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Autor Tema: España, condenada a la deflación: La salida del euro serí­a catastrófica  (Leído 880 veces)

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España, condenada a la deflación: La salida del euro serí­a catastrófica

Juan Estebanez
Invertia.com

Condenados a la rebaja salarial o a la emigración. Ante la imposibilidad de un cambio a corto plazo del anquilosado modelo productivo español, la “devaluación interna”, a decir de Krugman, se vislumbra como la única salida de la recesión ante el “chaleco de fuerza” que supone el euro, cuya devaluación se antoja harto improbable. ¿Ha sido el euro beneficioso para España? ¿Quíé sucederí­a si España saliera del euro y se refugiara en una devaluada peseta?

 


La crisis económica, que ha hecho de España una de sus ví­ctimas propiciatorias, ha abierto el debate sobre la conveniencia de permanecer dentro de la moneda única europea. El premio Nobel de Economí­a de 2008, Paul Krugman, -que no considera en ningún caso la salida de España del euro- ya apuntaba en un artí­culo el pasado enero que la pertenencia a la moneda común estaba resultando perjudicial para nuestro paí­s.

Esta semana, el economista estadounidense incidió en la misma cuestión al señalar que el euro “plantea problemas graves para regiones deprimidas de Europa como España”. Krugman redujo las alternativas para España a una sola: una fuerte “devaluación interna”, con recortes de salarios y precios.

Existe otra posibilidad: el abandono del euro y someter la nueva moneda a una devaluación competitiva. La salida del euro serí­a una catástrofe para España. Roberto Ruiz, jefe de Estrategia de Wealth Management Research de UBS se muestra contundente. Ni siquiera una devaluación competitiva de la moneda surtirí­a el efecto deseado de reactivación de las importaciones. La salida de la divisa única tendrí­a que hacerse de manera unilateral ya que, como recuerda el responsable de UBS, “no hay ningún mecanismo que permita a ningún paí­s ser expulsado del euro”.

Ganar competitividad es el único argumento para el abandono de la moneda europea. Sin embargo, el panorama resulta sombrí­o a la luz de las cifras. “Tres de cada cuatro partes de nuestras exportaciones van dirigidas a la Unión Europea”, señala Roberto Ruiz. Los aranceles que impondrí­a la UE reducirí­an drásticamente las ventajas del tipo de cambio de divisa.

LA ECONOMíA ESPAí‘OLA COLAPSARíA

“España debe tanto dinero en euros que el conjunto de la economí­a se derrumbarí­a”, insiste Ruiz. “Los bancos españoles deben a otros bancos europeos y al BCE más de 400.000 millones de euros”. Así­, un devaluación del 25% de la nueva moneda dispararí­a en 100.000 millones de euros más la deuda. “El sistema bancario español se volatizarí­a”. El colapso tambiíén alcanzarí­a a las empresas españolas, cuyos príéstamos en bonos emitidos suman más de 100.000 millones de euros. La catástrofe se extenderí­a como una epidemia por el tejido financiero europeo. “La banca alemana, que tiene críéditos a bancos y empresas españoles por unos 240.000 millones de euros, quebrarí­a por la quiebra de las entidades españolas”, relata Roberto Ruiz. “Somos muy dependientes y clientes del exterior”.

La mejora del díéficit exterior apenas se notarí­a. “Las principales exportaciones de España son los bienes manufacturados intermedios; el aumento del coste de las importaciones traerí­a un beneficio muy pequeño”, explica Ruiz. Tan sólo algún sector como el turismo, poco dependiente de las inversiones, podrí­a beneficiarse de una eventual devaluación de la moneda.

MAYORES DIFICULTADES DE FINANCIACIí“N Y FUGA DE CAPITALES

“Estar fuera de la Unión Europea podrí­a poner en peligro el rating de España y elevarí­a el díéficit y la deuda. Se incrementarí­a el coste de financiación”, opina Juan Ramón Caridad, socio de Atlas Capital.

Caridad tampoco ve pocas ventajas en una salida de la moneda única. “La devaluación competitiva de la moneda podrí­a dar oxí­geno a corto plazo y permitirí­a más flexibilidad en los tipos”. Sin embargo provocarí­a un “probable aumento de la inflación” que obligarí­a a incrementar los tipos por encima de los europeos.

Tampoco es una buena opción la salida del euro para Marian Fernández, responsable de Estrategia de Inversis, quien descarta casi por completo esa posibilidad. La experta de Inversis alerta de una revisión a la baja del rating y del peligro de la fuga de capitales. Esta caí­da del rating afectarí­a al mercado de la renta fija. Sin embargo, “en la bolsa no hay una repercusión directa por la escasa representatividad de la bolsa con la economí­a española”. Aún así­, Juan Ramón Caridad entiende que “en un primer momento, para el inversor extranjero la bolsa española podrí­a perder atractivo por la divisa”.

¿HA PERJUDICADO EL EURO A ESPAí‘A?

Un informe de AIG del año pasado abogaba abiertamente por el abandono del euro. El estratega jefe de Banque AIG, Bernard Connolly, consideraba que la pertenencia al euro no habí­a sido beneficiosa para España en la íépoca de crecimiento y constituye el mayor lastre para la salida de la crisis.

Connolly argumentaba, de manera similar a Krugman, que la pertenencia a la Unión Europea impide una mayor rebaja de los tipos de interíés –competencia del BCE-; el lí­mite de díéficit presupuestario impuesto por Bruselas constriñe un aumento del gasto público o una rebaja de impuestos que, según el analista de AIG, resultarí­an convenientes; y una devaluación de la divisa parece impensable.

El último informe anual de la Comisión Europea sobre la moneda única europea revelaba que, desde la adopción del euro, España ha perdido un 20% de su competitividad en precios mientras que Alemania ha ganado el 13%. La actuación del BCE depende mucho más de la evolución de las economí­as alemana y francesa que de la española, cuya ponderación en el conjunto de la UE es mucho menor que la de las grandes locomotoras europeas.

Así­, España se ha visto perjudicada por bajos tipos de interíés que han propiciado un endeudamiento masivo cuando convení­a una polí­tica monetaria más restrictiva. Al contrario, la probable salida de la crisis de Alemania y Francia antes que España, obligarí­a a una subida de tipos perjudicial para la recuperación española.

Juan Ramón Caridad admite que la polí­tica del BCE haya podido ser perjudicial para los intereses de España, aunque recuerda que nuestro paí­s ha gozado de fondos de cohesión y otras ayudas que parecen olvidarse. Asimismo, niega que el euro haya lastrado competitividad a España en relación con Alemania: “Alemania tiene una economí­a muy diversificada, mientras que España depende mucho más de los bancos y la construcción”. Al contrario, en opinión del experto de Atlas, la pertenencia al euro ha permitido a España una estabilidad en la divisa de la que carecí­a.

Tambiíén Roberto Ruiz ve más ventajas en estos años de pertenencia al euro, pese a la dependencia del BCE: “El euro amortigua los choques que han sufrido economí­as como la de Islandia, Letonia y Lituania”. Marian Fernández tambiíén recuerda que las divisas nórdicas sufrieron en la crisis “unas píérdidas enormes” por carecer del cobijo de una moneda como el euro.

El AJUSTE A LA BAJA DE PRECIOS Y SALARIOS, ESCENARIO PROBABLE

Los apocalí­pticos inconvenientes de una salida del euro dejan a España abocada a una severa devaluación de precios y salarios… o a la inmigración. Otra posibilidad, seguramente la mejor, es un absoluto cambio del modelo productivo. Como señala Marian Fernández: “Lo que hay que hacer en momentos de bonanza es aprovecharlos para hacer reformas estructurales”. Pero cuando la crisis se instaló en la economí­a no se habí­a acometido reforma alguna.

Así­, Marian Fernández señala la necesidad de “un ajuste ví­a precios”, algo que ya deberí­a haberse producido con más fuerza. La analista de Inversis considera “sorprendente” que no haya llegado una bajada más virulenta especialmente en el sector inmobiliaria.

Los cambios estructurales se han postergado y una solución de este tipo requerirá años. El Gobierno ya apuntó un viraje en el paradigma económico del paí­s. Sin embargo, las principales medidas adoptadas han dirigido un creciente gasto público al sector de la construcción, el tradicional eje de la economí­a española.