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Autor Tema: Pandemonium  (Leído 19816 veces)

hercul

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Re: Pandemonium
« Respuesta #165 en: Febrero 14, 2010, 02:44:51 pm »
Preparados

 
Desde diversos estamentos tanto públicos como privados, gobierno, FMI, Unión Europea, Banco Mundial, confederaciones de empresarios, oposición al gobierno, y hasta la Unión Ciclista Internacional –íésta última no se sabe muy bien a cuento de quíé– reclaman a los trabajadores españoles que hagan un esfuerzo y que en un ejercicio de responsabilidad solidaria con la crisis que a todos nos afecta, renuncien a determinados derechos para facilitar de este modo la reactivación económica que tan preocupados nos tiene y que sea el esfuerzo conjunto de toda la masa laboral, el que díé nuevos brí­os a la maltrecha economí­a patria.

La solidaridad, entendida como el esfuerzo y adhesión circunstancial al esfuerzo ajeno, es una cosa muy loable, pero ha de circunscribirse en el ámbito de lo puntual y extraordinario. Entendemos que la renuncia a unos determinados privilegios puede allanar el camino para que el mundo empresarial se reactive y, abaratando costes, pueda ser el motor impulsor de la tan necesaria activación económica; vamos, lo que Zapatero y otros pazguatos han llamado brotes verdes.

Pero una cosa es la renuncia puntual a determinados derechos y otra bien distinta es la aplicación de leyes arbitrarias conducentes a la fijación de estos objetivos, mediante Real Decreto o baladronada de similar calibre leguleyo. Casi todo el mundo sin excepción ha reí­do la gracia al gobierno cuando mediante Real Decreto se ha rebajado el sueldo a los controladores aíéreos. Ciertamente era cuestión sangrante que unos pocos tuviesen como rehenes de sus caprichos a toda una sociedad en perí­odos vacacionales para conseguir sus crematí­sticos propósitos, pero no es menos cierto que el intervencionismo de un gobierno llamado socialista cepillándose a golpe de R.D. el Convenio y la negociación de un colectivo de trabajadores asalariados, es algo que al menos a mí­ me pone la carne de gallina, por aquello de cuando las barbas de tu vecino veas pelar…

En esta crisis, parece ser que los únicos culpables son los trabajadores, pues es a ellos a los que se les exige la carga del sacrificio. Los bancos, sí­, aquellos de las hipotecas NINJA, aquellos que te daban el ciento veinte del valor del piso para que ya puestos aparcases en el garaje un reluciente BMW, no han sufrido ningún tipo de sanción, ni en la entidad propia, ni en los directivos ni gerentes que con su mala gestión han hecho peligrar el sistema. Dirán que son empresas privadas que no han de rendir cuentas a la sociedad. Tendrí­an razón en el momento en que no hubiesen aceptado ningún tipo de ayudas económicas estatales. Pero no. Ufanos de su buen hacer han invertido esas ayudas en primar económicamente a los altos directivos: por el trabajo realizado.

Lo polí­ticos, segundos responsables del momento crí­tico que vivimos, tampoco han de aguantar el embate del viento sobre sus velas, ya lo han anunciado, nada de suprimir cargos de confianza ni de apretarse el cinturón a la hora de frenar el gasto en altos cargos nacionales, autonómicos, provinciales y municipales. Como contrapartida congelarán el sueldo de los funcionarios. Vamos de los trabajadores públicos mileuristas. Y que se den con un canto en los dientes, que tiene trabajo.

Los empresarios, son la fuerza social que nutre de puestos de trabajo a la sociedad española –dicho en palabras del Presidente de la asociación de malechores que los une– motor de todo sistema económico se nos presentan como almas caritativas cuyo único empeño en la vida es la creación de empleo, con el altruista fin de dar de comer a eso pobres jornaleros para que sus vidas tengan algo de sentido… No vamos a decir lo obvio, o mejor sí­, habrá que decirlo, los empresarios utilizan la fuerza laboral para su único interíés el enriquecimiento personal a cualquier coste, y si encontrasen la manera de poder producir sus mercaderí­as o de ofrecer sus servicios sin la asistencia de la fuerza laboral, hace tiempo que íésta habrí­a desaparecido, no nos engañemos, un empresario es un vampiro que ha abominado de la sangre ajena para solo chupar el sudor de la misma ­–aunque así­ dicho quede un poco escatológico–.

Y en último lugar de la cadena alimenticia están los trabajadores, que en los momentos de bonanza, cuando banqueros polí­ticos y empresarios ganaban dinero a millones, se contentaba con el estipendio de un sueldo aumentado artificialmente a costa de horas extraordinarias y que ahora cuando su esfuerzo no es necesario, se ve abocado a engrosar la fila del INEM.

La sociedad española nunca ha tenido una fuerza laboral tan numerosa, tan bien formada, pero al tiempo tan borreguil y cenutria a la hora de luchar por sus derechos, han embadurnado la conciencia social de la masa con la falsa percepción de que son una clase media emergente, cuando en realidad siguen siendo lo que fueron siempre, carne de cañón en las batallas de guerras ya olvidadas y prescindibles peones en la partida de ajedrez que es la vida. Eso sí­, cuando las vacas flacas engullen a las orondas como en el sueño que Josíé interpretó para Faraón, se pide el esfuerzo a los de siempre,  a los pre-parados.

Borrego que sonriente acudes al matadero ¿de quíé coño te quejas?
 
 
El Sicario


 
Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo

hercul

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Re: Pandemonium
« Respuesta #166 en: Febrero 26, 2010, 03:03:00 pm »
TV3 - Polí²nia - Un indicador de l'Ibex-35 al despatx de Zapatero



http://www.youtube.com/watch?v=iKFHYggqE3k&feature=player_embedded
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hercul

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Re: Pandemonium
« Respuesta #167 en: Mayo 05, 2010, 08:31:50 pm »
Calificadoras de riesgo, ¿un poder sin lí­mites?


Gerardo Lissardy


BBC Mundo

Mueven los mercados del mundo entero, son temidas por los gobiernos y algunos se preguntan cómo regularlas: las calificadoras de riesgo están otra vez en la picota por la crisis griega, pero nadie imagina una vida sin ellas.




Una prueba de que la influencia de estas agencias sigue intacta despuíés de la crisis financiera global surgió la semana pasada, cuando Standard & Poor’s (S&P) rebajó las calificaciones de deuda de Grecia, Portugal y España.




El anuncio hundió temporalmente los mercados, hizo perder pie al euro y renovó las crí­ticas sobre el trabajo que realizan S&P y sus pares Moody's y Fitch, las tres principales calificadoras del mundo.




"Hay que controlarlas más, asegurarse que respeten las reglas", sostuvo este lunes la ministra francesa de Economí­a, Christine Lagarde, al anunciar que ordenará un seguimiento más estricto de su labor en el nivel local.




"No se puede degradar un paí­s 15 minutos antes del cierre (de los mercados) para precipitar las compras o las ventas en condiciones apresuradas", agregó.




En lugar de ser tachadas por exceso de indulgencia, como sucedió con la crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos, las calificadoras ahora son acusadas de lo contrario: exceso de severidad al juzgar a los europeos.




Sin embargo, ¿por quíé su poder todaví­a parece ilimitado, a pesar de las crí­ticas?




"Justificar la confianza"




La misión de las calificadoras de riesgo consiste básicamente en evaluar la deuda que emiten paí­ses, compañí­as o instituciones financieras, y darles una calificación según la certeza de que cumplan esos compromisos.




Sus calificaciones varí­an desde un máximo de triple A hasta un mí­nimo de E, de modo que los inversores cuenten con una referencia de los riesgos de impago que asumen cuando compran bonos o instrumentos financieros.




Más que auditar, el trabajo de las calificadoras consiste en procesar los datos que brindan diferentes entidades públicas o privadas (por ejemplo, el nivel de endeudamiento de un paí­s) y emitir un juicio que ellas sostienen que es tíécnico e independiente.




"Para justificar la confianza en ella, la calificadora debe ser vista como independiente y eso significa tener un historial de muchos años", explica Paul Goldschmidt, ex director de finanzas de la Comisión Europea y de Goldman Sachs Internacional.




Goldschmidt, actualmente miembro del Instituto Thomas More, asegura a BBC Mundo que por eso sólo hay tres agencias dominantes a escala global, las cuales nacieron en Estados Unidos: "Es muy difí­cil entrar en este mercado".




Capacidad de sorpresa




Una de las razones del peso de las calificadoras de riesgo en los mercados es su capacidad de sorprender a los agentes con anuncios inesperados.




Eso ocurrió, por ejemplo, cuando Moody's otorgó el preciado grado de inversión a Míéxico o Rusia, lo que "abrió las represas de dinero" hacia esos paí­ses, recuerda Arturo Porzecanski, un experto en finanzas internacionales con casi tres díécadas de experiencia en Wall Street.




La decisión de S&P de bajar, el martes pasado, tres grados la calificación de la deuda soberana griega hasta la categorí­a de inversión especulativa o "bonos basura" (BB+), advirtiendo un gran riesgo de impago, tambiíén sorprendió a muchos.




El mismo martes, S&P rebajó dos escalones la calificación de la deuda soberana de Portugal, al grado de A-, y al dí­a siguiente bajó un peldaño la deuda española, hasta el grado de AA.




En estos casos, el efecto que causó el anuncio fue de temor ante una señal de riesgo de que la crisis griega pueda propagarse en Europa. Para los paí­ses afectados, significa que será más caro pedir prestado en los mercados.




Autoridad concedida




La actitud de S&P molestó a las autoridades europeas: el gobierno español le reclamó explicaciones y funcionarios de Bruselas criticaron que la rebaja a Grecia ocurriese mientras Europa y el Fondo Monetario Internacional (FMI) definí­an su rescate.




Las capacidades de sanción de las calificadoras son "más grandes que las de Dios", observó el gobernador del Banco Central de Austria, Ewald Nowotny.




Sin embargo, en el caso griego el poder de las calificadoras de riesgo tambiíén emana del valor que las propias autoridades europeas han concedido a los juicios que emiten esas agencias.




De hecho, el Banco Central Europeo (BCE) tiene la polí­tica de exigir que sus príéstamos tengan como colateral bonos de los paí­ses con un determinado nivel de confianza… que lo definen las calificadoras de riesgo.




Este lunes, el BCE corrigió esa regla autoimpuesta para evitar la incómoda posibilidad de tener que rechazar bonos griegos como aval de sus príéstamos si la deuda de ese paí­s tambiíén fuera calificada como "basura" por Moody's o Fitch.




Sin embargo, el BCE mantuvo sus condiciones mí­nimas para aceptar deudas de otros paí­ses.


Es decir, el poder de las calificadoras tambiíén depende de la importancia que los demás les asignan a sus veredictos.




"Las agencias de inversión tienen credibilidad o impacto si hay entidades privadas o públicas que las usan como un metro para tomar decisiones", afirma Porzecanski. "Y como en general aciertan, la gente las usa".




¿Hora de actuar?




La políémica en torno de las calificadoras está lejos de ser nueva, pero ahora algunos polí­ticos creen que llegó la hora de actuar, como sugiere el anuncio de la ministra francesa Lagarde en la emisora Europe-1.


Hace unos dí­as, el Senado estadounidense acusó a las agencias calificadoras de haber fallado y actuado de forma indebida antes de la última gran crisis financiera.




El informe de los senadores acusó a S&P y Moody's de haber ayudado a los bancos a esconder los riesgos de las inversiones que promocionaban mientras las dos agencias cobraban comisiones de esos mismo bancos.




Eso supuso un "conflicto de interíés" para las calificadoras, según el senador estadounidense Carl Levin.




Mientras en el Capitolio, en Washington, se estudia cómo vigilar y regular mejor a estas agencias, en Europa se espera que un nuevo código de conducta comience a regir para las calificadoras a partir de diciembre.




Sin embargo, Goldschmidt cree que hay diferencias importantes entre la calificación de la deuda soberana de paí­ses y la de productos estructurales complejos como los que impulsaron la crisis estadounidense.




"Lo que pasa ahora es que paí­ses como Grecia y Portugal están asustados y se sienten tentados a utilizar las crí­ticas correctas que tuvieron las agencias calificadoras en la crisis financiera para sugerir que no hacen su trabajo", sostiene.




A su juicio, los gobiernos deben entender que las calificadoras de riesgo tienen que estar libres de presión polí­tica, y los mercados deben aceptar que están ahí­ sólo para aconsejar, sin tener la bola de cristal.




"Las calificaciones pueden ayudar a alguien a tomar una decisión", dice Goldschmidt, "pero nunca deben considerarse como el único criterio para definir una inversión".






Fuente: http://www.bbc.co.uk/mundo/economia/2010/05/100503_1143_calificadoras_riesgo_poder_cr.shtml 

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hercul

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Re: Pandemonium
« Respuesta #168 en: Mayo 06, 2010, 10:32:05 pm »
Crónica de la manifestación de ayer en Atenas

“La gente no tení­a miedo, estaba gritando como nunca: ladrones, mentirosos”

Matoula Papadimitri

Diagonal


- Matoula Papadimitri, redactora de la revista Alana, relata para DIAGONAL lo sucedido durante la marcha de más de 200.000 personas contra el FMI hoy en Atenas y el intento de los manifestantes de ocupar el Parlamento.







Ha sido la manifestación más multitudinaria que hemos vivido en Grecia en los últimos años, tan numerosa como la marcha contra la guerra de Iraq o las que se hicieron contra la reforma del sistema de seguridad social. Se habla de entre 150.000 y 200.000 personas en la calle, pero creo que es imposible calcularlo.

La sensación es que todo el centro de Atenas era una gran manifestación, super densa, casi claustrofóbica. Allí­ estaban los sindicatos oficiales, sindicatos de base, profesores, maestros, estudiantes, funcionarios, empleados privados, partidos y grupos polí­ticos de izquierda, libertarios, anarquistas, etc. Tambiíén habí­a gente que nunca habí­a salido a las calles para manifestarse.

Los manifestantes empezaron a caminar y en algún momento se empezaron a destruir bancos, tiendas y otros comercios en las avenidas más grandes del centro. Se convirtió en la marcha más violenta despuíés de la rebelión de diciembre pasado, con la diferencia de que la gente tení­a un promedio de edad mucho mayor, no era una marcha de jóvenes, aunque habí­a muchos.

La cantidad de gases lacrimógenos era enorme, pero nadie se iba. La marcha duró horas, la gente no tení­a miedo, gritaban: “ladrones, mentirosos”, “que se queme el burdel del Parlamento”, “que se vayan”, “que paguen los responsables”. Los conflictos se extendieron a todo el centro de Atenas. Tambiíén se incendiaron muchos edificios, como el de la policí­a, el Ministerio de Economí­a y varios bancos.

La ocupación del parlamento

Un momento muy fuerte fue cuando los manifestantes intentaron entrar al Parlamento. La gente y la rabia era tanta que, sin la gran cantidad de policí­as desplegados y los enfrentamientos que se produjeron, es muy probable que los manifestantes hubieran ocupado el Parlamento.

De momento hay tres muertes confirmadas, pero no está claro quíé pasó exactamente y quiíén es el responsable del incendio del banco. Lo que es seguro es que se incendió el Banco Marfin, que pertenece a uno de los empresarios más potentes de Grecia, Andreas Vgenopoulos, que compró a precio de saldo las aerolí­neas griegas cuando se privatizaron.

Tampoco se sabe si el banco que se incendió tení­a o no salida de emergencia, o si estaba cerrada, pero la gente no pudo salir y murieron tres trabajadores. Era el único banco abierto en toda la zona, situado en un edificio histórico. Todos los comercios y demás bancos en estas calles estaban cerrados.

En otras ciudades griegas tambiíén se han producido marchas muy grandes y enfrentamientos con la policí­a. En Salónica, Patras, Xanthi y Giannena se han ocupado alcaldí­as y centros laborales.

Gente cargada de rabia

En este momento hay miles de policí­as en el centro de Atenas y se están produciendo detenciones. Volviendo de la manifestación a casa, la gente en la calle, en los pequeños comercios, comentaba las noticias sobre los muertos y decí­an que lo que ha pasado es responsabilidad del Gobierno.

Dada la rabia de la gente y la sensación de injusticia, espero que todo esto no sea manipulado por los medios de comunicación: que no se olvide que la marcha de hoy fue muy importante, con una participación multitudinaria de gente cargada de rabia.

Y que no se utilicen las muertes para justificar más medidas represivas o las leyes de austeridad impuestas injustamente por el Fondo Monetario Internacional contra el pueblo griego.

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/La-gente-no-tenia-miedo-estaba.html






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Re: Pandemonium
« Respuesta #169 en: Mayo 22, 2010, 10:40:21 pm »
Sobre profecí­as económicas y oráculos neoliberales (recordando un texto de Marx)


John Brown

Viento Sur




La única parte de la llamada riqueza nacional que realmente entra en la posesión colectiva de los pueblos modernos es... su deuda pública .

(Karl Marx)

"En cuanto a los que hacen falsas predicciones, por mucho que las hayan hecho en nombre de Dios, o los que hayan predicado falsos dioses, auque hayan hecho autíénticos milagros, Moisíés declara que son falsos profetas y merecen la muerte."

(Spinoza, Tratado teológico-polí­tico, XV)


Creo que, despuíés de la actual tragicomedia, a la socialdemocracia de Papandreu o de Zapatero sólo les queda el descríédito o la impotencia. Tal vez los dos. El margen de maniobra que permití­a a la socialdemocracia arbitrar en el reparto de la renta y valorizar pasivamente la fuerza de trabajo se ha acabado. Con íél tambiíén se ha acabado la posibilidad de una democracia con algún contenido, pues las democracias europea y norteamericana jugaban precisamente con ese margen (mediante polí­ticas sociales o burbujas de deuda neoliberales). Ese margen hoy no existe: los mercados lo han invadido. Cuando un poder extralegal dice al supuesto soberano lo que debe hacer, este poder es el autíéntico soberano. En nuestra tragicomedia este poder habla por boca de los mercados y de sus oráculos (los economistas). No importa que los oráculos mientan con descaro: su mentira es la verdad que expresa el inconsciente del ríégimen, lo que el propio ríégimen "no sabe que sabe". De hecho, como en el 1984 de Orwell, siempre pueden cambiar retrospectivamente las previsiones del plan. Así­, durante más de un año han estado anunciando el surgimiento de "brotes verdes" anunciadores del fin de la crisis, para afirmar ahora que la única salida de la crisis -ahora agravada- consiste en la adopción de un paquete de medidas antisociales que, por añadidura, sólo pueden originar una recesión aún mayor, si no una autíéntica depresión de la economí­a.

Hubo primero que salvar los bancos provocando un endeudamiento gigantesco de las haciendas públicas. Ahora que los bancos están a salvo, ellos mismos, junto con los demás agentes financieros, apuestan a la bancarrota fiscal de los Estados que se endeudaron para salvarlos, provocando un brutal aumento de los tipos de interíés de la deuda pública de los paí­ses ya más endeudados. Los representantes polí­ticos de los paí­ses del euro o de la UE hoy amenazados por esta nueva ofensiva han decidido, para salir del atolladero, liquidar sus polí­ticas sociales y, ya que no pueden devaluar su moneda, devaluar la fuerza de trabajo. De este modo tienen la seguridad de reducir sus gastos públicos a corto plazo y de poder arrojar carnaza a los tiburones de la finanza. Pero esta solución no es ni siquiera viable. Las declaraciones "patrióticas" de necios como Josíé Luis Bono, quien afirma que "Es un momento de sangre, sudor y lágrimas para el pueblo español" o que "Es la hora de que gane España, aunque perdamos las elecciones", no engañan más que a quien quiera engañarse.

En la actualidad, el capital financiero como expresión directamente polí­tica de la relación capital en un ríégimen de acumulación donde el propio capital ha dejado de ser productivo, es el medio por excelencia de la expropiación de los comunes. La liquidación de las polí­ticas sociales y la privatización programada de los servicios públicos constituyen una aplicación de míétodos coloniales de expropiación en las propias metrópolis capitalistas. Como ya no existen nuevas colonias por conquistar y las que se intentan dominar por la fuerza -Iraq, Afganistán- parecen resistirse a la esclavitud, el capital tiene que buscar nuevas fuentes de beneficio en sus propias metrópolis: se trata de los bienes comunes representados por el Estado social y los servicios públicos, el recurso productivo común que es la inteligencia colectiva, que se pretende someter a las patentes, la propia vida y los estilos de vida de los individuos y grupos que son hoy objeto de una brutal apropiación mercantil.

Hasta hace unos meses se hablaba de una refundación del capitalismo. Se trataba de poner a este ríégimen lí­mites íéticos y sociales para evitar su autodestrucción. Esa refundación tení­a que ver con la que se conoció en los años 30 y que teorizó Polanyi en La gran transformación . En aquel momento, se trataba de evitar la implosión de un sistema de capitalismo desregulado que ya habí­a provocado una guerra mundial, seguida de la Revolución rusa y de la crisis del 29. Las polí­ticas keynesianas y fordistas -y sus variantes fascista y nacionalsocialista- evitaron el hundimiento y permitieron contener la ola revolucionaria que amenazaba con expandirse desde Rusia.

Hoy no se intenta ni siquiera aplicar seriamente estas medidas, no porque el capitalismo no desee salvarse, sino porque ya no puede hacerlo así­. Cuando la producción material está dejando de ser la fuente principal de beneficio para el capital, cuando esta misma producción, incluso bajo formas jurí­dicas capitalistas, tiene que recurrir a la cooperación directa de los trabajadores y a formas difusas de trabajo social remunerado o no remunerado, el beneficio capitalista ha dejado de proceder de la producción. Inicialmente el capitalismo se distinguí­a del feudalismo y de los regí­menes sociales de producción anteriores por el hecho de que la extracción de plusvalí­a, que se realizaba en los anteriores regí­menes desde el exterior del proceso productivo (tributos, diezmos etc.), tení­a lugar ahora dentro del propio proceso de producción, como extracción de plusvalí­a.

Hoy, a pesar del mantenimiento -a veces mediante formas brutales: guerra, leyes de excepción etc.- de las formas jurí­dicas correspondientes a las fases iniciales del capitalismo, la realidad de la producción ha cambiado. Hoy, al igual que en otras fases de acumulación originaria, los mecanismos de la deuda pública y de la renta financiera son dominantes. El capitalismo, en cierto modo, se ha feudalizado: ya no extrae fundamentalmente plusvalí­a a travíés de la producción, sino mediante los circuitos financieros. Aquí­, ya sólo se puede dejar la palabra a Marx, quien pudo con su enorme lucidez describir lo que estamos viviendo hoy refiriíéndose no a la fase -ojalá terminal- del capital que hoy vivimos, sino a sus oscuros comienzos en los que deuda pública, la explotación colonial, la expropiación y proleterización consiguiente de los trabajadores de las metrópolis y el desarrollo de los circuitos e instrumentos financieros consiguieron que el dinero generase más dinero sin pasar por un proceso de producción controlado por el capital. En el capí­tulo sobre la acumulación originaria del libro primero del Capital , afirma, pues, Marx lo siguiente:

"Los diversos factores de la acumulación originaria se distribuyen ahora, en una secuencia más o menos cronológica, principalmente entre España, Portugal, Holanda, Francia e Inglaterra. En Inglaterra, a fines del siglo XVII, se combinan sistemáticamente en el sistema colonial , en el de la deuda pública, en el moderno sistema impositivo y el sistema proteccionista. Estos míétodos, como por ejemplo el sistema colonial, se fundan en parte sobre la violencia más brutal. Pero todos ellos recurren al poder del estado, a la violencia organizada y concentrada de la sociedad, para fomentar como en un invernadero el proceso de transformación del modo de producción feudal en modo de producción capitalista y para abreviar las transiciones. La violencia es la partera de toda sociedad vieja preñada de una nueva. Ella misma es una potencia económica."

Y prosigue:
"El sistema del críédito público, esto es, de la deuda del estado, cuyos orí­genes los descubrimos en Gíénova y Venecia ya en la Edad Media, tomó posesión de toda Europa durante el perí­odo manufacturero. El sistema colonial, con su comercio marí­timo y sus guerras comerciales, le sirvió de invernadero. Así­, echó raí­ces por primera vez en Holanda. La deuda pública o, en otros tíérminos, la enajenación del estado sea íéste despótico, constitucional o republicano deja su impronta en la era capitalista. La única parte de la llamada riqueza nacional que realmente entra en la posesión colectiva de los pueblos modernos es... su deuda pública . De ahí­ que sea cabalmente coherente la doctrina moderna según la cual un pueblo es tanto más rico cuanto más se endeuda. El críédito público se convierte en el credo del capital. Y al surgir el endeudamiento del estado, el pecado contra el Espí­ritu Santo, para el que no hay perdón alguno, deja su lugar a la falta de confianza en la deuda pública.

"La deuda pública se convierte en una de las palancas más efectivas de la acumulación originaria . Como con un toque de varita mágica, infunde virtud generadora al dinero improductivo y lo transforma en capital, sin que para ello el mismo tenga que exponerse necesariamente a las molestias y riesgos inseparables de la inversión industrial e incluso de la usuraria. En realidad, los acreedores del estado no dan nada, pues la suma prestada se convierte en tí­tulos de deuda, fácilmente transferibles, que en sus manos continúan funcionando como si fueran la misma suma de dinero en efectivo. Pero aun prescindiendo de la clase de rentistas ociosos así­ creada y de la riqueza improvisada de los financistas que desempeñan el papel de intermediarios entre el gobierno y la nación como tambiíén de la súbita fortuna de arrendadores de contribuciones, comerciantes y fabricantes privados para los cuales una buena tajada de todo empríéstito estatal les sirve como un capital llovido del cielo, la deuda pública ha dado impulso a las sociedades por acciones, al comercio de toda suerte de papeles negociables, al agio, en una palabra, al juego de la bolsa y a la moderna bancocracia.

"Desde su origen, los grandes bancos, engalanados con rótulos nacionales, no eran otra cosa que sociedades de especuladores privados que se establecí­an a la vera de los gobiernos y estaban en condiciones, gracias a los privilegios obtenidos, de prestarles dinero. Por eso la acumulación de la deuda pública no tiene indicador más infalible que el alza sucesiva de las acciones de estos bancos, cuyo desenvolvimiento pleno data de la fundación del Banco de Inglaterra (1694). El Banco de Inglaterra comenzó por prestar su dinero al gobierno a un 8 % de interíés, al propio tiempo, el parlamento lo autorizó a acuñar dinero con el mismo capital, volviendo a prestarlo al público bajo la forma de billetes de banco. Con estos billetes podí­a descontar letras, hacer príéstamos sobre mercancí­as y adquirir metales preciosos. No pasó mucho tiempo antes que este dinero de críédito, fabricado por el propio banco, se convirtiera en la moneda con que el Banco de Inglaterra efectuaba empríéstitos al estado y pagaba, por cuenta de íéste, los intereses de la deuda pública. No bastaba que diera con una mano para recibir más con la otra; el banco, mientras recibí­a, seguí­a siendo acreedor perpetuo de la nación hasta el último penique entregado. Paulatiamente fue convirtiíéndose en el receptáculo insustituible de los tesoros metálicos del paí­s y en el centro de gravitación de todo el críédito comercial. Por la misma íépoca en que Inglaterra dejó de quemar brujas, comenzó a colgar a los falsificadores de billetes de banco. En las obras de esa íépoca, por ejemplo en las de Bolingbroke, puede apreciarse claramente el efecto que produjo en los contemporáneos la aparición súbita de esa laya de bancócratas, financistas, rentistas, corredores,  stock-jobbers [bolsistas] y tiburones de la bolsa."


William Cobbett observa que en Inglaterra a todas las instituciones públicas se las denomina reales, pero que, a modo de compensación, existe la deuda 'nacional' (national debt)."

Marx no llegó a escribir el volumen sobre el Estado que figuraba en el plan incial del Capital. Sin embargo, vemos en un texto como este quíé tipo de relación guarda el Estado moderno con la acumulación de capital y en otros pasajes de la misma obra podemos comprobar la función de reproducción que desempeña el Estado respecto de la relaciones capitalistas. Cualquier intento de recurrir al Estado como medio para poner freno al Capital podrá, en el mejor de los casos, tener efectos limitados, cuando no francamente reaccionarios. Estado y poder financiero se encuentran í­ntimamente unidos en su principio mismo por su carácter representativo. Como sostiene el jurista francíés Marcel Hauriou (de quien afirmaba Pasukanis que era uno de los pocos teóricos burgueses del derecho que no decí­a tonterí­as):

"Existe entre el ríégimen de Estado y el ríégimen de la finanza la caraterí­stica común de que ambos reposan sobre elementos representativos más que reales, el Estado sobre la concepción de la cosa pública, la finanza sobre el críédito. Estas afinidades no son meras aproximaciones de ideas. Hemos visto que el Estado es un equilibrio móvil, muy delicado, en constante progreso; hace falta que haya en íél una organización económica flexible y móvil como la de la roiqueza mobiliaria. Por otra parte, por mucho que sean móviles, las estabilidades que garantiza el Estado tienen un valor de creencia máxima y son las que desarrollan el críédito necesario al ríégimen capitalista."

Finanza y Estado se encuentran hoy de nuevo mano a mano como los dos polos principales del capitalismo, una vez que este ya no es capaz de organizar la producción. El Estado reposa en las "predicciones" de los nuevos augures de la finanza y estos mantienen al Estado como instrumento de garantí­a de sus rentas. Ambos viven del críédito: de la representación polí­tica, basada en la creencia en u todo nacional que hoy ilustran con pasión los tribunos de la izquierda, del centro y de la derecha del a derecha, y de la "confianza de los mercados". Ambos son falsos profetas, tramposos, pues determinan ellos mismos las condiciones de cumplimiento de sus propias profecí­as. La única solución a este problema de los falsos profetas la encontraron los antiguos judí­os, quienes, para acreditar la profecí­a condenaban sistemáticamente a muerte a los falsos profetas. Esto hací­a, mediante un míétodo espistemológicamente mucho más fiable, que la profecí­a fuese siempre autíéntica. Unos popperianos algo sanguinarios con criterios de falsation eficaces y radicales. No sólo se descarta la proposición que resulta falsa, sino que se "falsa" a su propio autor. Tal vez hubiera que aprender de los antiguos hebreos.
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Re: Pandemonium
« Respuesta #170 en: Mayo 24, 2010, 03:27:01 pm »
“QUE NO LE ENGAí‘EN: EL FLUJO DE í“RDENES ACABí“ HACE TRES Aí‘OS Y MEDIO. DESDE ENTONCES NO HA VUELTO..”
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Moisíés Romero -  Lunes, 24 de Mayo



Hablo con P.E uno de los grandes operadores de la Bolsa española, en cantidad y calidad. Disecciona la realidad bursátil con frialdad, sin prisa. Medita cada palabra. No muestra tensión: “Esto se acabó hace tres años y medio, justo cuando las órdenes de clientes finales dejaron de llegar a la Bolsa. No ha habido recuperación de la demanda desde entonces. Hemos visto un crash el mercado, que ha dejado muchos muertos en el campo de batalla, y otros tantos han quedado malheridos para siempre. La Bolsa, no obstante, ha llegado a recuperar un 70% desde los mí­nimos del 9 de marzo. Esta recuperación fue artificial, como se constata en lo que va de año. Una recuperación auspiciada por la banca anglosajona, gracas arbitraje con derivados y de acuerdo con las órdenes vinculadas a programas informáticos. Esto no es nuevo. En 1987, meses antes del crash de octubre de aquel año, ya se daban posiciones idíénticas a las de ahora. Esta, amigo mí­o, es una de las claves: NADA HA CAMBIADO EN LOS MERCADOS, NADIE HA SIDO CAPAZ DE CAMBIAR LAS REGLAS DE JUEGO. NO LES HA CONVENIDO. La verborrea de los polí­ticos, entre ellos la de Obama, no puede con la ambición de los bancos de negocios anglosajones. Todo ello ha provocado una píérdida de la confianza en el Sistema sin precedentes...”

“...Ya te comentíé hace unos dí­as que en este mundo bursátil y financiero tan desnortado y carente de principios y de valores, la reparación de la confianza va a tardar mucho y a los intermediarios financieros nos va a costar sangre, sudor y lágrimas, por muy exultantes que sean las cifras que acaban de presentar los grandes bancos de inversión del mundo. Los clientes que me llaman, nacionales o extranjeros, apenas cursan una puta orden. Ni compran ni venden. Pero sí­ están al corriente, al dí­a, muy informados del grado de corrupción existente en el Mundo Global y del mantenimiento de las tropelí­as que causaron la Gran Crisis. Tres años y medio despuíés del inicio de la Gran Crisis todo sigue igual por estos lares. Por eso la desconfianza de los clientes es total, por eso el dinero no salta a escena. Creo que tardará en hacerlo, por mucho que los í­ndices bursátiles intenten sugerirnos otra cosa...”

“...Sí­, este negocio hace tiempo que murió y no ha surgido una alternativa válida. He pensado mucho en ello. Es cierto que la Crisis ha dejado cadáveres por todos los sitios y que los seguirá dejando. Pero las promesas, ideario y decálogo del G20 ¿las recuerda? nacieron muertas hace tres años y medio. No hay alternativa válida, no hay un nuevo Sistema, un nuevo Orden, quiero decir, porque todo lo que ha quedado despuíés de la Gran Crisis Financiera sigue en manos de los de siempre, aunque los de siempre son ahora menos, porque unos y otros se han enfrascado en una pelea de dimensiones incalculables, de tal modo que los pocos que han sobrevivido, que han ganado la batalla, son ahora más poderosos y...más peligrosos ¿no lo cree así­?...”

“...Sí­, se ha intentado conjurar parte de la Crisis y evitar el Colapso. Pero la permisividad contable, el hecho de que los Reguladores miren para otro lado cuando algo pinta feo, el afán propagandí­stico y la excesiva acumulación de deudas en todo el mundo, nos dibuja un panorama futuro vestido de luto. Por eso, yo este partido de la Bolsa ni lo he jugado ni lo voy a jugar, porque, entre otras cosas, no lo entiendo: hay mucho derivado e ingenierí­a financiera en la subida ¿recuerda la subida atroz del 14% del lunes pasado y la caí­da a plomo en los dí­as siguientes?. Además, las valoraciones se han puesto por las nubes. A los niveles de precios actuales, las Bolsas descuentan incrementos promedio de los beneficios empresariales del orden del 50% para el año que viene. Y eso no me lo creo, por mucho que los medios de comunicación afines al Gobierno ¿quíé Gobierno? digan que los resultados son vigorosos...”

“...Considero que la Economí­a Global tardará años en volver a crecer. Tardará años en volver a lo que los expertos denominan normalización en la valoración de los activos. Por eso, creo que nos engañan con bravuconadas de que lo Peor ha pasado y que la recuperación es en V. Estamos metidos desde hace más de tres años y medio en una Gran Crisis Financiera, que se ha convertido en Crisis Económica y ahora, en una Crisis Total, con el euro destrozado. La Crisis Financiera ha sido parcialmente conjurada por los trillones de dólares, euros, yenes y yuanes con que se han inundado los mercados del mundo. Este dinero no ha ido al Sistema sino que ha sido utilizada por la banca, principalmente la anglosajona, para especular con acciones, bonos y commodities. Es decir, estamos dónde estábamos. Además, los bancos no han arreglado sus cuentas...”

“...¿Quíé por quíé han subido los í­ndices? Hace unos dí­as leí­ un artí­culo muy interesante que te enví­o. La principal diferencia entre la situación actual y lo que ocurrí­a hace 32 meses, cuando se temí­a que habí­an llegado los últimos dí­as del capitalismo, radica en la fuerte intervención pública. La Bolsa ha respondido al estí­mulo con subidas que rondan el 70% desde los mí­nimos de marzo. Pero ya no puede más. Y es más, el último cartucho fue el Plan de Ayuda a la UE acordada la madrugada del lunes pasado. Sí­, el último, cartucho, porque el mercado se lo ha pasado por el forro...”

“...Y así­ ¿Cuál es mi valoración del momento actual de los mercados de renta variable? Creo que básicamente hay un elemento diferenciador respecto a hace dos años, cuando pensábamos que el mundo se hundí­a, y ese elemento es la intervención pública. Lo que detuvo esa caí­da libre fue el hecho de que los bancos centrales llevasen los tipos al 0% y que el mercado fuera inundado con liquidez. Este es el aspecto más importante que deben tener en cuenta los inversores, porque lo que eso significa es que la potente subida que han experimentado las Bolsas es artificial, no está basada en fundamentos y eso es algo que el mercado tendrá en cuenta mucho antes de que empiecen a subir los tipos de interíés. La cuestión más importante de los próximos 12 o 18 meses será cómo afrontarán el mercado y algunos sectores concretos la retirada de los estí­mulos públicos, si es que para entonces seguimos vivos...”
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Re: Pandemonium
« Respuesta #171 en: Mayo 31, 2010, 10:08:43 pm »
La pandilla de incompetentes que nos hundió en la crisis sigue al mando

Dean Baker

Huffington Post




El mundo sufre el peor desplome desde la Gran Depresión. La crisis ha dejado millones de desempleados en los EEUU, en Europa y por doquiera. La enorme generación de los baby boomers en los EEUU, ahora al borde de la jubilación, ha visto destruida buena parte de su riqueza con el colapso de la burbuja inmobiliaria.

Serí­a difí­cil imaginar un desastre económico peor. Anteriores perí­odos de malos resultados, como los inflacionistas setenta, se ven ahora como gráciles ventiscas en comparación con el negro torbellino de píésimas noticias económicas en que nos hallamos ahora inmersos.

Nada de lo dicho es novedad para nadie. La gente no necesita a los economistas para saber que los tiempos son malos. Sin embargo, lo que acaso escape a la opinión pública es que las gentes que causaron este desastre son las mismas que ahora siguen teniendo vara alta. Más especí­ficamente: apenas ha cambiado el personal y no ha habido reconocimiento de errores en los bancos centrales, cuya incompetencia es responsable de la crisis.

Es muy notable que esta pandilla de incompetentes siga atribuyíéndose infalibilidad papal, regañando a los Gobiernos y advirtiendo a la opinión pública de las terribles cosas que van a pasar si se les somete a mayor supervisión. Los banqueros centrales y sus cómplices del FMI se avilantan a dictar polí­ticas a Gobiernos democráticamente elegidos. Dirí­ase que su agenda es la misma en todas partes: recortar pensiones, reducir la financiación pública de la sanidad, debilitar a los sindicatos y hacer que los trabajadores de a pie paguen los recortes.

Dado lo mucho que han contribuido a este caos, resulta sorprendente que estos banqueros centrales tengan redaños hasta para mostrarse en público. Tienen suerte de conservar sus puestos de trabajo, muy bien pagados por cierto. (Muchos de los chicos y de las chicas que trabajan en el FMI pueden jubilarse con pensiones de seis dí­gitos a la edad de 50 años.) Los trabajadores de a pie –maestros, obreros del sector automotriz, guardaespaldas— serí­an despedidos en un plis plás si lo hicieran tan mal como los banqueros centrales.

¿Quíé pasaba por sus cabecitas cuando observaban el crecimiento en espiral, sin base en los fundamentos de la economí­a, de los precios de la vivienda en los EEUU, en el Reino Unido o en el Reino de España? ¿Cómo pensaban que iba a terminar esa burbuja? ¿Pensaban acaso que billones de dólares de riqueza de la burbuja inmobiliaria podí­an desaparecer sin dejar trazas en la economí­a? ¿O pensaban que nunca estallarí­a la burbuja y que los precios de las viviendas seguirí­an creciendo y creciendo para siempre hasta niveles estratosfíéricos?

¿Y quíé decir de los banqueros centrales que permitieron que se impusiera el euro a una mezcla abigarrada de economí­as que tení­an poco en común, y además, sin una organización de control y gobierno? ¿Pensaban que los salarios y los precios iban a seguir la misma senda en Grecia y en Alemania? Y si no, ¿quíé mecanismo de ajuste preveí­an, una vez que esas economí­as tan distintas quedaran ligadas por una única moneda común?

Muchos banqueros centrales dicen ahora que ya sabí­an que el euro era una mala idea cuando se instituyó. Algunos de ellos alardean de haberlo musitado en su dí­a. Pero lo cierto es que los banqueros centrales y el FMI no decí­an estas cosas tan osadas en 1998, ni daban entonces a Gobiernos democráticamente elegidos las directrices que ahora les dan en punto a estructurar la zona euro cuando les exigen desmantelar sus Estados de bienestar. En otras palabras, estos banqueros centrales fracasaron de manera desastrosa: ¿por quíé conservan sus puestos de trabajo y por quíé narices se les sigue prestando atención?

En el puesto de honor de la lista de villanos de esta historia figura el FMI. Gracias a su ineptitud se invirtieron los flujos fundamentales de capital en la economí­a mundial. En tiempos normales se supone que el capital fluye de los paí­ses ricos con grandes cantidades de capital –como los EEUU y los paí­ses europeos— hacia los paí­ses en ví­as de desarrollo, que precisan de capital para nutrir su desarrollo. A causa de los yerros del FMI y de su incapacidad para establecer un sistema factible de finanzas internacionales, los flujos fueron en dirección opuesta, y a gran escala. Los pobres del mundo mandaban su capital a los EEUU, porque el FMI apenas les daba otra opción.

Es muy importante ganar claridad sobre la responsabilidad de los banqueros centrales y el FMI en este desastre totalmente previsible. En primer lugar, por razones de control y rendición de cuentas, algo muy importante para economistas que creen en la teorí­a económica. Esa teorí­a nos enseña que si no se hace responsables a los trabajadores por el resultado de su trabajo, no tendrán incentivos para desempeñarlo bien. Si el banquero central y la pandilla del FMI pueden generar un desastre y siguen cobrando sus nóminas como si todo fuera estupendamente, ¿Quíé incentivo tienen para hacerlo mejor la próxima vez?

Y otra razón por la que es importante reconocer las responsabilidades de los banqueros centrales y del FMI en este desastre: así­ dejaremos de acatar los consejos de gente que parece no tener ni puta idea. Antes de oí­r a Ben Bernanke, al presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, o al director ejecutivo del FMI, Dominique Strauss-Kahn, habrí­a que obligarles a contarnos cuándo dejaron de equivocarse en materias económicas. No podemos permitirnos que estos banqueros centrales subprime sigan controlando la polí­tica económica.

Dean Baker es codirector del Center for Economic and Policy Research (CEPR). Es autor de Plunder and Blunder: The Rise and Fall of the Bubble Economy , así­ como de False Profits: Recoverying From the Bubble Economy.

Traducción para www.sinpermiso.info : Ricardo Timón
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Re: Pandemonium
« Respuesta #172 en: Junio 02, 2010, 08:22:18 pm »
El Gran Sodomita
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Ni Alejandro Magno ni Eurí­pides ni Agatón ni Aquiles, todos unos simples aficionados. El arte de la sodomí­a ha alcanzado el zenit, el súmmum, la perfección en la tierra con las últimas acciones de El Gran Sodomita.

A golpe de decreto ley ha bajado los pantalones –y los sueldos– a tres millones de funcionarios y sin tan siquiera untarse de socorrida vaselina, les ha porculizado uno a uno ¡portento de potencia sexual!

Acto seguido, y sin siquiera darse una socorrida ducha palanganera, ha puesto en fila a diez millones de pensionistas y los ha dejado congelados con su traicionera penetración.

Vamos que no queda nadie contento es España con el sodomita leoníés, excepción hecha de los setenta veces setenta veces setenta asesores varios, que aunque les ha bajado la retribución un 15%, siguen dando gracias a los dioses, visto que ganan un poco menos, por seguir tocándose los cojones –líéase vulvas para las señoras asesoras, no venga alguna miembra de la señorita Aido y se me mosquee por discriminación sexual–.

Los sindicatos mentecatos, despuíés de su letárgico sueño quinquenal, están devanándose los sesos, para fijar las protestas en un calendario chachi, pero que no coincida con partidos del mundial, pues visto el poco predicamento que tienen entre la masa dormida, prefieren eludir la competencia de un vistosí­simo Escocia-Malta (si es que se hubieren clasificado estos equipos para disputar la pelotita en los predios de Nelson Mandela).

Y todos aquellos asalariados mí­nimos, que con poco más de 620€ al mes, se sientan en sus sillones a contemplar el citado mundial, en lugar de empuñar antorchas y teas con las que incendiar sedes ministeriales, son sodomitas contentos, contentos con que un diputado cobre casi cuatro mil euros –siete mil con dietas– y que le baste tener cotizados siete años como diputado para conseguir pensión completa, mientras a los gilipollas que no queman edificios oficiales, les piden 35 para conseguir el cien por cien de su miseria.

Los que duden aun en empuñar la tea, que sepan que lo antedicho queda en agua de borrajas si lo comparamos con el simple hecho juramental que necesita un ministro –puede hasta prometer el cargo cruzando los dedos– para que desde ese momento tenga derecho a una pensión vitalicia aunque sea cesado de manera fulminante diez segundos despuíés de jurar el cargo… por dar una patada en los cojones al rey, pongamos por ejemplo –bueno en ese caso, la pensión, incluida la alimenticia le estarí­a reservada de por vida, pero en el penal del Puerto de Santa Marí­a, por delito de lesa majestad–

La subida del IVA, ese impuesto tan democrático que nos iguala a todos, es otra de las perlas que ha de hacer llenar de gasolina las botellas de un tercio del Mahou, un impuesto tan justo que lo mismo lo paga el gran preboste enriquecido con la especulación ladrillera que la vieja pensionista viuda de congelado estipendio.

Y es que este gran sodomita es un gran cobarde, le faltan los cojones necesarios para aumentar los impuestos a los que han provocado la crisis, a saber, a los bancos, a las grandes fortunas, a los ricos que se han enriquecido más aún con la vil especulación polí­tico-urbaní­stica. Argumentando, que como la circulación de capitales es libre, esto provocarí­a un temor y una caí­da aún más sustancial de los mercados y una fuga de capitales al extranjero… como si eso le importara tres cojones al parado que no tiene con quíé dar de comer  a sus hijos.

Aunque tambiíén es cierto que si estos polí­ticos que se suben al principio de la legislatura los sueldos de manera vergonzante y por unanimidad en porcentajes asombrosos –a la hora de meterse plata en el bolsillo no existen partidismos que valgan– aumentasen los impuestos para los ricos, ellos serí­an los primeros afectados, pues de socialistas solo llevan la rosa en la mano, ejerciendo otros el papel de capullos, lo de obreros lo perdieron en los ochenta y lo de españoles, con esto de los pagos polí­ticos a vascos y catalanes tambiíén se perdió el siglo pasado.

Así­ las cosas, la elección de gilipollas de esta semana es sencilla. Si usted trabaja o está en paro, si usted gana menos de mil quinientos euros limpios al mes, mire su mano diestra, o la siniestra si es zurdo y si no ve una antorcha encendida, y no para festejar ningún olí­mpico juego, postúlese usted como gilipollas de la semana… o mejor de la legislatura porculera.
 
 
El Sicario
 
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Re: Pandemonium
« Respuesta #173 en: Junio 03, 2010, 12:24:52 pm »
El gobierno de los bancos 




Por Serge Halimi


 

El 10 de mayo de 2010, tranquilizados por una nueva inyección de 750.000 millones de euros en la caldera de la especulación, los tenedores de tí­tulos de Sociíétíé Gíéníérale ganaron un 23,89%. Ese mismo dí­a, el presidente francíés, Nicolas Sarkozy, anunció que, por razones de rigor presupuestario, no se prorrogarí­a una ayuda excepcional de 150 euros a las familias en dificultades. Así­, de crisis financiera en crisis financiera, crece la convicción de que el poder polí­tico ajusta su conducta a la voluntad de los accionistas. Periódicamente, democracia obliga, los representantes electos convocan a la población a privilegiar a aquellos partidos que los "mercados" preseleccionaron por su inocuidad.
La sospecha de prevaricación socava poco a poco la confianza en cada invocación al bien público. Cuando Barack Obama reprende al banco Goldman Sachs para justificar mejor sus medidas de regulación financiera, los republicanos difunden inmediatamente un spot (1) que recuerda la lista de donaciones que el Presidente y sus amigos polí­ticos recibieron de "La Firma" en las elecciones de 2008: "Demócratas: 4,5 millones de dólares. Republicanos: 1,5 millones de dólares. Los polí­ticos arremeten contra la industria financiera, pero aceptan los millones que les aporta Wall Street". Cuando, fingiendo su preocupación por proteger el presupuesto de las familias pobres, los conservadores británicos se oponen a que se fije un precio mí­nimo a las bebidas alcohólicas, los laboristas responden que se trata más bien de complacer a los dueños de los supermercados, hostiles a una medida semejante desde que convirtieron el precio de las bebidas alcohólicas en un producto gancho destinado a adolescentes fascinados por el hecho de que la cerveza pueda costar menos que el agua. Finalmente, cuando Sarkozy elimina la publicidad de los canales públicos, todos imaginan las ganancias que la televisión privada dirigida por sus amigos Vincent Bolloríé, Martin Bouygues, etc. obtendrá de una situación que los exime de cualquier competencia en el reparto del botí­n de los anunciantes.


Este tipo de sospechas se remonta lejos en la historia. Ahora bien, muchos hechos que deberí­an escandalizar pero a los cuales uno se resigna se ven minimizados por un "Eso siempre ha existido". Ciertamente, en 1887 el yerno del presidente francíés Jules Gríévy sacaba partido de sus parientes en el Elí­seo para negociar condecoraciones oficiales; a comienzos del siglo pasado, la Standard Oil daba órdenes a muchos gobernadores de Estados Unidos. Y en lo que respecta a la dictadura de las finanzas, ya en 1924 se hací­a referencia al "plebiscito cotidiano de los tenedores de bonos" -los acreedores de la deuda pública de la íépoca-, tambiíén llamados el "muro de dinero". No obstante, con el tiempo, algunas leyes regularon el papel del capital en la vida polí­tica. Incluso en Estados Unidos: a lo largo de la "era progresista" (1880-1920) y despuíés del escándalo Watergate (1974), siempre como consecuencia de movilizaciones polí­ticas. En cuanto al "muro de dinero", las finanzas se colocaron bajo tutela en Francia tras la Liberación. En suma, eso "siempre ha existido", pero eso tambiíén puede cambiar.

Y volver a cambiar... pero en el sentido contrario. El 30 de enero de 1976, la Corte Suprema de Estados Unidos anulaba varias disposiciones clave votadas por el Congreso que limitaban el papel del dinero en la polí­tica (fallo Buckley contra Valeo). ¿Razones invocadas por los jueces? "La libertad de expresión no puede depender de la capacidad financiera de los individuos para involucrarse en el debate público". Dicho de otro modo, regular el gasto es coartar la expresión... En enero último, este fallo se amplió hasta el extremo de autorizar a las empresas a gastar lo que quisieran para impulsar (o combatir) a un candidato.

En otros lugares, desde hace unos veinte años, entre los antiguos aparatchiks soviíéticos metamorfoseados en oligarcas industriales, los empresarios chinos que ocupan un lugar destacado en el seno del Partido Comunista, los jefes del Ejecutivo, ministros y diputados europeos que preparan, a la manera estadounidense, su reconversión en el "sector privado", un clero iraní­ y militares paquistaní­es embriagados por los negocios (2), el derrape venal se ha sistematizado. Esto influye en la vida polí­tica del planeta.

En la primavera de 1996, al tíérmino de un primer mandato muy mediocre, el presidente William Clinton preparaba su campaña de reelección. Necesitaba dinero. Para conseguirlo, tuvo la idea de ofrecer a los donantes más generosos de su partido pasar una noche en la Casa Blanca, por ejemplo en la "habitación de Lincoln". Puesto que acercarse al sueño del "Gran Emancipador" no estaba ni al alcance de los bolsillos más pequeños ni era la fantasí­a obligada de los más grandes, se subastaron otros placeres. Como el de "tomar un cafíé" en la Casa Blanca con el presidente de Estados Unidos. Por lo tanto, los potenciales donantes de fondos del Partido Demócrata se encontraron con numerosos miembros del Ejecutivo encargados de regular su actividad. El portavoz del presidente Clinton, Lanny Davis, explicó ingenuamente que se trataba de "permitir a los miembros de los organismos de regulación conocer mejor los asuntos de la industria en cuestión" (3). Uno de esos "cafíés de trabajo" puede haber costado miles de millones de dólares a la economí­a mundial, favorecido el crecimiento de la deuda de los Estados, y provocado la píérdida de decenas de millones de empleos.



"Los pobres no hacen donaciones públicas"


Así­, el 13 de mayo de 1996, algunos de los principales banqueros de Estados Unidos fueron recibidos durante noventa minutos en la Casa Blanca por los principales miembros de la Administración. Junto al presidente Clinton, el secretario del Tesoro, Robert Rubin, su adjunto encargado de Asuntos Monetarios, John Hawke, y el responsable de la regulación de los bancos, Eugene Ludwig. Por una casualidad seguramente providencial, el tesorero del Partido Demócrata, Marvin Rosen, tambiíén participaba en la reunión. Según el portavoz de Ludwig, "los banqueros discutieron la legislación futura, incluidas las ideas que permitirí­an quebrar la barrera que separa a los bancos de las demás instituciones financieras".

Aleccionado por el crac bursátil de 1929, el New Deal habí­a prohibido a los bancos de depósitos arriesgar imprudentemente el dinero de sus clientes, lo que obligaba luego al Estado a rescatar a esas instituciones por temor a que su eventual quiebra provocara la ruina de sus numerosos depositantes. Firmada por el presidente Franklin Roosevelt en 1933, la reglamentación, aún vigente en 1996 (ley Glass-Steagall), disgustaba fuertemente a los banqueros, preocupados por ser parte de los beneficiarios de los milagros de la "nueva economí­a". El "cafíé de trabajo" tení­a como objetivo recordarle ese desagrado al jefe del Ejecutivo estadounidense en momentos en que íéste se preocupaba por lograr que los bancos financiaran su reelección.

Unas semanas despuíés del encuentro, los teletipos de agencia informaron que el Departamento del Tesoro enviarí­a al Congreso un paquete de leyes "que cuestionaba las normas bancarias establecidas seis díécadas atrás, lo que permitirí­a a los bancos lanzarse ampliamente en el mercado de seguros y en el sector de los bancos de negocios e inversiones". Lo que siguió es de público conocimiento. La derogación de la ley Glass-Steagall fue firmada en 1999 por un presidente Clinton reelecto tres años antes, en parte gracias a su botí­n de guerra electoral (4). Esta derogación atizó la orgí­a especulativa de los años 2000 (sofisticación cada vez mayor de los productos financieros, del tipo de críéditos hipotecarios subprime , etc.) y precipitó el crac económico de septiembre de 2008.

En realidad, el "cafíé de trabajo" de 1996 (hubo 103 del mismo tipo en el mismo periodo y en el mismo lugar) no hizo más que confirmar la fuerza de gravedad que inclinaba la balanza en el sentido de los intereses de las finanzas. Porque fue un Congreso de mayorí­a republicana el que enterró la ley Glass-Steagall, conforme a su ideologí­a liberal y a los deseos de sus "mecenas"; los congresistas republicanos tambiíén recibieron dólares de los bancos. En cuanto a la Administración de Clinton, con o sin "cafíé de trabajo", no hubiera resistido mucho tiempo a las preferencias de Wall Street: su secretario del Tesoro, Robert Rubin, habí­a dirigido Goldman Sachs. Al igual que Henry Paulson, a cargo del Tesoro estadounidense durante el crac de septiembre de 2008. Tras haber dejado morir a los bancos Bear Stearns y Merryl Lynch -dos competidoras de Goldman Sachs- Paulson rescató a American Insurance Group (AIG), una aseguradora cuya quiebra habrí­a afectado a su mayor acreedor... Goldman Sachs.

¿Por quíé una población que no está compuesta en su mayorí­a por ricos acepta que sus representantes satisfagan prioritariamente las demandas de los industriales, de los abogados de negocios, de los banqueros, al punto que la polí­tica termina consolidando las relaciones de fuerza económicas en lugar de oponerles la legitimidad democrática? ¿Por quíé cuando esos mismos ricos son elegidos, se creen autorizados a exhibir su fortuna? ¿Y a proclamar que el interíés general requiere satisfacer los intereses particulares de las clases privilegiadas, las únicas con el poder de hacer (invertir) o impedir (deslocalizar), y a las que por lo tanto es necesario seducir ("tranquilizar a los mercados") o contener (lógica del "escudo fiscal")?

Estas preguntas llevan a evocar el caso de Italia. En ese paí­s, uno de los hombres más ricos del planeta no se sumó a un partido con la esperanza de influir en íél, sino que creó el suyo, Forza Italia, para defender sus intereses empresariales. De hecho, el 23 de noviembre de 2009, La Repubblica publicó la lista de las dieciocho leyes que favorecieron al imperio comercial de Silvio Berlusconi desde 1994, o que le permitieron escapar a las acciones judiciales. Por su parte, el ministro de Justicia de Costa Rica, Francisco Dall'Anase, ya advierte sobre una etapa posterior. La que verá en ciertos paí­ses un Estado, ya no sólo al servicio de los bancos, sino de grupos criminales: "Los carteles de la droga se apoderarán de los partidos polí­ticos, financiarán las campañas electorales, y tomarán luego el control del Ejecutivo" (5).

A propósito, ¿quíé impacto tuvo la (nueva) revelación de La Reppublica en el destino electoral de la derecha italiana? A juzgar por su íéxito en las elecciones regionales de marzo último, ninguno. Todo sucede pues como si el relajamiento habitual de la moral pública hubiera inmunizado a poblaciones resignadas a la corrupción de la vida polí­tica. ¿Por quíé indignarse entonces cuando los representantes se preocupan continuamente por satisfacer a los nuevos oligarcas, o por alcanzarlos en la cima de la pirámide de los ingresos? "Los pobres no hacen donaciones públicas", señalaba con bastante razón el ex candidato republicano a la presidencia John McCain, quien se convirtió en lobbista de la industria financiera.

Un mes despuíés de su partida de la Casa Blanca, William Clinton ganó tanto dinero como en sus cincuenta y tres años de vida. Goldman Sachs le pagó 650.000 dólares por cuatro discursos. Por otro, pronunciado en Francia, cobró 250.000 dólares; esta vez, el que pagó fue el Citigroup. En el último año del mandato de Clinton, el matrimonio habí­a declarado ingresos por 357.000 dólares; entre 2001 y 2007, sumó un total de 109 millones de dólares. Actualmente, la celebridad y los contactos adquiridos a lo largo de una carrera polí­tica se canjean sobre todo una vez que íésta carrera ha terminado. Los puestos de administradores en el sector privado o de asesor de bancos reemplazan ventajosamente un mandato popular que acaba de concluir. Y, como gobernar es prever...

Pero el "pantouflage" (6) ya no se explica únicamente por la exigencia de permanecer miembro vitalicio de la oligarquí­a. La empresa privada, las instituciones financieras internacionales y las organizaciones no gubernamentales conectadas a las multinacionales se convirtieron, a veces más que el Estado, en lugares de poder y de hegemoní­a intelectual. En Francia, el prestigio de las finanzas así­ como el deseo de forjarse un futuro dorado desviaron a muchos egresados de la Escuela Nacional de Administración (ENA), de la Escuela Normal Superior (ENS) o de la Escuela Politíécnica de su vocación de servidores del bien público. El ex alumno de la ENA y de la ENS y ex primer ministro Alain Juppíé confesó haber experimentado una tentación semejante: "Todos hemos estado fascinados, e incluso, perdón, los medios de comunicación. Los golden boys , ¡era formidable! Esos jóvenes que llegaban a Londres y que estaban allí­ frente a sus ordenadores y transferí­an miles de millones de dólares en unos instantes, que ganaban cientos de millones de euros todos los meses, ¡todo el mundo estaba fascinado! (...) No serí­a del todo sincero si negara que yo mismo cada tanto me decí­a: ‘caramba, si hubiera hecho eso tal vez hoy estarí­a en una situación diferente'" (7).

"Ningún arrepentimiento" en cambio para Yves Galland, ex ministro de Comercio francíés, convertido en presidente de Boeing France, una empresa competidora de Airbus. Ningún arrepentimiento tampoco para Clara Gaymard, esposa de Hervíé Gaymard, ex ministro de Economí­a, Finanzas e Industria: tras haber sido funcionaria en Bercy (sede del ministerio), y luego embajadora itinerante delegada de la Agencia Francesa de Inversiones Internacionales, se convirtió en presidenta de General Electric France. Conciencia tranquila tambiíén para Christine Albanel, que durante tres años ocupó el Ministerio de Cultura y Comunicación. Desde abril de 2010, sigue a cargo de la comunicación... pero de France Tíélíécom.

La mitad de los ex senadores estadounidenses se convierten en lobbistas , a menudo al servicio de las empresas que habí­an regulado. Lo mismo sucedió con 283 ex miembros de la Administración de Clinton y 310 ex miembros de la Administración de Bush. En Estados Unidos, el volumen de negocios anual del lobbying rondarí­a los 8.000 millones de dólares. Suma enorme, ¡pero con un rendimiento excepcional! En 2003, por ejemplo, el impuesto sobre las ganancias obtenidas en el extranjero por Citigroup, JP Morgan Chase, Morgan Stanley y Merril Lynch se redujo del 35% al 5,25%. Precio del lobbying : 8,5 millones de dólares. Beneficio fiscal: 2.000 millones de dólares. Nombre de la norma en cuestión: "Ley para la creación de empleos estadounidenses" (8)... "En las sociedades modernas -resume Alain Minc, egresado de la ENA, asesor (a d honorem ) de Sarkozy y (asalariado) de varios grandes empresarios franceses-, se puede servir al interíés general en otro lugar que no sea el Estado, como en las empresas" (9). El interíés general, todo está ahí­.

Esta atracción por las "empresas" (y sus remuneraciones) no ha dejado de hacer estragos en la izquierda. "Una alta burguesí­a se renovó -explicaba en 2006 Franí§ois Hollande, entonces primer secretario del Partido Socialista francíés-, en momentos en que la izquierda asumí­a responsabilidades, en 1981. (...) Es el aparato del Estado el que proveyó al capitalismo de sus nuevos dirigentes. (...) Provenientes de una cultura del servicio público, accedieron al estatus de nuevos ricos, dando cátedra a los polí­ticos que los habí­an designado" (10). Y que fueron tentados a seguirlos.

El mal les parece tanto menor cuanto que a travíés de los fondos de pensiones, los fondos de inversión, etc., un sector creciente de la población encadenó, a veces sin quererlo, su destino al de las finanzas. Actualmente, es posible defender a los bancos y a la Bolsa fingiendo preocuparse por la viuda sin recursos, por el empleado que compró acciones para mejorar su salario o garantizar su jubilación. En 2004, el ex presidente George W. Bush basó su campaña de reelección en esa "clase de inversores". The Wall Street Journal explicaba: "Cuanto más accionistas son los electores, más apoyan las polí­ticas económicas liberales asociadas a los republicanos. (...) El 58% de los estadounidenses tiene una inversión directa o indirecta en los mercados financieros, frente al 44% hace seis años. Ahora bien, en todos los niveles de ingresos, los inversores directos son más proclives a declararse republicanos que los no inversores" (11). Se entiende que Bush haya soñado con privatizar las jubilaciones.

"Esclavos de las finanzas desde hace dos díécadas, los Gobiernos sólo se volverán contra íéstas si los agreden directamente hasta el punto de que les parezca intolerable", anunciaba el mes pasado el economista Fríédíéric Lordon (12). El alcance de las medidas que Alemania, Francia, Estados Unidos y el G-20 tomarán contra la especulación en las próximas semanas dirá si la humillación cotidiana que "los mercados" infligen a los Estados, y la cólera popular que aviva el cinismo de los bancos, despiertan en los gobernantes, cansados de ser tratados como lacayos, la poca dignidad que les queda.



Notas:
(1) Ví­deo disponible en: www.monde-diplomatique.fr/19172
(2) Serge Halimi, "El dinero"; Behrouz Arefi y Behrouz Farahany, "El imperio económico de los ‘pasdaran' "; y Ayesha Siddiqa, "Elecciones y negocios militares en Pakistán", Le Monde diplomatique en español , enero de 2009, marzo de 2010 y enero de 2008 respectivamente.
(3) Esta cita, al igual que las dos siguientes, han sido extraí­das de "Guess Who's Coming for Coffee?", The Washington Post , National Weekly Edition, 3 de febrero de 1997.
(4) Thomas Ferguson, "Le tríésor de guerre du príésident Clinton", Le Monde diplomatique , Parí­s, agosto de 1996.
(5) Citado por London Review of Books , Londres, 25 de febrero de 2010.
(6) Tíérmino que designa en Francia la migración de altos funcionarios de la Administración pública a confortables puestos del sector privado (N. del T.).
(7) "Parlons Net", radio France Info, Parí­s, 27 de marzo de 2009.
(8) Dan Eggen, "Lobbying pays", The Washington Post , 12 de abril de 2009.
(9) Radio France Inter, Parí­s, 14 de abril de 2010.
(10) Franí§ois Hollande, Devoirs de víéritíé , Stock, Parí­s, 2006, págs. 159-161.
(11) Claudia Deane y Dan Balz, "‘Investor Class' Gains Political Clout", The Wall Street Journal Europe , 28 de octubre de 2003.
(12) "La pompe í  phynance", en http://blog.mondediplo.net , 7 de mayo de 2010.
Director de Le Monde diplomatique . 
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hercul

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Re: Pandemonium
« Respuesta #174 en: Octubre 26, 2010, 04:53:16 pm »
Una carta abierta a Juan Williams
¡Hay que terminar con la corrección polí­tica al hablar de terroristas!

Por  Michael Moore

Estimado Juan:

Siento que la Radio Pública Nacional [NPR] lo haya despedido por decir en Fox que se pone nervioso cuando ve a musulmanes en el mismo avión. Fue estúpido decir algo semejante, pero no pienso que decir algo estúpido justifique un despido. (Sí, pienso que debiera justificar un despido el que un periodista de NPR estíé dispuesto a recibir dinero de Fox News como comentarista habitual, pero íése es otro tema).

Hay algo más al respecto, y algunas cosas importantes que nadie menciona.

Por ejemplo, lo que usted dijo sobre Faisal Shahzad, el inmigrante paquistaní­ que quiso cometer un atentado en Times Square. Usted dice que cuando lo estaban sentenciando este mes afirmó que su intento de atentado fue sólo “la primera gota de sangre”. Y explica que no podemos permitir que la corrección polí­tica nos ciegue ante este hecho.

Supongo que Shahzad le causó una gran impresión, porque despuíés de su despido volvió a Fox y les dijo: “No podíéis ignorar que recientemente se ha dicho en el tribunal que ‘íésta es la primera gota de sangre en una guerra musulmana contra EE.UU.’”

Por desgracia (y es un motivo más por el que usted no deberí­a trabajar para una verdadera organización noticiosa como NPR), Shahzad nunca dijo eso. Si usted fuera un verdadero periodista lo habrí­a citado correctamente. Lo que dijo en realidad fue que era “la primera gotita del torrente [flood]”, no de sangre [blood]. Pero síé lo fácil que es oí­r mal cuando hablan temibles musulmanes. Y me imagino que en todo caso no se trata de una diferencia inmensa.

Lo que importa realmente es que usted tiene 100% razón. No deberí­amos dejar que la corrección polí­tica nos impida prestar mucha atención a lo que dice gente como Shahzad. El problema es que usted no ha ido bastante lejos.

De modo que, Juan, le pido que nos unamos en una cruzada –¡Ups! Bórrelo, llamíémoslo una “misión”- para difundir lo más posible esas declaraciones de Faisal Shahzad. Porque la mayor parte de los medios no ha invertido mucho tiempo en lo que quiso expresar.

Y lo que dijo cuando lo condenaron recientemente (despuíés de hablar de que es una gotita en un torrente), fue:

“[Saladino] liberó tierra musulmanas… Y es lo que nosotros, musulmanes, tratamos de hacer, porque estáis ocupando Iraq y Afganistán… De modo que, los últimos nueve años de guerra contra los musulmanes no han logrado nada para EE.UU., con la excepción de que han despertado a los musulmanes por el Islam. Somos sólo musulmanes que tratamos de defender a nuestro pueblo, nuestro honor, nuestra tierra. Pero si nos llamáis terroristas por hacerlo, entonces somos terroristas orgullosos, y os seguiremos aterrorizando hasta que dejíéis en paz a nuestra tierra y nuestro pueblo.”

Y Shahzad dijo lo siguiente cuando se declaró culpable en junio:

“Quiero declararme culpable, y me declararíé culpable 100 veces, porque hasta que EE.UU. retire sus fuerzas de Iraq y Afganistán y abandone los ataques con drones en Somalia, en Yemen y en Afganistán, y deje de ocupar tierras musulmanas, y deje de matar a musulmanes, y deje de denunciar a musulmanes a sus gobiernos, atacaremos a EE.UU., y me declaro culpable de hacerlo.”

Y además existe el correo que Shahzad envió a un amigo en 2006:

“Todos conocen la situación actual en el mundo musulmán… ¡Amigos en la protesta pací­fica! ¿Podíéis sugerir un camino para salvar a los oprimidos? ¿Y un camino para defendernos cuando nos disparan cohetes y fluye sangre musulmana? En Palestina, Afganistán, Iraq, Chechenia y otros sitios.”

Y luego tenemos lo que Shahzad decí­a incluso antes a sus amigos y parientes. El señor Shahzad habí­a criticado hace tiempo la polí­tica exterior de EE.UU. “Siempre se mostró muy molesto por la invención del truco de las Armas de Destrucción Masiva para atacar Iraq y matar a no combatientes como los hijos y el nieto de Sadam Hussein”, dijo un pariente cercano. En 2003 el señor Shahzad copió un mensaje electrónico de Google Groups con fotografí­as de detenidos de la Bahí­a de Guantánamo, esposados y acuclillados, bajo las palabras: “¡Quíé vergí¼enza, Bush! ¡Quíé vergí¼enza!”

De modo que, ¿quíé dices, Juan? Ahora que tienes un nuevo contrato por 2 millones de dólares con Fox, permite que te moleste con algunas discusiones exhaustivas sobre las verdaderas motivaciones de los terroristas. No podemos dejar que pase un dí­a más porque permitimos que la brigada de la corrección polí­tica nos impide decir la verdad: Los terroristas no tratan de matarnos porque odian nuestra libertad. Nos matan porque estamos en sus paí­ses matándolos.

Atentamente

Michael Moore

P.D.: Si quiere comprender los atentados suicidas, lea el nuevo libro que estudió cada detalle del tema durante los últimos 30 años. Ha sido utilizado por muchos grupos de muchas religiones, no sólo árabes y no sólo musulmanes. Y casi todo terrorismo semejante tiene una motivación común: la ocupación militar extranjera.

P.P.D.: Hay algo que quisiera discutir sinceramente con usted: ¿quíé piensa cuando ve a blancos de mediana edad que hablan en la televisión sobre cómo se ponen nerviosos cuando ven a afro-estadounidenses en la calle? ¿Y luego explican que no podemos permitir que la corrección polí­tica no nos deje hablar de crí­menes de negros contra blancos?

¿No lo vuelve loco que digan algo semejante sin siquiera ser conscientes de la historia de la violencia mucho mayor de blancos contra negros? ¿Y tal vez comprende ahora por quíé esos tipos blancos de mediana edad cometen semejante error?

ACTUALIZACIí“N: Juan, probablemente recuerda cuando Washington Post Magazine publicó un artí­culo de Richard Cohen defendiendo a propietarios de joyerí­as que no dejaban entrar a jóvenes negros. Causó tal controversia que New Republic publicó una serie de reacciones, incluida una suya. Tal vez serí­a interesante que volviera a leer lo que escribió entonces, por ejemplo: “El racismo es el sustituto del flojo para el uso de sentido común… El sentido común se convierte en racismo cuando el color de la piel se convierte en una fórmula para decidir quiíén representa un peligro.”

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hercul

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Re: Pandemonium
« Respuesta #175 en: Diciembre 17, 2010, 08:32:15 pm »
Colapso Mundial explicado en 3 minutos
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http://www.youtube.com/watch?v=H9x2SeTEdFU
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Re: Pandemonium
« Respuesta #176 en: Abril 25, 2011, 11:25:20 pm »
El ativulo viene a cuento  por lo siguiente: pienso que el petorleo se puede poner cerca de os 200$ el barril y USA ya esta abriendo sus pozos( ya llevan unos años, incrementando la  produccion año tras año) en Bakken , en Gull Island. Creo que los estan abriendo porque "preveen" que la crisis arabe puede ir a mas y quiza dejen de mandarnos tanto petroleo a los occidentales.
.
Dakota del Norte y Bakken

http://img23.imageshack.us/content_round.php?page=done&l=img23/1849/ndoil.jpg

Dakota del Norte es el estado de EEUU con la tasa de desempleo más baja . La tasa de desempleo del estado no ha subido del 5% desde 1987 . El nivel de renta per cápita aumentó hasta el puesto 17º en la díécada desde el puesto 38º, el mayor avance de cualquier estado.

El crecimiento de Dakota del Norte está motivado principalmente por el auge petrolero en la parte occidental del estado. La bonanza petrolera ha generado un superávit del Estado de 1000 millones dólares en su presupuesto.

Dakota del Norte ha bombeado una última cifra ríécord del petróleo, a un promedio diario de 355.038 barriles, el doble de la cantidad de petróleo producida en una fecha tan reciente como el verano de 2008. Los expertos predicen que la producción podrí­a duplicarse a 700.000 barriles por dí­a dentro de cuatro a siete años, lo que pondrí­a a Dakota del Norte como el 2º mayor estado productor sólo superado por Texas, pero delante de Alaska y California.

El descubrimiento de Bakken ha sido revolucionario, el mayor hallazgo en 40 años. Bakken es un vasto depósito de crudo de alta calidad que yace bajo los campos de trigo en los estados de Dakota del Norte y Montana y en el sur de la provincias canadienses de Saskatchewan y Manitoba. Bakken ha convertido a muchos agricultores en millonarios con la venta de sus tierras. Bakken puede darle a Estados Unidos, el mayor importador mundial de petróleo, una nueva fuente nacional de energí­a.


Las empresas asentadas en Bakken están siendo grandes ganadoras en Bolsa. Las 3 primeras empresas petrolí­feras establecidas en Bakken son:


-Continental Resources. Es el número 1 y más apalancado en Bakken, cuenta con 865.000 acres en Bakken

-Whithing Petroleum. Cuenta con 521.000 acres. De unos mí­nimos en 2009 en 10 $ ha pasado a cotizar a máximos históricos en 67 $

-Hess Corporation. Cuenta con 500.000 acres en Bakken

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Re: Pandemonium
« Respuesta #177 en: Mayo 04, 2011, 08:48:29 pm »
Documental. Los últimos dí­as de Lehman Brothers 


Los últimos dí­as de Lehman Brothers recrea todo lo que sucedió el 12 de septiembre de 2008, cuando el banco de inversiones Lehman Brothers se colapsó tras 158 años de historia. El derrumbamiento de Lehman Brothers fue debido a la crisis hipotecaria del mercado estadounidense arrastrando en su caí­da a otras instituciones financieras.

Es una meticulosa reconstrucción de los acontecimientos reales para la que han trabajado conjuntamente los equipos de ficción y documentales de la prestigiosa cadena británica. Inspirado en los hechos que ocurrieron durante los siguientes tres dí­as, el filme muestra a los protagonistas de este drama en una carrera contrarreloj para salvar la situación a lo largo de un fin de semana de negociaciones mantenidas por el entonces presidente del banco, Dick Fuld, con las autoridades estadounidenses para evitar la quiebra.

En esos dos dí­as, Fuld trató de buscar una fusión o una inyección de capital por parte de EEUU que rescatase al banco, aunque finalmente fracasó y Lehman Brothers se declaró en bancarrota. Fundado en 1850, Lehman Brothers era uno de los bancos de inversión más antiguos de Wall Street



http://www.megavideo.com/?v=G8SUNIUT
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Re: Pandemonium
« Respuesta #178 en: Mayo 13, 2011, 03:00:09 pm »


Los empleados públicos van a volver a ser uno de los colectivos castigados por nuevos recortes en el gasto público. El Gobierno tiene sobre la mesa un borrador que contiene una reducción de las pagas extraordinarias del personal de las Administraciones Públicas hasta dejarlas en su mí­nima expresión.
 
En concreto, la medida que en estos momentos están dando forma en la Dirección General de Costes de Personal y Pensiones Públicas, perteneciente al Ministerio de Economí­a y Hacienda, es suprimir los complementos especí­ficos de las pagas extraordinarias que se reciben en los meses de junio y diciembre.
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Re: Pandemonium
« Respuesta #179 en: Junio 05, 2011, 02:38:59 pm »
Diputada :Cidinha Campos - Brasil
Indignada y honrada
http://www.youtube.com/watch?v=n8-WBvEfdH8
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