LA ENERGIA DETERMINATIVA
La Aurora de Juventud tiene varios ramales, que vienen a nosotros, como una corriente
corre al ocíéano; y cada ramal es la manifestación de algún atributo del Intimo. Aunque al
principio no podemos registrar estas oleadas, siempre crecientes, de energía, podemos, mediante
aspiración, sintonizar nuestras propias longitudes de onda. Entonces, atraemos estas
oleadas a nuestro sistema secundario, atrayendo a nosotros los átomos de las mismas y adquiriendo
su inteligencia.
Cada nueva Era trae otra forma de iluminación e instrucción al hombre.
Cuando decidimos hacer una cosa, ella ha sido ya realizada en nuestro sistema secundario,
lo cual nos da la determinación para trabajar y realizarla en el plano objetivo.
Pero, generalmente, fracasamos, si no extraemos, consciente o inconscientemente, la
energía determinativa de la naturaleza. Si aplicamos este principio, completaremos el
trabajo que hemos decidido, en esta vida o en la próxima encarnación. Porque todos nosotros
encarnamos para adquirir ciertas experiencias, y no podemos ser felices si fracasamos
en esto.
La densidad de la atmósfera del mundo se rebela contra nosotros, si deseamos completar
algo; somos atacados inmediatamente por el Enemigo Secreto y por los átomos de Oposición
de la atmósfera, los cuales entorpecen nuestro trabajo, para que no podamos realizarlo. Tambiíén
encontramos que, en el momento que empezamos a hacer algo, una energía opuesta debilita
nuestro interíés (salvo que sea de la misma naturaleza del plan que hemos decidido); esta
energía nos desorienta en nuestro trabajo. Los literatos y los artistas tropiezan con esto, más
que la clase científica. En comparación con las energías, que tratan con cosas objetivas, tales
como metal o madera, íéstas son remolinos de energía atómica.
De la misma manera que hay ciertos centros de instrucción, dentro de nuestro sistema
secundario, tenemos tambiíén centros que registran los movimientos de la Naturaleza. Cuando
aprendemos a armonizarnos con íéstos, obtenemos información. De esta manera es cómo empezamos
a levantar los velos de la Naturaleza y aprendemos lo relativo a las fuerzas de la
misma en nosotros. Esto nos da poder para ascender a sus esferas y comunicarnos con su inteligencia,
y sentimos, interiormente, la actuación de su voluntad.
Hemos hablado de la voluntad de la Naturaleza; íésta es la que precede al pensamiento de
nuestros centros universales de conciencia. Antes de que el pensamiento se manifieste en sonido
y color, va precedido de algo; porque la conciencia que mora en el interior determina
nuestro pensamiento. Cuando vamos adentro, encontramos este principio determinativo, actuando
en nuestros diferentes sistemas y, siempre, precediíéndolos. De modo que, hay dos cosas
que construyen, lo mismo que destruyen, el pensamiento, a saber: La conciencia que mora
dentro (el Genio de Perfección, cuya energía precede a todo pensamiento), y la energía objetiva
y destructiva de oposición, en la atmósfera de este mundo.
En lo más profundo de nuestra conciencia, encontramos corrientes de energía, que salen
de nuestro Intimo; íéstas son oleadas atómicas de sonido y de color, y la luz que ellas crean,
cuando se las mira desde el plano objetivo, es como la luz del sol, iluminando una avenida
obscura por la que estamos caminando.