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Autor Tema: í“pera, mito y cuento...  (Leído 1372 veces)

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í“pera, mito y cuento...
« en: Agosto 19, 2009, 11:22:15 am »
Por... Ana Cristina Restrepo Jimíénez 


A todos nos gusta que nos cuenten historias.

De Rossini: en Milán, un grupo de ciudadanos decidió homenajear al autor de Guillermo Tell. El presidente de la comisión le dijo: "Maestro, abrimos una suscripción para levantarle un monumento". Rossini preguntó: "¿Han recogido algún dinero?". "Sí­, tenemos sesenta mil francos -respondió el organizador-, pero esperamos llegar a los cien mil", y el músico comentó: "Cuando llegue a los cien mil, me dice. Lo más acertado será que me den los cien mil francos, yo voy todos los dí­as, me paro sobre el pedestal y me quedo un rato".

De Verdi: el creador de La Traviata nació en un hogar modesto. Por fortuna, desde niño, contó con la protección de un comerciante, Antonio Barezzi, que siempre confió en sus dotes. Barezzi mandó al joven Giuseppe a estudiar al Conservatorio de Milán? pero no pasó la prueba de admisión.

De Puccini: el compositor de La Bohemia, cuya vida creativa se asocia con una profunda fijación neurótica, tení­a frecuentes enfrentamientos con otros músicos. Una Navidad peleó con Toscanini. Puccini tení­a la lista de panetones para enviar a sus seres queridos, pero olvidó borrar el nombre del director parmesano. Tras el enví­o accidental, le mandó un telegrama a Toscanini: "Panetone enviado por error". Y el destinatario respondió: "Panetone comido por error".

De Wagner (de sus enemigos): así­ fue el anuncio del estreno de Tannhí¤user o la Justa Poíética del Wartburg, a cargo de una compañí­a suiza: "¡Digní­simo y respetabilí­simo público! Joseph Schweitzer, mi difunto esposo, antes de ser llamado al más allá, donde deberá rendir cuentas de sus pecados, compuso esta obra excepcional. La escribió con sangre de sus venas, penetrando con í­mpetu en la más intensa pasión sin haberle sido nunca necesario visitar el 'Venusberg'. Por lo que les ruego no confundan la obra de mi bienaventurado esposo con la ópera del señor Richard Wagner, con el cual mi marido no quiso tener nunca el menor trato. Mi esposo trató el amor tal como íél lo sentí­a, profundo y maravillosamente bello, de lo que doy fehaciente testimonio. Los que vean su obra podrán observar con sumo gusto que Tannhí¤user y Elisabeth no mueren, sino que se casan felizmente, con lo que, los que asistan a la representación tienen asegurada una velada agradable y distraí­da. Karolin Schweitzer".

Recibir una serenata (aunque ajena) en el balcón, leer un libro, ir al cine y al teatro, sentarse en un cafíé con los amigos, oí­r los de la banca de atrás en el bus. A todos nos gusta que nos cuenten historias, redescubrir cada dí­a la dimensión dramática, sublime y ridí­cula de la existencia humana.

La ópera es la vida. Es una historia contada (siempre habrá una buena razón para contar historias, para escucharlas).

Felicitaciones a la Fundación Pro-lí­rica de Antioquia en sus quince años. Que muera el mito y viva el cuento: la ópera es para todos.


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...