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Autor Tema: El Ibex pierde 73.000 millones durante el 2010  (Leído 251 veces)

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El Ibex pierde 73.000 millones durante el 2010
« en: Diciembre 31, 2010, 11:45:57 am »
El Ibex pierde 73.000 millones durante el 2010
 
por A.Redondo y D. Esperanza en Expansión

Los inversores se han enfrentado este año a un enemigo titánico: la periferia europea. Sus problemas financieros han ensombrecido los buenos resultados empresariales y la recuperación en EEUU y Europa.

Castigo a los alumnos indisciplinados. í‰se podrí­a ser el resumen de lo acontecido en los mercados en 2010. Los problemas financieros de varios paí­ses de la periferia europea han traí­do de cabeza a los inversores y han provocado una severa tormenta tanto en la renta variable como en los mercados de deuda.
El Ibex 35 ha sido el peor entre los principales í­ndices europeos. Se ha dejado un 17,43%, frente al 4,69% que ha ganado el EuroStoxx 50.

El Dax alemán se ha situado a la cabeza, con un alza del 16,06%, mientras que el Cac francíés ha cedido un 2,17% y el Ftse británico ha avanzado un 10,31%. El resto de bolsas de la periferia ha tenido la misma suerte que la española: el Athex Composite griego ha cedido un 35,16%, el Irish Overall irlandíés ha perdido un 3,21% y el P20 luso ha caí­do un 5,44%.

Los expertos indican que los inversores han sido muy selectivos este año, lo que explica la disparidad de resultados. Han huido de los paí­ses con más problemas de díéficit (la periferia) y se han centrado en aquellas regiones en las que la recuperación económica es más robusta. En este sentido, Alemania ha sido el claro ganador. La salud de sus finanzas públicas (clave en un entorno de preocupación por el excesivo díéficit) y la fortaleza de sus exportadoras han sido los motores del Dax.

Pablo Garcí­a, de Oddo Securities, añade que el peor comportamiento del Ibex se debe tambiíén a que, en los últimos años, habí­a batido al resto de í­ndices (entre 2005 y 2009 ganó un 31,49%, frente al 14% de media del resto de Europa). Pero este año se ha topado con la crisis de deuda.

Problemas perifíéricos
La mecha se encendió a finales de 2009, pero la explosión se produjo de lleno en 2010. A principios de diciembre de 2009, Fitch abrió la caja de Pandora al rebajar el ráting a Grecia hasta BBB+. Fue el primer aviso de que las cosas no iban por el sendero adecuado en la periferia europea. El Ibex logró comenzar 2010 con buen pie, al subir un 2,36% en las 3 primeras sesiones.

El 6 de enero marcó su máximo anual en 12.222 puntos (un 19% por encima de los niveles de cierre de ayer). A partir de ahí­, la crisis de la deuda se adueñó de la bolsa.

Grecia se resistí­a a abandonar la actualidad de los mercados. Las sospechas de que sus cuentas no eran honestas y de que habí­an sufrido un “ligero” maquillaje se verificaron en febrero, cuando el Gobierno heleno admitió los hechos. El castigo a su deuda fue severo. Su riesgo paí­s (diferencial de rentabilidad entre el bono de un paí­s y el alemán a diez años, en puntos básicos) escaló hasta los 356 puntos.

El 15 de abril, ahogada por las presiones de los mercados, Grecia puso en marcha el mecanismo para solicitar un rescate a la Unión Europea. Las bolsas europeas cayeron de media un 1,43%. Peor le fue al í­ndice heleno, que perdió un 1,64%, o al Ibex 35, que descontó un 1,76%. El resto de plazas de la periferia tambiíén sufrió severos castigos, ante el temor a un posible contagio.

Los problemas de Grecia provocaron una situación sin precedentes en Europa: un rescate financiero. El 2 de mayo el Eurogrupo aprobó la concesión de 110.000 millones de euros a Grecia para ayudarle a sanear sus finanzas. El rescate, finalmente, se articuló el 9 de mayo, lo que trajo la calma a los mercados. El dí­a siguiente el Ibex registró una subida histórica del 14,43%.

Paz efí­mera
Pero 2010 estaba llamado a ser un año combativo en los mercados. El sosiego tras el rescate heleno apenas duró tres semanas. El 28 de mayo Fitch hirió de gravedad a la bolsa española: rebajó el ráting de España desde AAA (la máxima calificación) hasta AA+. Pocos dí­as despuíés Moody’s amenazaba con revisar su nota.

Tras este nuevo susto, otra pausa en las caí­das. Los resultados de los test de estríés, que comprobaron que la inmensa mayorí­a de entidades españolas están sanas, permitieron al Ibex firmar su mejor mes del año (ver información adjunta). El resto del verano discurrió con tranquilidad, pese al bajo volumen de contratación y los miedos ocasionales a una posible recaí­da en la recesión.

Estos temores, más agudos a principios de 2010, quedaron de nuevo eclipsados por la periferia en octubre. Los problemas económicos de Irlanda, acuciados ante las dificultades de la banca, hicieron estallar de nuevo las alarmas.

El riesgo paí­s de Irlanda alcanzó los 426 puntos básicos, mientras que los de Portugal y España escalaron hasta situarse en cotas preocupantes: los 397 puntos básicos para el paí­s luso y los 174 para el español. Finalmente, y tras un mes de tensión en los mercados (el Ibex firmó en noviembre su peor mes del año, con una caí­da del 14,29%), Irlanda solicitó el rescate de la Unión Europea el 18 de noviembre. Se aprobó el dí­a 21.

Este paso, y una compra masiva de deuda de la periferia por parte del BCE a principios de diciembre, permitieron a las bolsas recuperar la tranquilidad en la recta final de año. Los gestores comenzaron a diseñar sus carteras para 2011 y el nerviosismo de los mercados decayó, lo que permitió que los í­ndices cerraran el mes en verde (los europeos han ganado de media un 6,06% en diciembre).

El euro, en jaque
Las dudas en torno a la solvencia de los paí­ses perifíéricos han herido de gravedad al euro durante el ejercicio. La moneda común ha cedido un 7,38% frente al dólar, entre voces y rumores que han llegado a aventurar su desaparición o la escisión de algún paí­s, como Grecia. Unos temores que a dí­a de hoy parecen ya aplacados.

Las incertidumbres en torno al euro coincidieron en el tiempo con la denominada “guerra de divisas”. Varios paí­ses en ví­as de desarrollo, comoCorea del Sur oBrasil, han tomado medidas para limitar las alzas de sus divisas. Estados Unidos tambiíén ha luchado por mantener el dólar en niveles atractivos que favorezcan sus exportaciones, ante la caí­da del euro (de hecho, las compras de bonos soberanos por parte de la Fed cumplirán este objetivo, según los analistas).

Estas tensiones, más aplacadas despuíés de que China diera un cambio en su polí­tica monetaria hacia una algo más severa (el dí­a de Navidad subió los tipos de interíés), han añadido nerviosismo a los mercados, ante el miedo a que las economí­as se resintiesen por la guerra de las divisas.

Resultados ignorados
La crisis de deuda en la periferia y las tensiones en los mercados de divisas han ensombrecido los sólidos resultados empresariales a ambos lados del Atlántico. Más de la mitad de las empresas han batido las expectativas de las firmas de análisis, con crecimientos de doble dí­gito en muchos casos. En EEUU y Alemania los inversores sí­ han prestado más atención a las cuentas de las compañí­as, pero en el resto de mercados, tal y como ha ocurrido en España, los buenos datos empresariales han sido obviados.

Por contra, se han celebrado las subidas de dividendos. Un caso claro en la bolsa española ha sido Repsol. La petrolera anunció un incremento del 23% en su pago con cargo a 2010, noticia que fue muy celebrada por el mercado (el valor ha subido un 11,35% en el ejercicio) y por su principal accionista,Sacyr Vallehermoso, que festejó en bolsa la noticia. Este pago es la culminación de un gran año para Repsol, que ha hallado nuevos yacimientos y ha logrado un importante acuerdo con la china Sinopec para la explotación de uno de ellos en Brasil.

Los expertos aventuran nuevas subidas de dividendos en 2011. En el parquíé nacional se espera un aumento del 13%, de forma que las cotizadas repartirán 25.000 millones de euros.

El miedo al contagio
Más dividendos y mejores resultados empresariales. Pero el miedo sigue presente. La inversión de China en deuda soberana lusa ha calmado en parte de los nervios, pero los expertos creen que los mercados seguirán muy susceptibles a los problemas de díéficit de las economí­as.

Portugal es el primero en la lista de posibles contagiados. Le sigue España, aunque los expertos dicen que la situación financiera del paí­s no requiere, de momento, ayudas de la Unión Europea. Y, en tercer lugar, los inversores especuladores han puesto ya en la diana a Francia. De hecho, el riesgo paí­s galo llevó a tocar los 48,39 puntos básicos en diciembre, aunque los expertos descartan que estíé en una situación preocupante.

Consecuencias
A rí­o revuelto, ganancia de pescadores, dice el refrán. Y los expertos creen que se cumple en la actualidad. Las turbulencias en el mercado de deuda han dejado la bolsa española a precios de saldo. Los 35 valores del Ibex cotizan con un PER (relación precio/beneficio por acción, en veces) de 9 veces, frente a su media histórica de 15 veces. Su rentabilidad por dividendo tambiíén es alta, en muchos casos por encima del 6%.
Las firmas de inversión creen que el resto de bolsas europeas tambiíén presentan interesantes oportunidades, así­ como la renta variable de los paí­ses emergentes.

Julio y noviembre, las dos caras de la misma moneda
Un año convulso como 2010 ha dado pie a contradicciones. Julio y noviembre han sido la cara y la cruz del ejercicio. En el mes veraniego, el í­ndice sumó un 13,35% y cerró su mayor subida mensual desde el pasado mes de abril de 2009. La atención de los inversores se centró durante este periodo en la solvencia del Estado español y su sistema financiero, que recibieron el espaldarazo de los resultados de los test de estríés el 23 de julio, que celebró la banca en el parquíé.

Tanto Santander como BBVA se anotaron alzas del 14,06% y del 20,92% en ese mes. Por su parte, Telefónica, el valor que tiene un peso del 22,19% en el Ibex, impulsó al í­ndice con un repunte del 14,19% en julio, gracias a que cerró la compra de la brasileña Vivo, que permitirá su expansión en Brasil, según los expertos.

Tras este fuerte repunte estival, el Ibex sufrió la otra cara de la moneda. En noviembre, estalló la crisis de Irlanda se recrudeció la desconfianza en torno a los paí­ses con mayor endeudamiento de la zona euro (España, Portugal y Grecia). La incertidumbre empapó el parquíé y ni siquiera el anuncio de que el Gobierno irlandíés reconociera que necesitaba ayuda para su sector financiero, el pasado 18 de noviembre, pudo calmar los ánimos. El riesgo paí­s español llegó a tocar los 311 puntos básicos el último dí­a de ese mes y la banca padeció en bolsa la aversión a su exposición de la deuda española. Santander y BBVA (que tienen un peso conjunto del 28,63% en el Ibex) se dejaron más de un 20% en el mes. El Ibex cayó un 14,29%.

La deuda soberana vive su mayor crisis de la historia
La crisis de la deuda soberana ha puesto contra las cuerdas a los paí­ses más díébiles e indisciplinados desde el punto de vista fiscal, los llamados perifíéricos, entre los que se encuentra España. Primero cayó Grecia en mayo, despuíés Irlanda en noviembre y las malas lenguas hablan ya de otro candidato para 2011, Portugal o, incluso, España.

El efecto contagio de las dificultades de Grecia e Irlanda se ha extendido como una mancha negra sobre la eurozona hasta tal punto de poner en peligro el concepto bajo el que se creó la moneda única. Esa desconfianza de los inversores se ha traducido en los mercados en unas fuertes subidas de las rentabilidad de la deuda de estos paí­ses. En el caso de España, por ejemplo, el bono español a diez años, de referencia por ser el más lí­quido, ha pasado desde el 3,978% que cotizaba a comienzos de año hasta el 5,443% con el que termina 2010. El riesgo paí­s o diferencial de esta referencia con la equivalente alemana ha pasado de 57 a 249,39 puntos básicos en un año.

No obstante, a diferencia de las subastas realizadas por otros gobiernos, la demanda de los inversores nunca ha fallado en el caso del Tesoro Público. El Estado ha cubierto con holgura sus necesidades de financiación este año, aunque lo ha hecho a precios que serí­an insostenibles en el medio plazo tanto en letras como en bonos u obligaciones. Las letras del Tesoro a doce meses, por ejemplo, dieron un 3,449% en la última subasta del ejercicio y, por primera vez desde finales de 2007, superaban a la rentabilidad media de los depósitos otorgados a ese plazo.

La renta fija ha dejado de ser tan fija y la extrema volatilidad que se ha vivido en los mercados ha dificultado el acceso del sector privado a la financiación mayorista, principalmente para las entidades financieras. Para el año que viene, los expertos del área de mercados de capitales de Sociíétíé Gíéníérale, Demetrio Salorio y Arturo Alonso, prevíén que esa volatilidad continuará presente, aunque no consideran que el Tesoro español vaya a tener dificultades para hacer frente a los vencimientos del año que viene que, principalmente, se concentran en abril, julio y septiembre.