Colonial venderá activos por un valor situado entre 800 y 1.000 millones de euros en 2008 con el objeto de enjugar su ingente deuda, que asciende a 9.000 millones de euros, según informa hoy el diario económico británico Financial Times.
Estas ventas obedecen, según FT a que el beneficio de Colonial es insuficiente para cubrir los costes netos de su gran deuda, y la diferencia existente debe ser restaurada a travíés de la venta de activos.
La inmobiliaria ya informó hace una semanas que vendió activos en 2007 por un importe de 839 millones de euros, con un margen conjunto del 9% sobre los valores de tasación de finales de 2006.
Según afirma el rotativo en su prestigiosa columna "Lex Column", si se mantiene la tendencia reacia de los bancos a financiar transacciones en el sector inmobiliario, la valoración de los activos debería estar cerca de su precio de liquidación para tentar a posibles compradores.
"FT" resalta el valor de los activos de la compañía y subraya que tres cuartas partes del negocio de Colonial está en el sector comercial, que aún no ha recibido el impacto que ha golpeado el mercado residencial, y que además, la mayor parte de su cartera está constituida por activos de gran calidad en el centro de las ciudades.
Sin embargo, recuerda que los banqueros siguen manteniendo el "nerviosismo" sobre la valoración del holding de Colonial, y es difícil, asegura el diario, que los inversores vayan a pensar de manera diferente al sector bancario.
El desplome, culpa de los propietarios
El rotativo atribuye los problemas de Colonial en Bolsa a las disputas entre los accionistas más que a la propia situación financiera de la compañía.
En concreto, el periódico subraya, que "de manera excepcional" el desplome en bolsa de la inmobiliaria "fue provocado por los propietarios del grupo más que por su propia situación financiera", indica en la columna, en la que se hace eco de los problemas que tiene la inmobiliaria, poniendo su caso como ejemplo del desplome del sector inmobiliario español.
El diario destaca que entre el día 26 de diciembre y el 3 de enero, la compañía ha perdido al menos la mitad de su cotización bursátil, o lo que es lo mismo, unos 2.000 millones de euros, convirtiíéndose en "otra víctima" del estrechamiento de las condiciones del críédito.
Por otro lado, recalca que como todas las fortunas de los "barones" del sector de la propiedad en España, Colonial es el producto del boom del sector residencial que tuvo lugar en el país durante los pasados diez años, impulsado por el apalancamiento.
Cede el "cstillos de naipes" en España
Por otro lado, el diario dedica hoy uno de sus editoriales a analizar la situación del mercado inmobiliario español y subraya que el "castillo de naipes" ha comenzado a desplomarse.
FT recuerda que ya son tres las empresas afectadas por la crisis del sector, la primera Astroc, que se desplomó la pasada primavera, luego Llanera y ahora Colonial.
El diario, no obstante, no se muestra alarmista y destaca que la existencia de estos tres caso no quiere decir que se vaya a producir un desplome en general de las compañías españolas, simplemente, advierte de que las reglas del juego han cambiado.
"Está empezando a estar claro que el elevado endeudamiento del modelo de negocio que está detrás del espectacular crecimiento en las compañías inmobiliarias españolas simplemente dejará de funcionar como en la actualidad.
El problema del sector español, asegura el rotativo, es que durante los pasados cinco años se han estado construyendo cerca de 800.000 viviendas al año, lo que supone el total anual que construyen Francia, Reino Unido y Alemania.
Ahora, se espera que esta cifra se reduzca hasta las 450.000 viviendas por año hasta 2013, lo que implica un recorte de 400.000 empleos en un sector que tiene un gran peso en la evolución del PIB del país. Además, los precios de los inmuebles, que se dispararon entre 1997 y 2006 un 280%, están empezando a decaer por primera vez en una díécada.
Por ello, no es extraño que los bancos estíén cerrando el grifo del críédito, debido a su gran exposición al sector. Todo esto, subraya el editorial, debería preocupar al presidente del Gobierno, Josíé Luis Rodríguez Zapatero, muy cerca de las elecciones, ya que si "el castillo de naipes" sigue derrumbándose, el electorado podría cuestionar al Ejecutivo español.