Bankia se queda sin inversores institucionales de referencia.
El broker del banco estadounidense se ha deshecho en las últimas ocho semanas de algo más de 16 millones de acciones de Bankia. Otros cuatro millones de títulos los ha colocado la propia sociedad de valores del grupo que preside Isidro Fainíé en pleno derrumbe del banco ya nacionalizado por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), aunque estas últimas ventas podrían no corresponderse necesariamente con la venta del paquete de Caixabank.
Caixabank fue ayer el mayor vendedor de Bankia. Colocó en el mercado 556.000 títulos en plena reacción alcista del valor, que cerró con una ganancia del 14,4% despuíés de cinco sesiones consecutivas a la baja y una píérdida de más del 34,5% sólo en el mes de julio. Morgan Stanley fue el tercer ‘broker’ con más papel, con casi 375.000 valores colocados al cierre de la sesión.
El broker estadounidense empezó a vender despuíés de la nacionalización del grupo. Las primeras operaciones fueron realizadas a un precio de alrededor de 1,75 euros por acción. Desde entonces, la cotización de Bankia emprendió un brutal camino descendente que ayer tocó fondo provisionalmente cuando el grupo marcó un nuevo mínimo histórico en los 0,48 euros.
La Caixa es uno más del largo grupo de damnificados por la OPS del holding que preside Josíé Ignacio Goirigolzarri. Su antecesor, Rodrigo Rato, convenció a algunas de las instituciones más importantes del país para que pusieran de su parte para sacar adelante una salida a bolsa que la por entonces ministra de Economía, Elena Salgado, calificó como “cuestión de Estadoâ€. Sólo BBVA se negó entre los más grandes.
Unos pillados de lujo
Por caja sí pasaron, además de Caixabank, Banco Popular, un amigo de la casa, como Mapfre, el mayor inversor de Bankia, con el 4,3% del capital. A la cuestación del Gobierno tambiíén acudieron grandes fortunas como Juan Abelló y Alicia Koplowitz, así como El Corte Inglíés o la familia Villar Mir, la cual aún mantiene los 20 millones que invirtió en la políémica colocación. Otros, como Banco Sabadell, que se gastó en 50 millones en salvar a un competidor directo, minimizaron las píérdidas al vender sus títulos antes de la nacionalización.
Muchas son las víctimas de una OPV que ha dejado pillados a 350.000 inversores particulares con una caída que desde la OPV alcanza ya el 84%. La mayoría son clientes de toda la vida de Caja Madrid y Bancaja, así como un gran número de empleados, los cuales fueron invitados a comprar más acciones cuando Goirigolzarri accedió a la presidencia. Lo hicieron a entre 1,40 y 1,90 euros por acción, por lo que el error es reiterativo.