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Autor Tema: El ataque a Grecia y la estrategia de salida del BCE  (Leído 350 veces)

anna

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El ataque a Grecia y la estrategia de salida del BCE
« en: Febrero 06, 2010, 09:52:31 am »
El ataque a Grecia y la estrategia de salida del BCE

La caí­da de los bonos griegos puede acharcarse a la recesión y a su evidente deterioro fiscal. Pero hay que ir más allá para ver en lo que están pensando los especuladores más avezados del mercado, porque el razonamiento es sutil y apunta al Banco Central Europeo (BCE).

Mucho se especula con lo que puede ocurrir cuando los bancos centrales comiencen a implementar sus "estrategias de salida". Pero ya tenemos algunas pistas porque lo que está sucediendo con Grecia parece revelador.

Según Gilliam Tett, columnista del Financial Times, la caí­da de los bonos griegos puede acharcarse a primera vista a la recesión y a su evidente deterioro fiscal. Pero hay que ir más allá para ver en lo que están pensando los especuladores más avezados del mercado, porque el razonamiento es sutil y apunta al Banco Central Europeo (BCE).

No en vano, la institución que preside Jean Claude Trichet lleva discutiendo silenciosamente durante largo tiempo acerca de su polí­tica de garantí­as, es decir, de los colaterales que acepta de las entidades bancarias para que íéstas accedan a la liquidez. Hay que recordar que el BCE aflojó sus reglas en el otoño de 2008 tras el colapso del banco estadounidense Lehman Brothers, lo que permitió que las entidades utilizaran bonos soberanos con calificación "BBB" o superior en las subasta de dinero en lugar de limitarse a aceptar bonos con una calificación mí­nima de "A-" como hasta entonces.

El dinero busca y encuentra el fallo del sistema
Este programa fue presentado como "temporal" al estar previsto hasta finales de 2009, pero finalmente se amplió hasta finales de 2010. Y eso hizo que los bancos siguieran utilizando los bonos griegos sin hacerles ascos, lo que apoyaba su precio en los mercados de deuda. Ahora bien, el reloj sigue corriendo y el BCE tendrá que dejar de aplicar polí­ticas cuantitativas algún dí­a.

A principios de este año, altos funcionarios del BCE indicaron su intención de normalizar esta polí­tica a finales de 2010 como parte de su estrategia de salida, tal y como está previsto y en contra de aquellos que pensaban que podrí­a prolongarse en 2011. Y al suceder esto, que algún dí­a tendrá que suceder, se eliminarí­a una fuente clave de apoyo para la deuda griega.

Así­ las cosas, y como siempre hay alguien que piensa las cosas primero para que el resto le sigan, muchos inversores han comenzado a cubrirse las espaldas vendiendo deuda griega, lo que ha puesto al paí­s entre la espada y la pared afectando a otros como España que en absoluto tiene una calificación como la de Grecia.

No obstante, y como es evidente, esta no es la única razón por la que los bonos griegos están siendo maltratados, ya que las cifras macroeconómicas hablan por si solas. Pero sí­ que puede explicar la vertiente especulativa de ese dinero que vende Grecia a toda pastilla.

El orgullo polí­tico: un ataque a la Eurozona
"Y en las próximas semanas será fascinante ver lo que sucede con los fondos de cobertura. A los ojos de muchos jugadores de Wall Street, ahora parece totalmente lógico, si no inevitable, que Grecia no pueda pagar eventualmente sus bonos o su salida del euro, habida cuenta de las matemáticas que subyacen a sus problemas fiscales", apunta Tett.

Sin embargo, el problema va más allá de los números y de las primas de riesgo. Como dice Tell, el orgullo de una generación de lí­deres polí­ticos traumatizados por la segunda guerra mundial para mantener la unidad de Europa está en juego. Y defenderán sus logros casi a cualquier precio porque el ataque a Grecia tambiíén es una ataque contra el euro. La posibilidad de algún tipo de reacción polí­tica es muy posible si el problema va a más.

¿Y cómo se le hace frente a esos fondos especulativos que hacen fortuna detectando fisuras en el sistema? El mundo del dinero siempre va por delante y luego es tarde para pararle los pies. Algunos grandes inversores apuestan claramente por tensar la cuerda tras haberse dado cuenta de problemas que quizás no fueron previstos o que no se plantearon adecuadamente en el proceso de construcción europeo. O que incluso fueron ignorados durante la crisis para no darle pistas a ese dinero que siempre busca el fallo del sistema.