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Autor Tema: De la unión a la desunión europea…  (Leído 160 veces)

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De la unión a la desunión europea…
« en: Febrero 09, 2013, 08:24:58 pm »
Por… Mauricio Rojas


 
Hoy en dí­a Europa del Sur está viviendo el despertar traumático del sueño del bienestar garantizado por el Estado y con dinero prestado, pero su despertar manifiesta una diferencia fundamental con lo ocurrido anteriormente en Europa del Norte, donde predominó una tendencia a la unidad, a entender que o estamos juntos y trabajamos juntos o nos hundimos juntos. Ese espí­ritu, lamentablemente, brilla por su ausencia en los paí­ses del sur, donde parece que todos luchan por defender sus autoproclamados derechos aunque ello implique la ruina del paí­s. Esta tendencia a la desunión alcanza ribetes extremos en un paí­s como España, donde la amenaza del secesionismo catalán se ha actualizado de una manera que ha trastocado toda la escena polí­tica nacional, transformado la crisis económica en una crisis en que está en juego la existencia misma de España.
 
Pero la desunión no solo es interna. Lo más lamentable del escenario europeo actual es que se está confirmando plenamente la advertencia premonitoria de Milton Friedman: ese gran proyecto de paz y amistad entre los pueblos de Europa que fue la UE está siendo minado por una crisis donde todos culpabilizan a otros y quieren que el vecino pague, donde los del sur quieren que paguen los ricos del norte y los del norte ven a sus socios del sur como desvergonzados derrochadores. Esto es una verdadera tragedia porque se está generando una agresividad entre los europeos que es directamente lo opuesto a lo que se perseguí­a, y en gran parte se habí­a logrado, con la UE. Sin embargo, esto es un resultado lógico de las grandes ilusiones hoy frustradas que creó el populismo del Estado de bienestar y de haber forzado la Unión más allá de lo que era razonable.
 
En este contexto, la respuesta de las dirigencias europeas ha sido apostar por lo que se denomina “más Europa”, lo que es un eufemismo para decir más “Bruselas”, más euroburocracia y superestructuras alejadas del sentir de los pueblos de Europa. Si esta deriva se concreta a costa de la soberaní­a popular y nacional la desunión europea no hará sino potenciarse al profundizarse aquel sentimiento, ya tan extendido, de que todo se decide en un lugar distante y fuera de todo control democrático. De ser así­, se abrirí­an las puertas para nuevos populismos y nacionalismos cada vez más agresivos y xenófobos. De esa manera, Europa volverí­a a ver renacer sus viejos fantasmas, aquellos que se creí­a ya bien sepultados en un pasado que parecí­a más remoto de lo que realmente estaba.
 
Este es el sabor amargo y tremendamente preocupante que nos deja la saga europea del gran Estado y el voluntarismo polí­tico. Ojalá que Europa sepa reaccionar antes de que sea demasiado tarde volviendo a lo básico: la libertad con responsabilidad, el deber que crea los derechos, el individuo y la sociedad civil como protagonistas insustituibles del progreso social duradero, el emprendimiento como soporte del bienestar. A su vez, la Unión Europea solo encontrará su salvación retornando a aquellas cuatro libertades básicas que en su mejor momento definieron a gran parte de Europa Occidental como un ámbito de libertad y movilidad. Para ello, debe desmontar gran parte de las superestructuras polí­ticas y regulatorias que han terminado sofocando al proyecto europeo. El euro tambiíén está entre aquello que, con toda probabilidad, deberá desaparecer para que Europa no naufrague, aunque ello cueste un elevadí­simo precio inicial. Como dicen los alemanes y los nórdicos, más vale un final de horror que un horror sin final. Así­, lamentablemente, están las cosas por la vieja Europa y es de esperar que otros no se embarquen en el camino que la ha llevado a sus males presentes.
 
Suerte en sus vidas…


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 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...