Los inversores se han tranquilizado tras las palabras del presidente egipcio Hosni Mubarak que no se presentaría a la reelección, y unas movilizaciones que siguen bajo control hasta el momento.
"Lo que se necesita es algo más dramático que capte la atención de los inversores. El mercado mira más allá, que es lo que hace siempre. Lo hizo despuíés del 11-S. A menos que se incremente la preocupación por un contagio en la zona que pudiera afectar a los precios del petróleo, el mercado da el conflicto egipcio por descontado", afirma Quincy Krosby, estratega de Prudential Financial.
"Los mercados han adoptado una postura de esperar y ver. Obviamente las acciones siguen bastante sólidas, con una buena temporada de resultados. Los inversores confían en que la situación de Egipto no se va a radicalizar", afirma Kim Rupert director gerente de Action Economics.
"Las acciones y las materias primas siguen teniendo una perspectiva optimista. A menos que la cosa empeore, si el ejercito no pierde el control, o toda la región entre en erupción, los mercados seguirán su camino", afirma Rupert
