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Autor Tema: La banca paga a familias y empresas 25.000 millones por sus depósitos  (Leído 186 veces)

Eguzki

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Los costes financieros han subido un 22% desde el inicio de la crisis, mientras que los ingresos están estancados. Es una pinza para el negocio básico, aunque ya se ve alguna señal de mejora.

La banca pagó el pasado año más de 25.000 millones de euros para captar la liquidez de familias y empresas. Las tensiones en los mercados mayoristas provocadas por la crisis de deuda soberana desataron en 2010 una guerra por el ahorro minorista que aún persiste y que, ahora, en un nuevo intento de ponerla freno, se pretende corregir con una modificación de la estructura de los Fondos de Garantí­a de Depósitos. Economí­a quiere gravar los productos de alta rentabilidad para desincentivar una estrategia que amenaza seriamente la rentabilidad de todo el sector.

Según datos del supervisor, las entidades pagaron el pasado año intereses de 25.700 millones de euros por el ahorro a plazo y a la vista de particulares y empresas. Es una cantidad similar al valor de mercado que tienen, individualmente, cotizadas como Repsol YPFo Endesa. La cifra supone un aumento del 22,3% respecto a los 21.000 millones que se desembolsaron antes de estallar la crisis, en 2006. La manutención de la base de depósitos ha subido por dos motivos.

Más y más caros
Por una parte, un porcentaje de la base total de depósitos (los productos contratados en los últimos meses) paga intereses más altos. Por otra, el ahorro a remunerar se ha disparado, en un entorno de aversión al riesgo y ausencia de otras alternativas de inversión. Sólo las familias tienen 428.000 millones en imposiciones a plazo, unos 170.000 millones más que hace cuatro años.

En contraste con el aumento de los gastos por intereses, los ingresos que perciben bancos y cajas por la cartera de críéditos están estancados. El pasado año rondaron los 54.000 millones. Es prácticamente el mismo importe que en 2006, a pesar de que los príéstamos concedidos han aumentado desde entonces en 300.000 millones, hasta 1,8 billones.

Parte del activo ha dejado de ser rentable por el aumento de la mora, que ha subido hasta el 6%, desde los niveles previos a la crisis, inferiores al 1%. Y además, los intereses de los críéditos, a diferencia de los depósitos, se han acoplado perfectamente a la caí­da de los tipos de interíés en Europa, que sólo ahora empiezan a subir.

Este doble juego de ingresos y costes lleva meses presionando el margen de intereses (el pasado año cayó un 20% en el sector), aunque, por primera desde el inicio de la crisis, las entidades empiezan a ver signos de mejora.

Aunque nadie ha bajado la guardia, Banesto afirmó la semana pasada que la actividad básica está marcando un punto de inflexión. Bankinter coincide y prevíé un alza del beneficio del 20% en 2010. En Sabadell, el crecimiento del resultado volverá en 2012. Falta por escuchar el mensaje de las grandes entidades (presentan resultados a finales de abril), aunque Santander ha señalado en el último mes que el negocio en España está empezando a dar el giro.

Hay coincidencia en que la mejora llegará, más que por volumen, por un ajuste de precios. No se prevíén grandes crecimientos del críédito a corto plazo y tampoco serí­a aconsejable una fuerte caí­da de la base de depósitos. Uno de los retos del sector es reducir su dependencia de los mercados mayoristas, mucho más volátiles, y mejorar la ratio críédito/depósito, para dar mayor estabilidad al balance.

Reajuste de precios
Bancos y cajas, por tanto, se están centrando en encarecer el activo y rebajar la carga del pasivo. Banesto, por ejemplo, elevó el coste de los príéstamos entre diciembre y marzo del 3,60% al 3,67%. Bankinter –las cifras no son comparables– hizo lo mismo, con un alza del 2,51% al 2,66%.

En paralelo, se está conteniendo la remuneración de los depósitos, gracias a la relajación de los mercados de deuda. Aunque el sector ha defendido que la guerra del pasivo era una ví­a para ganar cuota de mercado, ahora, un año despuíés, empieza a reconocer que fueron los fuertes tensiones de liquidez surgidas en 2010 las que obligaron a reforzar el colchón por prudencia.

Este escenario quedará en nada si las piezas vuelven a desencajarse con nuevas tensiones en el mercado de deuda y un fuerte repunte de la guerra del pasivo. La banca reconoce que la evolución de sus márgenes y rentabilidad es una de las grandes preocupaciones de los analistas