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CANAL ATHLETIC. Armando lamenta el empate sevillista, mientras sus compañeros muestran sus quejas al colegiado. / FOTOS: FERNANDO Gí“MEZ
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El Athletic dio ayer por terminada una temporada reparadora, en la que el equipo ha puesto final al agotador drama de luchar por la permanencia hasta la última jornada. Lo hizo con una goleada dolorosa, por la forma en la que llegó, y porque la derrota del Deportivo en Riazor le colocó ante una oportunidad inesperada. El Sevilla jugó con tanta suficiencia que se abandonó a su suerte hasta que decidió despertar en el último tramo del encuentro.
El Athletic llegó al campo con escepticismo. Fue un síntoma revelador que el equipo se presentara en el Pizjuán apenas una hora antes del choque, cuando lo habitual es que lo haga con noventa minutos de antelación.
No obstante, una vez que llegó la hora de la verdad, salió dispuesto a cumplir con su deber. Los rojiblancos apostaron por un arranque fogoso y audaz. El premio llegó pronto. Llorente, cada vez más sólido en su papel de capo del área, aprovecho un despiste de la defensa para recoger la pelota. Dragutinovic llegó como un tren y le derribó. Aduriz engañó a De Sanctis para anotar el penalti.
El Sevilla estaba muy manso, sobre todo atrás, mientras el Athletic decidió desplegarse con un punto de grandeza muy de agradecer, aunque lamentablemente le duró poco. La portería de De Sanctis estuvo en ese inicio a su alcance. Antes del minuto quince los rojiblancos estrellaron una pelota en el larguero, en un cabezazo de Gurpegui a la salida de un córner, y Gabilondo estuvo a punto de transformar un lanzamiento de falta.
Caparrós ya dejó claro en Lezama el sábado cuando puso el calificativo de bueno a la temporada que no estaba muy convencido de las opciones Intertoto de su equipo. Por eso decidió agarrarse a otro estímulo. La última salida, la de Murcia, sirvió para homenajear a jugadores que probablemente se van como Luis Prieto o Cuíéllar. La de anoche era, sin embargo, el momento de probar cosas para la próxima campaña. Por eso alineó a Urko Arroyo, un jugador que es de su agrado y que puede ir a la pretemporada, como interior derecho y a Gurpegui como lateral por esa misma banda. El joven del filial se comportó con entereza, aunque tuvo poca presencia en el encuentro.
Pierde el Deportivo
Cuando todo parecía encaminado a un triunfo sin premio, a la media hora de partido llegó desde La Coruña la gran noticia, el tanto de Matías Fernández que adelantaba al Villarreal. Y justo en el momento en el que el preparador físico, Javier Reyes, comunicaba al resto del banquillo el tanto de los castelloneses, Koníé protagonizó una briosa arrancada que concluyó con el empate de Kanoutíé tras un rechace de Ocio.
La derrota al descanso del Deportivo provocó que a Caparrós no le quedara más remedio que utilizar la rueda de los cambios para buscar la victoria. Iraola saltó en lugar de Arroyo, Gurpegui se colocó como medio centro y Garmendia adelantó su posición para enganchar con los delanteros. Además, Ustaritz relevó a Koikili. Aunque se colocó como lateral izquierdo, la idea era que el equipo contara con tres centrales, para permitir a los demás futbolistas mantener el pulso ofensivo.
El relevo de Llorente a los 60 minutos por Etxeberria tiene una explicación más complicada. La única que se ocurre es que el tíécnico apostó su suerte a un arranque de genio del elgoibarríés. Pero lo cierto es que sin Llorente en el campo, el equipo rojiblanco ya no volvió a crear peligro.
En la segunda parte, el Athletic volvió a salir de forma decidida y con una superioridad abrumadora. Dos salidas en falso de De Sanctis permitieron a Gabilondo disparar a puerta sin portero, aunque con la oposición de los defensas. Sus dos remates, en los minutos 47 y 50, salieron fuera.
El Sevilla, que había saltado con una desgana rayana en la apatía. reaccionó en el último tramo. Kanoutíé avisó con un balón que sacó Amorebieta, otra vez magnífico, bajo los palos. A más opciones europeas, peor contestaron los rojiblancos. En cuando los andaluces se pusieron serios, el Athletic se vino abajo. Keita, en un espectacular lanzamiento de falta, y Kanoutíé, quien recogió el eníésimo rechace de un poste de Armando, sentenciaron el triunfo, convertido en goleada tras una jugada personal de Navas.
El Athletic se quedó finalmente sin Intertoto, pero al menos tiene algo más valioso que este torneo de acceso a la UEFA, un equipo de gran porvenir y que ha devuelto la ilusión a la afición. 1 4.