Hoy en día una gran mayoría de expertos coincide en afirmar que es necesaria una reforma laboral de cierta profundidad, en vista de que las medidas tomadas hasta la fecha no han evitado la pérdida gradual de puestos de trabajo. Si ustedes son asiduos lectores de temas económico-laborales, les resultara familiar el término “sistema laboral flexiseguro” que es el que están proponiendo últimamente los sectores empresariales como fórmula mágica para solucionar el problema del desempleo.
El sector empresarial intenta poner de ejemplo a países como Dinamarca, Holanda o Finlandia en los que la relación entre los agentes laborales está orientada a llegar a acuerdos. Los empresarios indican y promueven un cambio en la legislación laboral y fiscal y piden tiempo y cambios de mentalidad, proponen llevar a cabo estrategias globales de aprendizaje permanente y que estas medidas deben de ser las que van a posibilitar al mismo tiempo la reducción de los periodos de desempleo así como la adaptabilidad y la empleabilidad de los trabajadores.
¿Pero qué es la “flexiseguridad”? Pues no es más que un sistema que otorga mayor flexibilidad en los contratos y despidos para el empresario, esto se combina con una mayor empleabilidad, es decir, más formación pública de calidad y ayudas para que se pueda cambiar de empleo sin demasiados problemas.
Insisten los empresarios en afirmar que es una manera de vivir, que hace que las empresas sean más competitivas haciendo al mismo tiempo que los trabajadores tengan a lo largo de su vida laboral, empleos de calidad. Observen que con estas premisas, lograr un empleo fijo, deja de ser el objetivo. Antes se pensaba que un contrato fijo daba la seguridad, pero la crisis nos ha hecho ver la realidad. Afirman los empresarios que de esta manera se evitaría el incentivar el paro, como afirman sucede hoy en día.
Pero claro, tengamos en cuenta que los cambios a realizar deberían de ser radicales. En principio supondrían modificaciones importantes en: el sistema contractual, el sistema de negociación colectiva, fiscalidad, sistema de protección y cómo no, cambios drásticos en las políticas tanto activas como pasivas de empleo.
Pero claro, somos españoles, nos cuesta mucho ponernos de acuerdo y en este tema no podía ser de otra manera, los sindicatos difieren mucho de la postura empresarial. Afirman que la “flexiseguridad” ahondaría más en la inestabilidad laboral, subrayan que la toma de este tipo de medidas nos llevaría a una situación de precariedad eterna, y dividen la “flexiseguridad” en dos partes, “la flexi” y la “seguridad” aclarando que, la parte “flexi” favorece sobremanera los intereses de los empresarios que podrían hacer o deshacer contratos, mientras que no garantiza la parte “seguridad” ya que para que esta fuera factible, sería necesaria una formación continua de calidad que respondiera a las necesidades del mercado laboral, tanto actual como futuro, acompañadas de una serie de prestaciones sociales mucho mayores de las que tenemos hoy en día.
Los sindicatos no aceptan que se tome como ejemplo a los países mencionados ya que según dicen, en estos, se dan una serie de circunstancias que no se dan en nuestro país, el ejemplo que ponen es el de la fiscalidad. En Dinamarca, la presión fiscal es de 48,7% del PIB, esta presión fiscal se reparte en un 30% de pago de impuestos directos, ingresos que uno tiene, y un 18% de indirectos, que son los que todos pagamos por igual, mientras que en España es del 30% aproximadamente y se sufraga a partes casi iguales entre impuestos directos e indirectos.
Las preguntas que se hacen los sindicatos son si la patronal estaría dispuesta a asumir los impuestos que asumen los empresarios en Dinamarca. ¿Estaría dispuesta la patronal a aumentar las cotizaciones sociales o los impuestos directos en función a los ingresos que tienen, para de ahí sufragar mejores prestaciones?
En fin, preguntas que de momento no tienen una respuesta adecuada, y lo que está claro es que el paro no es un problema económico, ni unas simples estadísticas; es un problemón humano, y este no se solucionará mientras no se aborde una reforma laboral de envergadura.
Después de todo esto, creo que flexibilidad, si, para contratar y despedir, pero con garantías de una mayor protección social, una protección social que obligue a una formación continua y permanente, que posibilite una mayor polivalencia y movilidad sectorial.
Creo que tenemos mucho que aprender. Más nos vale.
Feliz Navidad a todos los que formamos esta gran familia, que el nuevo año nos colme de felicidad.
Salud y suerte en las inversiones, las vamos a necesitar.