El ajuste llevado a cabo en el primer semestre por el deterioro de la inversión en Repsol seguirá empañando la cuenta de resultados del grupo hasta septiembre.
Las píérdidas atribuibles por las provisiones realizadas podrían superar los 700 millones de euros , según el consenso elaborado por Reuters y los analistas consultados por EXPANSIí“N. Un año antes, el beneficio se elevó a 120 millones.
En cuanto a la evolución de las magnitudes operativas, las ventas del grupo podrían elevarse a algo más de 2.500 millones de euros, un descenso provocado por el mal comportamiento del negocio inmobiliario y constructor en España.
El resto de las áreas y la actividad internacional se comportan sensiblemente mejor, entre otras, la creciente aportación del área de concesiones.
El resultado bruto de explotación (ebitda) podría acercarse a los 400 millones de euros, una cifra inferior en algo más del 11% a la del año pasado.
Entre las dudas manifestadas por los analistas, destaca el futuro de su participación del 10% en Repsol y la dependencia que la compañía tiene de la política de dividendos de su participada.
Entre los retos de Sacyr destaca continuar con la reducción del endeudamiento de 8.448 millones y buscar más estabilidad en el accioniariado debido a la delicada situación de las cajas de ahorro, que controlan el 12%.
La compañía podría aclarar hoy la marcha de las negociaciones sobre el proceso de desinversión en Itínere.