Por kilómetro cuadrado Panamá es el país con mayores yacimientos de cobre en el mundo, algo que para el viceministro de Comercio e Industrias, Ricardo Quijano, es una oportunidad que no podemos dejar pasar, y que explica de por sí la disputa existente entre algunas de las mayores empresas mineras del mundo.
En los años 70, cuando abrió Cerro Colorado en tierras de la Comarca Ngí¤be Buglíé en Chiriquí, considerado como el yacimiento de cobre más grande Amíérica Latina, los costos por libra del metal no superaban los 60 ó 70 centavos, razón por la que la mina tuvo que cerrar operaciones, similar a lo que ocurrió con la Mina de Santa Rosa en el distrito de Cañazas, al norte de la provincia de Veraguas, que cerró operaciones en 2001, coincidiendo con la caída del oro a nivel mundial.
Hoy, el precio del cobre se ha disparado a 3.50 dólares la libra, y todas las proyecciones apuntan hacia un sostenimiento en los costos debido a que los motores híbridos que se construyen en la actualidad están hechos con este metal. Aunque la caída en los precios no es algo que se pueda descartar al 100%, Quijano aseguró que todos los estudios hablan de un mínimo de 2.70 ó 2.80 por libra para los próximos años.
“Lo que ocurre con Cerro Colorado es que el precio del cobre y del oro han aumentado vertiginosamenteâ€, dijo el secretario Ejecutivo del gobernante Partido Cambio Democrático (CD), entonces ante situaciones tan diferentes a las que teníamos en los años 70, que fue la razón fundamental por la cual el proyecto no funcionó, se abre ante nosotros una operación que debe resultar enormemente rentable para el Estado panameño.
“Es una inversión muy grandeâ€, y aunque en aquel entonces la inversión no fue tan elevada, porque los costos de equipo y de funcionamiento no eran tan altos, la rentabilidad debería superar con creces los costos que acarrea la explotación en pleno siglo XXI. Estamos hablando de una inversión aproximada de 3,500 millones de dólares para Cerro Colorado, y entre 4,000 y 5,000 millones para que Petaquilla o Minera Panamá puedan comenzar operaciones, esto en un plazo no superior a 5 años.
“Las oportunidades se dan en ciertos momentosâ€, y el momento adecuado, según Quijano, es íéste, por lo que afirmó que como país debemos aprovecharlo, en especial porque no se trata de ninguna especulación, hay datos concretos que proyectan costos muy rentables para la extracción de minerales como el cobro y el oro.
En el caso del oro, por ejemplo, la proyección es que para los próximos años se mantenga el precio por onza sobre los 1,000 dólares, como está ahora.
En los años 70 el precio por onza no superaba los 280 dólares. Petaquilla ya terminó sus estudios de impacto ambiental. El Estado está en espera de esta documentación para que la mina pueda comenzar con la fase de explotación. Quijano sustentó en Debate Abierto que la actividad minera no es solo una fuente de ingresos para el Estado.
Cuando la mina Santa Rosa operaba se vieron en la comunidad de Cañazas enormes progresos para la población, por lo que invitó a detractores de la minería a que analicen como se ha visto desmejorada la calidad de vida de los habitantes del sector desde que la mina cerró operaciones.
Cañazas, con una extensión territorial de 1.230 kilómetros cuadrados, dista de la cabecera de Santiago unos 45 kilómetros. Ha sido, sin embargo, antes, durante y despuíés de establecida la mina de oro de Santa Rosa, uno de los tres distritos más pobres del país.
Por otro lado, a pesar de que la concesión para la minería en Cerro Colorado está vencida, y que los derechos pertenecen al Estado Panameño a travíés de la Corporación de Desarrollo Minero Cerro Colorado, esto no ha sido impedimento para que la empresa canadiense Corriente Resources Inc. trabaje desde hace año y medio en la zona, para lograr el ambiente social propicio.
Su intención, dijeron sus voceros, es conseguir la concesión y luego venderla. Según aclararon sus directivos hace pocas semanas, estas capacitaciones no tienen una fecha concreta de finalización, pero esperan que la inversión que se haga sea millonaria y que en ella participe directamente el Gobierno.
Las capacitaciones están encaminadas a obtener el apoyo irrestricto de los indígenas de la zona antes de solicitar formalmente la concesión al Estado, para lo cual intentan explicar a los pobladores la importancia de una minería responsable y su potencial de desarrollo