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El gobierno brasileño anunció hoy un corte de 55 mil millones de reales, unos 31 mil millones de dólares, del Presupuesto 2012, con el objetivo de fortalecer las finanzas públicas y controlar la inflación.
"Es una contingencia alta, si, pero garantizará la obtención del resultado primario que aprobamos en la Ley de Directrices Presupuestarias", explicó el ministro de Hacienda, Guido Mantega, al anunciar la medida, que representa un 3,3 por ciento del presupuesto total para este año.
Ese ahorro de recursos, precisó, posibilitará además pagar los intereses de la deuda pública y, consecuentemente, mantener la trayectoria descendente en relación con el Producto Interno Bruto, todo lo cual -señaló- garantiza la consolidación fiscal del país en este momento de inestabilidad de la economía mundial.
"Observamos hoy a varios países endeudados. Deuda elevada es sinónimo de vulnerabilidad, flaqueza. Queremos un Brasil con presupuesto fuerte", apuntó y subrayó que el recorte no significan un ajuste clásico o conservador, porque no se afectará el dinero para programas sociales y se incentivará la inversión privada.
De ahí que el gobierno mantendrá intactos los recursos previstos para el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), entre los cuales están los planes Mi Casa, Mi Vida, y Brasil sin Miseria, dos de los principales proyectos sociales del gobierno de Dilma Rousseff.
Ese corte en el presupuesto, prosiguió Mantega, permite al Banco Central reducir aún más la tasa básica de interíés, la denominada Selic, que actualmente se encuentra en 10,5 por ciento anual.
Un escenario en que disminuye la inflación, se cortan gastos y tenemos un resultado primario expresivo, indicó, abre espacio para la reducción de la Selic, del gasto financiero y un mayor crecimiento económico del país.
Para este año, el gobierno fijó una expansión de 4,5 por ciento del PIB, a la vez que trabaja para que la inflación termine en 4,7 por ciento, muy cerca del centro de la meta establecida de 4,5 por ciento.
Del total cortado, 20 mil millones de reales (unos 11 mil millones de dólares) corresponden a gastos obligatorios y 35 mil millones de reales (unos 20 mil millones de dólares) a gastos discrecionales. Sobre estos últimos el gobierno tiene mayor control.