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Autor Tema: ¿La íºltima oportunidad? Europa endulzará el rescate si el nuevo Gobierno se  (Leído 187 veces)

Eguzki

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La incertidumbre que las elecciones griegas generan en el conjunto de Eurolandia ha vuelto a ofrecer a los especuladores el mejor escenario posible: a rí­o revuelto, ganancia de pescadores. Dos son los escenarios principales. El primero es que la zona euro termine por echar a Grecia del euro con más o menos orden.


El segundo, que rebaje la presión sobre Atenas y endulce las draconianas condiciones a cambio de las cuales Europa y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ofrecen desde primavera 2010 los príéstamos de un rescate multimillonario que, de momento, ha evitado una aparatosa quiebra de la República Helíénica.

Ayer noche, al cierre de esta edición, se esperaba que los ministros europeos de Economí­a y Finanzas analizaran ví­a una teleconferencia los resultados arrojados por las urnas griegas. Y que hoy o mañana se reúnan para hacer otro tanto los Gobiernos del G-7 aprovechando la cumbre del G-20 en Los Cabos (Míéxico).

Tambiíén se confiaba en que los bancos centrales del grupo de los veinte paí­ses más ricos del planeta y las economí­as emergentes más prometedoras decidan si proporcionar de manera coordinada al sistema financiero internacional una macro inyección de liquidez, como cuando en 2008 se desplomó el gigante bancario estadounidense Lehman Brothers provocando el pánico en los mercados.

De la misma manera, se ha barajado la posibilidad de imponer corralitos, al menos en Grecia, para evitar la fuga de capitales y el desplome del sistema bancario nacional. E igualmente se ha especulado con restringir la libre circulación de personas acuñada en los acuerdos de Schengen que, junto a la moneda única, es uno de los grandes logros de más de medio siglo de trayectoria en la construcción e integración polí­tica y económica en el Viejo Continente.

Por más que desde Bruselas se hable como de un hito histórico de las libertades de circulación de capitales y trabajadores, los corralitos para personas y ahorros son compatibles con la legislación comunitario si se esgrime con un mí­nimo de habilidad jurí­dica conceptos como circunstancias excepcionales, seguridad y orden público. Así­ están las cosas en una Europa en ví­a de empobrecimiento.

Hasta quíé punto hoy de madrugada se despiertan en extremo oriente las bolsas en una situación excepcional o extrema vendrá determinado por el recuento de las papeletas en la más añeja democracia del mundo.

El escenario que alivia al grueso de los eurócratas es una victoria de los conservadores griegos. Esta formación de centro derecha ya ha dejado claro que aceptará las exigencias draconianas impuestas por Europa y por el FMI a cambio de mantener en marcha la operación de rescate del Estado. Para no presentarse como unos vendidos ante la opinión pública griega, Antonis Samaras, el lí­der conservador, reclama mejoras.

Y la semana pasada arreciaban las informaciones y especulaciones según las cuales Berlí­n y Bruselas ya trabajan en cómo endulzar la pí­ldora de austeridad que a los griegos no les quedará más remedio que seguir tragando en el futuro a corto y medio plazo.

Rebaja de los tipos de interíés
Europa podrí­a volver a rebajar los tipos de interíés que reclama a cambio de los príéstamos del rescate. En 2010 se impusieron unos tipos alrededor del 6 por ciento que más que una ayuda eran un castigo. Desde entonces, Atenas, igual que Irlanda y Portugal despuíés, se agarran a cada oportunidad que surge para renegociar y arañar unas díécimas a la baja. Exactamente igual ha venido ocurriendo con los plazos de devolución de los príéstamos de salvamento, que se han ido extendiendo hasta quince e incluso treinta años.

Otra posibilidad es recurrir al Banco Europeo de Inversiones (BEI) para que contribuya a financiar obras públicas y construcción de infraestructuras que tiren de la demanda y creen empleo.

A lo que Europa no parece dispuesta es a renunciar a sus exigencias de que Atenas contenga su díéficit público galopante a travíés de recortes del gasto público que, entre otras medidas, incluyen el despido de unos 150.000 empleados de las administraciones públicas y empresas más o menos relacionadas con el sector público. Se mantendrán tambiíén las exigencias de subidas de impuestos, de reformas estructurales para dinamizar y liberalizar la escasamente competitiva economí­a nacional. Y continuará sobre la mesa la exigencia de ejecutar un amplio plan de privatizaciones.

Si la balanza electoral se hubiera inclinado del lado de la Syriza, a la izquierda del Pasok, y si su lí­der Alexis Tsipras hubiera mantenido su órdago de querer renegociar a fondo las condiciones del rescate, habrí­a que ver si la decena de pequeños partidos que forman Syriza hubieran sido capaces de hacer piña cuando Bruselas y Berlí­n les muestrase la puerta de salida del euro.