Segundo asalto inmobiliario de la semana. Esta vez fue el turno de Colonial. A travíés de su banco asesor, tambiíén Lazard, que ya asesoró a Metrovacesa y lo hace al tiempo con Reyal Urbis, la compañía controlada por La Caixa (5,5%) y Banco Popular (9%) mantuvo ayer jueves un encuentro con sus principales acreedores para presentar un plan de salvación que permita cerrar con íéxito la refinanciación de sus 6.400 millones de deuda, sólo un año despuíés del primer acuerdo.
Uno de los principales puntos a resolver en el encuentro fue desbloquear la oposición de ING para participar en esta segunda ronda de refinanciación, despuíés de que otras entidades reacias al principio, como BBVA o Caja Madrid, los más relevantes dentro del segundo pelotón de acreedores, hubieran suavizado su postura. El banco naranja exigía nuevas garantías para su posición en el sindicato, que se encuentra en el tramo subordinado de la deuda senior.
“Estamos obligados a ponernos de acuerdoâ€, subrayan desde un banco. “Sería una estupidez que Colonial se fuera a concursoâ€. El grueso del sindicato, liderado por Calyon, Eurohypo, Goldman Sachs y RBS, que aglutina un 70% de la deuda, ve con buena disposición la alternativa de crear dos vehículos donde repartir los activos en base a su calidad, asumiendo las píérdidas necesarias. No ocurre lo mismo con las entidades que acaparan el 30% restante del críédito.
“El primer acuerdo de refinanciación ha resultado insuficiente a todas lucesâ€, explican desde una de las entidades implicadas. “Aquel acuerdo se basó sobre la venta de Riofisa, una operación que estaba supuestamente cerrada y que al final no se culminóâ€. A la vista del incumplimiento de este punto, Colonial arrancó un acuerdo de intenciones en junio para aplazar hasta el cuarto trimestre el cumplimiento de algunas de las obligaciones.
Riofisa y SFL salvan sus ‘match ball’
Tampoco ha resultado fructífera la tarea encomendada al banco de negocios JP Morgan para encontrar un inversor financiero que quisiera entrar en el capital de Colonial. Los compradores oportunistas ofrecen precios que los bancos no quieren asumir. De momento, sólo se han cerrado las ventas de algún activo –centro comercial de Príncipe Pío- y se han ejecutado las participaciones que la inmobiliaria poseía en FCC y una parte de SFL.
Precisamente, dos de las participadas de Colonial han conseguido cerrar en los últimos meses su propia deuda al margen de la situación de la matriz. En el caso de Riofisa, la compañía de centros comerciales refinanció el pasado verano 340 millones, mientras que la filial francesa SFL ha logrado salvar tambiíén la refinanciación de 300 millones. Ahora queda el futuro de Colonial, cuya solución depende de la voluntad de acuerdo entre los bancos.