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Autor Tema: El silencio de los corderos  (Leído 368 veces)

novato

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El silencio de los corderos
« en: Junio 12, 2010, 01:35:11 am »
 Los partidos polí­ticos piden príéstamos a las entidades financieras para comprar autobombo.

Las cajas están dirigidas por polí­ticos preocupados por sus intereses y los de su partido.

Las entidades financieras condonan dichos críéditos a los partidos polí­ticos.

Los partidos en el poder nombran a los ejecutivos de los organismos reguladores.

Los organismos reguladores tienen que vigilar a las entidades financieras. Pero las entidades financieras son las que conceden y condonan príéstamos a los partidos que han puesto a los ejecutivos en los organismos reguladores.

Las entidades financieras que conceden príéstamos a los partidos son miembros del AIAF. Y tienen que ser reguladas y controladas por sus deudores (así­ nos va).

El estado avala e inyecta dinero en las entidades financieras. No puede dejar caer entidades dirigidas por los polí­ticos de su partido: quedarí­a feo. Además, tiene que proteger a sus prestamistas y a los de sus amigos. Ver este post CCM amortiza todas sus preferentes a la par

Aparte, el estado exige a las entidades que compren deuda pública española, que para eso les ha financiado (en algunos casos, comprado, cuando el príéstamo es incobrable,) con el dinero de todos.

Las entidades financieras españolas compran deuda pública a pesar del riesgo de píérdidas por la probable bajada del precio de los bonos. Tambiíén lo hacen para evitar el descalabro de sus resultados al valorar su cartera de bonos del estado. Si una subasta de bonos quedara desierta, caerí­an los precios de los bonos y acabarí­a de hundir su cuenta de resultados.

Las cajas se inventan los SIP y el banco de España los autoriza (casi los obliga) para trincar dinero fresco y continuar con todos los despropósitos anteriores.

El estado utiliza la hucha de las pensiones y se gasta todo el dinero en deuda pública española. Esto es ilegal, porque la deuda ya no tiene triple A, pero, ¿quiíén lo va a denunciar? Si alguien propone gestionar bien el dinero de los pensionistas, nadie le hace caso.

Dicen que hoy sube el Ibex porque la subasta de bonos a 5 años ha sido un íéxito. Que digan quiíén ha comprado esos bonos y con quíé dinero lo ha hecho.

Mientras, el estado español sigue en Defcon 2 con la complacencia de todos sus súbditos.

 

Conclusión: hay que constituir un partido polí­tico nuevo, cuyo único punto en su programa electoral sea ganar las elecciones para devolverle el poder al pueblo. En otras palabras, devolverle su significado a la palabra “democracia” con la que algunos listillos les gusta llenarse la boca.

En breve pondríé aquí­ una propuesta descabellada, radical y utópica como la mayorí­a de las que hago, para fundar una sociedad democrática. Romper la baraja y escoger nuevas reglas para el juego. Cuando un árbol tiene las raí­ces podridas, la única solución es cortarlo y plantar otro. La sociedad actual no admite remiendos, hay que desmontarla y empezar desde cero con unas normas que beneficien, protejan y faciliten la vida del 98% de la población.

La propuesta será utópica, porque los que ahora chupan del bote le tienen el coco comido a los paganos, y eso es muy difí­cil de devolver a su estado original. El punto fundamental del lavado de sesos es haber convencido a la población de que los que lleven la contraria a los poderes establecidos son unos peligrosos antisistema que quieren derrocar el estado de bienestar e imponer una dictadura salvaje. Este estribillo, junto con el miedo al cambio que tiene cualquier ser vivo, protegen infaliblemente los intereses de los cuatro gatos que dominan al grueso del dócil rebaño.

A algunos lectores les puede parecer que estoy proponiendo una revolución. Yo lo llamarí­a evolución. Se puede evolucionar de dos formas:

1) Adaptándose a los cambios medioambientales para sobrevivir.

2) Por la puesta en práctica de una tíécnica, un míétodo o una treta con la que una especie se proteja del ataque de sus depredadores naturales. En este caso, todos sabemos muy bien quiíénes son los lobos y quiíénes han asumido el papel de corderos en la función. Hay un millón de corderos por cada lobo. Sólo conocer este dato deberí­a ser suficiente para erradicar de un plumazo el poder de los escasos lobos. En realidad, este poder no lo pueden mantener ni por la fuerza (porque no la tienen), ni por la ley (la constitución no ampara lo que está ocurriendo), ni por íética (las íélites son corruptas hasta la míédula), ni por los más elementales derechos humanos para una convivencia justa y pací­fica.

Espero que termine de una vez el silencio de los corderos y que nos hagamos oí­r con algún eslogan machacón que penetre en el subconsciente de la población. Espero vuestras propuestas para dicho eslogan.

Mi propuesta es: corderos unidos, por un mundo sin pastores ni sanguijuelas.