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Autor Tema: La crisis ha superado a sus peores agoreros: se les escapó la debacle del euro  (Leído 241 veces)

Zorro

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La crisis ha superado a sus peores agoreros: se les escapó la debacle del euro

por Estefaní­a Fonseca en www.invertia.com

En el año 2009 la economí­a superó con creces las previsiones más agoreras en tíérminos de destrucción de empleo y contracción del PIB. La mejora llegarí­a en el 2010 pero de una forma mucho más tibia de la augurada, incluso despuíés de que el Gobierno acometiese algunas de las reformas que el mercado le reclamaba. Cambios que no impidieron que España cayese en el saco de los PIIGS. Los gurús tampoco previeron los rescates en la UE, ni la crisis existencial del euro. Así­ se veí­a 2009.

Los últimos tres años bien podrí­an calificarse de dañinos para el orgullo patrio. No obstante, en ese tiempo España ha sido el blanco de todas las crí­ticas y peores vaticinios del consenso de los analistas. Aunque a los expertos no les han sobrado los motivos para pensar de esta forma.

A finales de 2009 Estefaní­a Ponte, directora del departamento de Economí­a y Estrategia de BNP Paribas-Fortis reconocí­a a Invertia que la situación económica habí­a sido bastante peor de lo que barajaban. Ponte tildó de “demoledor” el impacto que habí­a provocado la crisis financiera en el deterioro de las cuentas públicas.

Los expertos tení­an claro que la crisis azotarí­a a España pero era difí­cil cuantificar su dureza en cifras. El PIB se contrajo un 4% ese año cuando las primeras previsiones oscilaban entre un leve -0,2% y un -1,7%. Contra todo pronóstico la tasa de desempleo se desbordó hasta tocar el 18%, frente a 17% estimado.

“Las perspectivas económicas para España son aterradoras”, escribirí­a a mediados de 2009, el premio Nobel de Economí­a, Paul Krugman. El economista recalcaba que España vivirí­a un periodo de deflación similar al que sufrió Alemania hace una díécada. “Si la economí­a europea experimenta deflación, una posibilidad certera, España tendrá que reducir los salarios y los precios”, apuntaba.

Su colega Joseph Stiglitz darí­a un paso más al comparar la crisis española con la que registró Argentina en 2001 por la incapacidad de España para crear empleo y para reducir con eficacia su díéficit público. "El paí­s podrí­a estar entrando en el mismo tipo de espiral mortal que afectó a Argentina hace sólo una díécada", relataba. Tampoco se quedó corto el broker de Credit Agricole, que indicaba que la contracción de la economí­a española se producirí­a porque el “Plan E” era insuficiente para frenar la destrucción de empleo.

LAS REFORMAS

Precisamente, la destrucción de puestos de trabajo es el pie por el que cojea la economí­a nacional, incluso despuíés de que el Gobierno aprobase la tan reclamada reforma laboral. The Economist indicaba que el paí­s podrí­a sufrir “una esclerosis económica” a largo plazo si no se hací­a frente a las reformas necesarias, entre ellas la del empleo.

La publicación británica ha tenido especial fijación con España aunque, en ocasiones, sus mensajes hayan sido algo contradictorios. Por ejemplo, la revista dedicó a principios de este año un artí­culo completo al presidente del Gobierno, Josíé Luis Rodrí­guez Zapatero, en donde aseguraba que si el lí­der socialista avanzaba en las reformas, el PSOE se recuperarí­a antes de 2012.

El texto alababa el nuevo “afán reformista” de Zapatero en su empeño por presentar la reforma de las pensiones en 28 de enero y la de la negociación colectiva el 18 de marzo, así­ como a los avances puestos en marcha para crear nuevas reglas de transparencia en el sistema financiero.

Sólo un mes más tarde el semanario rectificaba al asegurar que los ajustes "habí­an llegado demasiado tarde" dado que el dirigente socialista perderí­a las elecciones de 2012, tal y como apuntaban las encuestas entonces. En concreto, The Economist recogí­a la firma del pacto social y el retraso de la edad de jubilación a los 67 años. "El desempleo está por encima del 20% y su aumento es una prueba de que España necesita urgentemente muchos más cambios", advertí­a.

The Economist tambiíén tuvo ojos para el ladrillo al asegurar que “lo peor del mercado inmobiliario estaba por venir”. La revista poní­a en el disparadero a Habitat, Martinsa Fadesa, Metrovacesa, Colonial y Sacyr Vallehermoso como las firmas con mayores dificultades. Hoy por hoy, Martinsa Fadesa y Habitat han salido del concurso de acreedores; la banca acreedora ha tomado el control en Colonial y Metrovacesa y Sacyr ha mejorado sustancialmente sus números.

Respecto a las reformas, Zapatero sí­ ejecutó una de las medidas que reclamaba el Instituto de Estudios Económicos (IEE) al subir el IVA pero ignoró la otra petición; bajar las cotizaciones sociales en cinco puntos. Iniciativa que esta misma semana le pedí­a el ex ministro, Jordi Sevilla. El vicepresidente del IEE, Juan Iranzo, proponí­a estas ideas con el fin de abaratar las exportaciones y encarecer las importaciones, lo que equivale a la práctica de la devaluación de una divisa.

El economista Juan Velarde se sumó al grupo de voces que aclamaban cambios con el objetivo de que España “vieses la luz al final del túnel en un perí­odo de dos años”, tras atravesar uno de los “mayores cataclismos económicos” de los últimos tiempos. Entonces creí­a que la crisis española era independiente de la internacional, ya que era consecuencia del fin del modelo económico nacional.

LA DEBACLE QUE NO VIERON

Muy pocos apuntaron en sus quinielas la posibilidad de una crisis de deuda soberana en la Zona euro y los tres rescates que acarrearí­a. Krugman adelantaba que a Islandia y a Irlanda les iba a ir muy mal aunque sin atisbar, ni por asomo, el auxilio europeo al paí­s celta. Como tampoco el de Grecia o Portugal.

Sin embargo, el economista estadounidense veí­a más probable la bancarrota de Austria ante la elevada presencia del paí­s en Europa del Este. Unas declaraciones que motivaron la ira de las autoridades del paí­s.

Posteriormente, una vez que los problemas soberanos se hicieron visibles, Krugman cargó contra los perifíéricos europeos. Uno de sus artí­culos más duros fue aquel en el que subrayaba que Irlanda, Grecia y Portugal eran las “tapas”, mientras que España era “el plato principal”. Esta semana el experto daba un giro de 180º grados y explicaba que España podrí­a pagar su deuda, mientras que los rescatados no lo harí­an.

El mensaje de Krugman a la Unión Europea siempre fue claro: los Veintisiete debí­a hacer un esfuerzo mucho mayor para evitar caer en una “trampa deflacionista” como ya le ocurriera a Japón en la díécada de los 90.

EE UU TAMBIí‰N RECIBIí“ PALOS

La primera potencia económica mundial tampoco se ha librado de los mazazo. Nouriel Roubini, conocido por adelantar la crisis subprime, vaticinaba que el paí­s estarí­a en recesión, al menos, 24 meses y no descartaba que se prolongase hasta 36 meses. Sin embargo, la economí­a estadounidense crecerí­a en el tercer trimestre de 2009 despuíés de contraerse en los cuatro trimestres anteriores.

El profesor de la Universidad de Nueva York estuvo más acertado en sus pronósticos sobre el empleo. Roubini adelantaba que el paro del paí­s alcanzarí­a el 10% a finales de 2010. “Fui uno de los analistas más bajistas, pero la economí­a ha sorprendido a los bajistas hacia lo negativo”, ratificaba.

A juicio de Stiglitz, los rescates financieros ejecutados por el Gobierno de EE UU fracasarí­an estrepitosamente debido a que los programas habí­an sido diseñados para ayudar a Wall Street, en vez de promover un sistema más viable. Stiglitz comentaba que el plan de rescate (TARP) no era lo bastante grande para recapitalizar la banca estadounidense.


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