es lo que explica, por ejemplo, que los bancos españoles reciban docenas de miles de millones de euros en príéstamos del banco central pero que los utilicen para depositarlos allí­ mismo mientras los sujetos económicos claman por recibir críéditos.

Hace unos dí­as, se conocí­a que el multiplicador monetario de la economí­a norteamericana era ya menor que uno. En román paladino eso significa que los bancos han dejado de desempeñar la función a la que teóricamente están llamados: en lugar de dar combustible, prácticamente roban el que hay en la economí­a.

Eso es lo que está pasando y lo demás es un gran engaño. Y por eso, mientras no se tomen medidas para poner fin a la causa de los males es imposible evitar que la economí­a se despeñe estrepitosamente.

Los gobiernos no pueden limitarse a dar más dinero a los bancos. El agujero que los banqueros han generado yíéndose al casino con el dinero de los depositantes es gigantesco. Solo serí­a resoluble o a base de proporcionar a los bancos descapitalizados sumas impensables que generarí­an una deuda de volumen hasta ahora quizá desconocido, o imponiendo una especie de "corralito" mundial pero que de llevarse a cabo seguramente provocarí­a una respuesta en la calle inimaginable.

O se permite que el agujero siga aumentando o los gobiernos se hacen directamente con los resortes de la financiación para ponerla al servicio de empresarios y consumidores. Pero deben hacerlo directamente, sin el intermedio de los bancos y cajas, puesto que íéstos están utilizando y utilizarán los recursos multimillonarios que se ponen en sus manos para disimular el desastre global que han producido.
No hay más remedio. Discutir si fue antes el huevo o la gallina es gratuito. Hay que romper los huevos para hacer la tortilla.

Juan Torres López es catedrático de Economí­a Aplicada (Universidad de Sevilla). 
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« Respuesta #112 en: Febrero 06, 2009, 11:41:04 am »
Leopoldo Abadia analiza la crisis en el programa 24 Horas

http://www.youtube.com/watch?v=cHnB8nEIoYY
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« Respuesta #113 en: Febrero 07, 2009, 03:06:29 pm »


Actualización 06/11/2008

Âé 2008 Leopoldo Abadí­a
LA CRISIS NINJA
[/color][/b]

La historia es la siguiente:
1. 2001. Explosión de la burbuja Internet.
2. La Reserva Federal de Estados Unidos baja en dos años el precio del
dinero del 6.5 % al 1 %.
3. Esto dopa un mercado que empezaba a despegar: el mercado
inmobiliario.
4. En 10 años, el precio real de las viviendas se multiplica por dos en
Estados Unidos.
5. Durante años, los tipos de interíés vigentes en los mercados financieros
internacionales han sido excepcionalmente bajos.
6. Esto ha hecho que los Bancos hayan visto que el negocio se les hací­a
más pequeño:
a. Daban príéstamos a un bajo interíés
b. Pagaban algo por los depósitos de los clientes (cero si el depósito
está en cuenta corriente y, si además, cobran Comisión de
Mantenimiento, pagaban “menos algo”)
c. Pero, con todo, el Margen de Intermediación (“a” menos “b”)
decrecí­a
7. A alguien, entonces, en Amíérica, se le ocurrió que los Bancos tení­an
que hacer dos cosas:
a. Dar príéstamos más arriesgados, por los que podrí­an cobrar más
intereses
b. Compensar el bajo Margen aumentando el número de
operaciones (1000 x poco es más que 100 x poco)
8. En cuanto a lo primero (críéditos más arriesgados), decidieron:
a. Ofrecer hipotecas a un tipo de clientes, los “ninja” (no income, no
job, no assets; o sea, personas sin ingresos fijos, sin empleo fijo,
sin propiedades)

b. Cobrarles más intereses, porque habí­a más riesgo
c. Aprovechar el boom inmobiliario.
d. Además, llenos de entusiasmo, decidieron conceder críéditos
hipotecarios por un valor superior al valor de la casa que
compraba el ninja, porque, con el citado boom inmobiliario, esa
casa, en pocos meses, valdrí­a más que la cantidad dada en
príéstamo.
e. A este tipo de hipotecas, les llamaron “hipotecas subprime”
i. Se llaman “hipotecas prime” las que tienen poco riesgo
de impago. En una escala de clasificación entre 300 y 850
puntos, las hipotecas prime están valoradas entre 850
puntos las mejores y 620 las menos buenas.
ii. Se llaman “hipotecas subprime” las que tienen más
riesgo de impago y están valoradas entre 620 las menos
buenas y 300, las malas.
f. Además, como la economí­a americana iba muy bien, el deudor
hoy insolvente podrí­a encontrar trabajo y pagar la deuda sin
problemas.
g. Este planteamiento fue bien durante algunos años. En esos años,
los ninja iban pagando los plazos de la hipoteca y, además, como
les habí­an dado más dinero del que valí­a su casa, se habí­an
comprado un coche, habí­an hecho reformas en la casa y se
habí­an ido de vacaciones con la familia. Todo ello, seguramente,
a plazos, con el dinero de más que habí­an cobrado y, en algún
caso, con lo que les pagaban en algún empleo o chapuza que
habí­an conseguido.
9. Comentario: creo que, hasta aquí­, todo está muy claro y tambiíén está
claro que cualquier persona con sentido común, aunque no sea un
especialista financiero, puede pensar que, si algo falla, el batacazo
puede ser importante.
10. En cuanto a lo segundo (aumento del número de operaciones):
a. Como los Bancos iban dando muchos príéstamos hipotecarios, se
les acababa el dinero. La solución fue muy fácil: acudir a Bancos
extranjeros para que les prestasen dinero, porque para algo está
la globalización. Con ello, el dinero que yo, hoy por la mañana,
he ingresado en la Oficina Central de la Caja de Ahorros de San
Quirico de Safaja puede estar esa misma tarde en Illinois, porque
allí­ hay un Banco al que mi Caja de Ahorros le ha prestado mi

dinero para que se lo preste a un ninja. Por supuesto, el de Illinois
no sabe que el dinero le llega desde mi pueblo, y yo no síé que mi
dinero, depositado en una entidad seria como es mi Caja de
Ahorros, empieza a estar en un cierto riesgo. Tampoco lo sabe el
Director de la Oficina de mi Caja, que sabe -y presume- de que
trabaja en una Institución seria. Tampoco lo sabe el Presidente de
la Caja de Ahorros, que sólo sabe que tiene invertida una parte
del dinero de sus inversores en un Banco importante de Estados
Unidos.
11. Comentario: la globalización tiene sus ventajas, pero tambiíén sus
inconvenientes, y sus peligros. La gente de San Quirico no sabe que
está corriendo un riesgo en Estados Unidos y cuando empieza a leer
que allí­ se dan hipotecas subprime, piensa: “¡Quíé locuras hacen estos
americanos!”
12. Además, resulta que existen las “Normas de Basilea”, que exigen a los
Bancos de todo el mundo que tengan un Capital mí­nimo en relación con
sus Activos. Simplificando mucho, el Balance del Banco de Illinois es:
ACTIVO PASIVO
Dinero en Caja Dinero que le han prestado otros Bancos
Críéditos concedidos Capital
Reservas
TOTAL X millones X millones
Las Normas de Basilea exigen que el Capital de ese Banco no sea
inferior a un determinado porcentaje del Activo. Entonces, si el Banco
está pidiendo dinero a otros Bancos y dando muchos críéditos, el
porcentaje de Capital sobre el Activo de ese Banco baja y no cumple con
las citadas Normas de Basilea.
13. Hay que inventar algo nuevo. Y eso nuevo se llama Titulización: el
Banco de Illinois “empaqueta” las hipotecas -prime y subprime- en
paquetes que se llaman MBS (Mortgage Backed Securities, o sea,
Obligaciones garantizadas por hipotecas). O sea, donde antes tenia
1.000 hipotecas “sueltas”, dentro de la Cuenta “Críéditos concedidos”,
ahora tiene 10 paquetes de 100 hipotecas cada uno, en los que hay de
todo, bueno (prime) y malo (subprime), como en la viña del Señor.

Continurá....
Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo

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Re: Pandemonium
« Respuesta #114 en: Febrero 08, 2009, 11:27:20 am »
Ron Paul Habla Sobre La Depresión Que Se Avecina - 27/01/09 - Español

http://www.youtube.com/watch?v=AgIcBWlUIVc&eurl=http://valdeperrillos.com
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Re: Pandemonium
« Respuesta #116 en: Febrero 11, 2009, 02:17:22 pm »

CONTINUACION CRISIS NINJA...

14. El Banco de Illinois va y vende rápidamente esos 10 paquetes:
a. ¿Dónde va el dinero que obtiene por esos paquetes? Va al Activo,
a la Cuenta de “Dinero en Caja”, que aumenta, disminuyendo por
el mismo importe la Cuenta “Críéditos concedidos”, con lo cual la
proporción Capital/Críéditos concedidos mejora y el Balance del
Banco cumple con las Normas de Basilea.
b. ¿Quiíén compra esos paquetes y además los compra rápidamente
para que el Banco de Illnois “limpie” su Balance de forma
inmediata? ¡Muy buena pregunta! El Banco de Illinois crea unas
entidades filiales, los conduits, que no son Sociedades, sino
trusts o fondos, y que, por ello no tienen obligación de consolidar
sus Balances con los del Banco matriz. Es decir, de repente,
aparecen en el mercado dos tipos de entidades:
i. El Banco de Illinois, con la cara limpia
ii. El Chicago Trust Corporation (o el nombre que le queráis
poner), con el siguiente Balance:
ACTIVO PASIVO
Los 10 paquetes de hipotecas Capital:
lo que ha pagado por esos
paquetes
15. Comentario: Si cualquier persona que trabaja en la Caja de Ahorros de
San Quirico, desde el Presidente al Director de la Oficina supiera algo de
esto, se buscarí­a rápidamente otro empleo. Mientras tanto, todos
hablan en Expansión de sus inversiones internacionales, de las que ya
veis que no tienen la más mí­nima idea.
16. ¿Cómo se financian los conduits? En otras palabras, ¿de dónde sacan
dinero para comprar al Banco de Illinois los paquetes de hipotecas? De
varios sitios:
a. Mediante críéditos de otros Bancos
Comentario: La bola sigue haciíéndose más grande
b. Contratando los servicios de Bancos de Inversión que pueden
vender esos MBS a Fondos de Inversión, Sociedades de Capital
Riesgo, Aseguradoras, Financieras, Sociedades patrimoniales de
una familia, etc.
Comentario: fijaos que el peligro se nos va acercando, no a
España, sino a nuestra familia, porque igual, animado por el
Director de la oficina de San Quirico, voy y meto mi dinero en un
Fondo de Inversión)
c. Lo que pasa es que, para ser “financieramente correctos”, los
conduits o MBS tení­an que ser bien calificados por las agencias
de rating, que dan calificaciones en función de la solvencia. Estas
calificaciones dicen: “a esta empresa, a este Estado, a esta
organización se le puede prestar dinero sin riesgo”, o “tengan
cuidado con estos otros porque se arriesga usted a que no le
paguen”.
d. Incluyo aquí­ lo que decí­a el vocablo “Rating” de este Diccionario,
para que lo tengáis todo en el mismo bloque:
RATING. Calificación crediticia de una Compañí­a o una
Institución, hecha por una agencia especializada. En España, la
agencia lí­der en este campo es Fitch Ratings.
Los niveles son:
AAA, el máximo
AA
A
BBB
BB
Otros, pero son muy malos
En general:
Un Banco o Caja grande suele tener un rating de AA
Un Banco o Caja mediano, un rating de A
El 3.3.08, Fitch ha mantenido el rating del Ayuntamiento de
Barcelona en AA+
e. Las Agencias de rating otorgaban estas calificaciones o les daban
otros nombres, más sofisticados, pero que, al final, dicen lo
mismo:
Llamaban:
Investment grade a los MBS que representaban hipotecas prime,
o sea, las de menos riesgo (serí­an las AAA, AA y A)
Mezzanine, a las intermedias (supongo que las BBB y quizá las
BB)
Equity a las malas, de alto riesgo, o sea, a las subprime, que, en
este tinglado, son las protagonistas
f. Los Bancos de Inversión colocaban fácilmente las mejores
(investment grade), a inversores conservadores, y a intereses
bajos.
g. Otros gestores de Fondos, Sociedades de Capital Riesgo, etc,
más agresivos . pretendí­an obtener, a toda costa, rentabilidades
más altas, entre otras razones porque esos señores cobran el
bonus de final de año en función de la rentabilidad obtenida.
h. Problema: ¿Cómo vender MBS de los malos a estos últimos
gestores sin que se note excesivamente que están incurriendo en
riesgos excesivos?
i. Comentario: La cosa se complica y, por supuesto, los de la Caja
de Ahorros de San Quirico siguen haciendo declaraciones en
Expansión felices y contentos, hablando de la buena marcha de la
economí­a y de la Obra Social que están haciendo.
j. Algunos Bancos de Inversión lograron, de las Agencias de Rating
una recalificación (un re-rating, palabro que no existe, pero que
sirve para entendernos)
k. El re-rating es un invento para subir el rating de los MBS malos,
que consiste en:
i. Estructurarlos en tramos, a los que les llaman tranches,
ordenando, de mayor a menor, la probabilidad de un
impago, y con el compromiso de priorizar el pago a los
menos malos. Es decir:
1. Yo compro un paquete de MBS, en el que me dicen
que los tres primeros MBS son relativamente
buenos, los tres segundos, muy regulares y los tres
terceros, francamente malos. Esto quiere decir que
he estructurado el paquete de MBS en tres
tranches: el relativamente bueno, el muy regular y el
muy malo.
2. Me comprometo a que si no paga nadie del tranche
muy malo (o como dicen estos señores, si en el
tramo malo incurro en default), pero cobro algo del
tranche muy regular y bastante del relativamente
bueno, todo irá a pagar las hipotecas del tranche
relativamente bueno, con lo que, automáticamente,
este tranche podrá ser calificado de AAA.
3. Comentario: En los “Comentarios de Coyuntura
Económica del IESE”, de Enero 2008, de los que he
sacado la mayor parte de lo que os estoy diciendo,
le llaman a esto “magia financiera”.
ii. Para acabar de liar a los de San Quirico, estos MBS
ordenados en tranches fueron rebautizados como CDO
(Collateralized Debt Obligations, Obligaciones de Deuda
Colateralizada), como se les podí­a haber dado otro nombre
exótico.
iii. No contentos con lo anterior, los magos financieros crearon
otro producto importante: los CDS (Credit Default Swaps)
En este caso, el adquirente, el que compraba los CDO,
asumí­a un riesgo de impago por los CDO que compraba,
cobrando más intereses. O sea, compraba el CDO y decí­a:
“si falla, pierdo el dinero. Si no falla, cobro más intereses.”
iv. Siguiendo con los inventos, se creó otro instrumento, el
Synthetic CDO, que no he conseguido entender, pero que
daba una rentabilidad sorprendentemente elevada.
v. Más aún: los que compraban los Synthetic CDO podí­an
comprarlos mediante críéditos bancarios muy baratos. El
diferencial entre estos intereses muy baratos y los altos
rendimientos del Synthetic hací­a extraordinariamente
rentable la operación.
17. Al llegar aquí­ y confiando en que no os hayáis perdido demasiado,
quiero recordar una cosa que es posible que se os haya olvidado, dada
la complejidad de las operaciones descritas: que todo está basado en
que los ninjas pagarán sus hipotecas y que el mercado inmobiliario
norteamericano seguirá subiendo.

CONTINUARA...
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Re: Pandemonium
« Respuesta #117 en: Febrero 17, 2009, 04:52:08 pm »
18. PERO:
a. A principios de 2007, los precios de las viviendas
norteamericanas se desplomaron.
b. Muchos de los ninjas se dieron cuenta de que estaban pagando
por su casa más de lo que ahora valí­a y decidieron (o no
pudieron) seguir pagando sus hipotecas.
c. Automáticamente, nadie quiso comprar MBS, CDO, CDS,
Synthetic CDO y los que ya los tení­an no pudieron venderlos.
d. Todo el montaje se fue hundiendo y un dí­a, el Director de la
Oficina de San Quirico llamó a un vecino para decirle que bueno,
que aquel dinero se habí­a esfumado, o, en el mejor de los casos,
habí­a perdido un 60 % de su valor.
e. Comentario: Vete ahora a explicar al vecino de San Quirico lo de
los ninjas, el Bank de Illinois y el Chicago Trust Corporation. No se le puede explicar por varias razones: la más importante,
porque nadie sabe dónde está ese dinero. Y al decir nadie, quiero
decir NADIE.
f. Pero las cosas van más allá. Porque nadie -ni ellos- sabe la
porquerí­a que tienen los Bancos en los paquetes de hipotecas
que compraron, y como nadie lo sabe, los Bancos empiezan a no
fiarse unos de otros.
g. Como no se fí­an, cuando necesitan dinero y van al MERCADO
INTERBANCARIO, que es donde los Bancos se prestan dinero
unos a otros, o no se lo prestan o se lo prestan caro. El interíés a
que se prestan dinero los Bancos en el Interbancario es el
Euribor (Europe Interbank Offered Rate, o sea, Tasa de Interíés
ofrecida en el mercado interbancario en Europa), tasa cuya
evolución (en general, hacia arriba) podíéis ver en el vocablo
EURIBOR de este Diccionario.
h. Por tanto, los Bancos ahora no tienen dinero. Consecuencias:
i. No dan críéditos
ii. No dan hipotecas, con lo que las Colonial, Habitat, etc. lo
empiezan a pasar mal, MUY MAL. Y los accionistas que
compraron acciones de esas empresas, ven que las
cotizaciones de esas Sociedades van cayendo
vertiginosamente.
iii. El Euribor a 12 meses, que es el í­ndice de referencia de
las hipotecas, ha ido subiendo (v. Vocablo EURIBOR A 12
MESES en este Diccionario), lo que hace que el español
medio, que tiene su hipoteca, empieza a sudar para pagar
las cuotas mensuales.
iv. Como los Bancos no tienen dinero,
1. Venden sus participaciones en empresas
2. Venden sus edificios
3. Hacen campañas para que metamos dinero,
ofreciíéndonos mejores condiciones
v. Como la gente empieza a sentirse apretada por el pago de
la hipoteca, va menos al Corte Inglíés.
vi. Como el Corte Inglíés lo nota, compra menos al fabricante
de calcetines de Mataró, que tampoco sabí­a que existí­an
los ninja
vii. El fabricante de calcetines piensa que, como vende menos
calcetines, le empieza a sobrar personal y despide a unos
cuantos.
viii. Y esto se refleja en el í­ndice de paro, fundamentalmente
en Mataró, donde la gente empieza a comprar menos en
las tiendas.
Para que no tengáis complejo de inferioridad: el 7.5.08, Josíé
Luis Malo de Molina, Director General del Servicio de
Estudios del Banco de España, ha dicho que el efecto de la
desaceleración en el empleo está siendo más pronunciado
de lo previsto inicialmente.
Comentario: debe haber hablado con el fabricante de
calcetines de Mataró.

Nota: El texto como podeis imaginar continua. Pero como son 57 paginas y solo he colocado aqui 9, si alguien de los que leeis lel post le interesa, puede mandarme un mensaje y le envio las 57 paginas en formato pdf, via email.


Saludos chicos
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Re: Pandemonium
« Respuesta #118 en: Febrero 18, 2009, 11:06:34 am »
4° trimestre de 2009 - Comienzo de la fase 5 de la crisis sistíémica global: la fase de desarticulación geopolí­tica mundial
[/b]


En Febrero de 2006, el LEAP/E2020 habí­a considerado que la crisis sistíémica global se desenvolverí­a según 4 grandes fases estructurales, inicio, aceleración, impacto y decantación. Hasta ahora, este esquema ha descripto bien los acontecimientos. Sin embargo, nuestro equipo estima que a partir de ahora la incapacidad de los dirigentes mundiales para percibir la magnitud de la crisis, caracterizada especialmente por la obstinación con que desde hace más de un año están tratando las consecuencias en lugar de atacar sus causas, introducirá a la crisis sistíémica global en una quinta fase a partir del 4° trimestre de 2009: que denominamos fase de desarticulación geopolí­tica mundial.
Según el LEAP/E2020, esta nueva fase de la crisis estará configurada por dos fenómenos principales que determinarán los acontecimientos en dos secuencias paralelas, a saber:

A. Los dos fenómenos principales:
1.La desaparición del basamento financiero (USD + Deudas) en todo el mundo.
2.La acelerada fragmentación de los intereses de los principales actores del sistema global y de las grandes regiones mundiales.

B. Las dos secuencias paralelas:
1.La rápida descomposición de todo el sistema internacional actual.
2.La desarticulación estratíégica de los grandes actores globales.

Tení­amos la esperanza que la fase de decantación permitiera a los dirigentes del mundo entero aprehender las consecuencias del hundimiento del sistema que estructura el mundo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Desgraciadamente, en este estadio, no se puede ser optimista a ese respecto(1). Tanto en Estados Unidos como en Europa, China o Japón, los dirigentes persisten en actuar como si el sistema global en cuestión fuera sólo ví­ctima de una averí­a circunstancial y que basta con recargar de combustible (liquidez), y otros retoques (baja de tasas, compras de activos tóxicos, planes de salvamento de las industrias al borde de la quiebra.) para poder hacer que la máquina reinicie su marcha. No obstante, y este es el significado del tíérmino « crisis sistíémica global », acuñado por el LEAP/E2020 en febrero de 2006, el todo el sistema global está inoperable. Debemos reconstruir uno nuevo, en lugar de tratar de salvar lo insalvable.




Evolución de los pedidos a la industria en el curso del 4 ° el trimestre de 2008 (Japón, Estados Unidos, Eurozona, Reino unido, China y la India) - Fuentes: MarketOracle / JPMorgan
La historia que no es particularmente paciente, en esta quinta fase de la crisis empezará este proceso de reconstrucción pero de manera abrupta, con la desarticulación completa del sistema preexistente. Y las dos secuencias paralelas, descriptas en este GEAB N°32, que estructurarán los acontecimientos, prometen ser particularmente trágicas para algunos grandes actores mundiales.
Según el LEAP/E2020, sólo queda una pequeña ventana de lanzamiento para intentar evitar lo peor, los próximos cuatro meses, de ahora al verano boreal. Muy concretamente, la Cumbre del G20 de Abril de 2009 constituye, según nuestro equipo, la última chance para reorientar de manera constructiva las fuerzas en acción, antes de que la secuencia de cesación de pagos del Reino Unido y Estados Unidos se ponga en marcha (2). En su defecto, perderán todo control sobre los acontecimientos (3), muchos de ellos en sus propios paí­ses; en tanto el mundo entrará, en esta fase de desarticulación geopolí­tica, al estilo de « El barco ebrio ». Al final de esta fase de desarticulación geopolí­tica, el mundo arriesga parecerse a la Europa de 1913 más que al mundo de 2007.

Así­, a fuerza de intentar asumir sobre sus hombros el peso cada vez mayor de la actual crisis, la mayorí­a de los Estados afectados, incluido los más poderosos, no se dan cuenta que estan organizando su propio colapso bajo el peso aplastante de la historia, olvidando que eran sólo construcciones humanas que sobreviví­an únicamente porque el interíés de la mayorí­a los sostení­a. En este número 32 del GEAB, el LEAP/E2020 decidió anticipar las consecuencias de esta fase de desarticulación geopolí­tica en Estados Unidos y la UE.




Evolución de la base monetaria de Estados Unidos (12/2002. 12/2008, Fuentes: FED / DollarDaze
A llegado el momento que tanto individuos como agentes socioeconómicos se preparen para enfrentar un perí­odo muy difí­cil que verá a sectores enteros de nuestras sociedades, tal y como se los conoce, ser fuertemente afectados (4) o simplemente desaparecer, provisionalmente o aunque en ciertos casos en forma permanente. Así­, la ruptura del sistema monetario mundial durante el verano 2009 arrastrará no sólo un hundimiento del USD (y del valor de todo activo nominado en esta moneda), sino que, tambiíén, inducirá por contagio psicológico una píérdida de confianza generalizada en las monedas fiduciarias. Nos referimos a esto que en las recomendaciones de este GEAB N°32.
Finalmente, lo último pero no menos importante, nuestro equipo considera que en adelante son las organizaciones polí­ticas (5) más monolí­ticos, las más « imperiales », las que serán gravemente desestabilizadas durante esta quinta fase de la crisis. La desarticulación geopolí­tica tendrá lugar en los estados que experimente una verdadera dislocación estratíégica la cual comprometerá su integridad territorial y el conjunto de sus zonas de influencias en el mundo. Otros estados, como repercusión, se proyectarán abruptamente fuera de situaciones protegidas para sumergirse en el caos regional.




——
Notas:
(1) Tanto Barack Obama como Nicolás Sarkozy o Gordon Brown pasan el tiempo invocando la dimensión histórica de la crisis para esconder mejor su comprensión de su naturaleza e intentar exculparse de antemano por el fracaso de sus polí­ticas. En cuanto a los demás, prefieren convencerse de que todo esto se resolverá como un problema tíécnico, un poco más grave que de costumbre. Y todo el pequeño mundo sigue actuando según las reglas del juego que conocen desde hace díécadas, sin darse cuenta de que el juego está en desapareciendo ante sus ojos.

(2) Ver GEB anteriores

(3) En efecto, es tambiíén probable que el G20 tenga crecientes dificultades para reunirse, en un contexto de sálvese quien pueda.

(4) Fuente: New York Times, 14/02/2009

(5) Esto estimamos igualmente verdadero para las empresas

fuente; http://www.leap2020.eu/El-GEAB-N-32-esta-disponible!-4-trimestre-de-2009-Comienzo-de-la-fase-5-de-la-crisis-sistemica-global-la-fase-de_a2810.html
 
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Re: Pandemonium
« Respuesta #119 en: Febrero 22, 2009, 02:49:21 pm »
Pasado, presente y futuro
[/color]
 
Cuando uno se da cuenta de que por mucho que se estire la pelí­cula de la vida, lleva ya más tiempo pasado que por venir, entonces es hora de empezar a arreglar cuentas con Dios o con uno mismo —según creencias— y dejar de hacer el gilipollas en cuestiones pueriles y nonadas. Bien está que luchemos por imbecilidades en nuestra juventud, que defendamos con uñas y dientes las más ilustres pequeñeces como si en ello nos fuese la vida, pero que una vez traspasada la barrera de los cuarenta sigamos terciando en esos errores es digno de un sesudo estudio psicológico. Tal vez esto se pueda achacar a que la madurez del individuo ha ido atrasándose al mismo tiempo que lo hací­a la esperanza de vida y si encima íésta es acomodada, nos encontramos con autíénticos zangolotinos de cincuenta años.

Dicen que se empieza a envejecer cuando con demasiada frecuencia hablamos del pasado, pero en este caso hay que tener cuidado y no exhibir de manera ostentosa la nostalgia porque entonces pasarí­amos a formar parte a los ojos de los demás del clan de los cebolletas, clan de viejos prematuros que se empeñan en emular a Karina con aquello de: “Cualquier tiempo pasado me parece mejor”.

En plan cursi, se puede establecer que la esencia de la vida respecto a estas fases temporales consiste en arrepentirnos del pasado, vivir el presente e ilusionarnos por el futuro. Lo de vivir el presente es tal perogrullada que no hay que pararse en ello, y menos en los tiempos actuales en que puede ser sustituido por un “sálvese quien pueda”.

En cambio hay mucha gente partidaria del “a lo hecho, pecho” y del “no hay que mirar hacia atrás”, que creen que el pasado es una etapa de la vida que hay que cerrar, cuando en realidad hay que tenerlo presente para procurar no caer en los errores cometidos, pero no tanto como para amargarnos con íél. El arrepentimiento excesivo conduce a la amargura y al sentimiento de culpa, por eso tenemos que arrepentirnos de nuestros actos, pero poquito. En cuanto al futuro es lí­cito ilusionarnos con íél, pero siempre con la necesaria prudencia como para que cuando la vida se encargue de ponernos en nuestro sitio, el desencanto no sea insuperable. Y aunque soñar no cuesta nada, cuántos sueños frustrados por una sobredosis de expectativas.

Pero dejemos estas elementales disquisiciones para adentrarnos por los vericuetos que el tema de hoy nos plantea. Ya desde niños se nos presenta la confusión entre el presente con el futuro y el pasado. Quiíén, en su más tierna infancia no ha hecho las siguientes preguntas: “mamá, ¿hoy es mañana?”, “papi, ¿ayer es hoy?”, preguntas que a los mayores nos resultan chocantes por lo aparentemente absurdas, pero que si recapacitásemos nos darí­amos cuenta de que son más lógicas de lo que pensamos, pues tanto el pasado como el futuro están formados por una sucesión de n momentos puntuales de presentes, cuando n tiende a infinito, de ahí­ la paradoja infantil del tiempo.

Ya de mozalbetes, el padre es la figura que se encarga de abrirte los ojos al futuro —apoyándose en tu pasado— con la implacable frase de: “hijo, si sigues así­, no vas a ser nada el dí­a de mañana”, frase espeluznante que si se fijan lleva la palabra “nada” (cosa) en lugar de “nadie” (persona), con lo que no sólo te desmoraliza, sino que además te ningunea.

La edad mediana (entre los 35 y los 45 años) es la frontera donde tienen la misma importancia el pasado y el futuro, fundiíéndose los recuerdos con las perspectivas de manera que al anularse ambos efectos, es el presente el que predomina en esta fase de la vida. Es la etapa donde impera el “hay que disfrutar del momento”, donde el pasado no importa y el porvenir ya está decidido, es en suma, la etapa de los errores prepotentes. Pero en fin, esto se cura con la vejez.

Conforme pasan los años, vas restando futuro a costa de ir acumulando pasado, o sea, algo así­ como comer futuro y cagar pasado, esto quiere decir que poco a poco los medicamentos son la garantí­a de tu futuro y lo único que te interesa del pasado es contarle batallitas a los nietos mientras que del futuro te preocupas por los adelantos en el campo de la medicina y de leer las esquelas de los amigos. ¡Jamás tuvo tan poco íéxito en la vejez la frase aquella de “marica el último”!

Lo que si podemos considerar ya como un periodo largo, infinito dirí­a yo, es el que va desde marzo de 2004 hasta hoy, periodo que engloba pasado, presente, futuro y si nos descuidamos abarcará tambiíén edades de piedra, paleolí­ticos, pleistocenos y eones; para ello, sólo es necesario que sigan conviviendo dos especies protegidas: Josíé Luí­s el estadista y don Mariano el estafermo.   
 
 
Pandemonium
 
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