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Autor Tema: Endesa negocia con Aznar la rescisión de su contrato tras los ataques a Rajoy  (Leído 156 veces)

Eguzki

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La políémica entrevista televisada que Josíé Marí­a Aznar concedió hace una semana a Antena 3 le puede salir cara al expresidente del Gobierno. Endesa, la compañí­a elíéctrica que le contrató hace dos años como asesor para Latinoamíérica, le ha propuesto prescindir de sus servicios al entender que tenerlo en nómina no es beneficioso para sus intereses. La empresa considera que la vinculación con el lí­der del PP puede tener repercusión en su relación con el Ejecutivo de Mariano Rajoy.

La ruptura del contrato se harí­a de mutuo acuerdo, según aseguran fuentes próximas a las dos partes. En este sentido, añaden que ha habido una primera conversación entre la asesorí­a jurí­dica de la elíéctrica y el hijo mayor (Josíé Marí­a Aznar Botella) del que fuera inquilino de la Moncloa entre 1996 y 2004, en la que Endesa le ha expresado su deseo de finalizar la relación contractual con su padre. Un paso que podrí­a producirse de forma inmediata o a finales de año, momento en el que habrí­a que renovar su vinculación con la compañí­a.

Ambas partes ya negociaron hace dos meses una rebaja del sueldo del expresidente, tal y como adelantó El Confidencial el pasado 3 de abril, debido a que Endesa entendí­a que Aznar no habí­a logrado los objetivos marcados cuando se le fichó como lobista. Como hiciera en ese momento, Endesa niega que se vaya a prescindir del polí­tico del PP.

La contratación de Aznar fue una decisión personal del presidente de Endesa, Borja Prado, que en diciembre de 2010 estimó que este fichaje facilitarí­a el acercamiento al PP. En ese momento, este partido se encontraba en la oposición, pero se daba por hecho la caí­da del Gobierno de Josíé Luis Rodrí­guez Zapatero ante el desplome en picado de la economí­a y el crecimiento del desempleo.

De esta manera, Prado querí­a alejarse del PSOE, de cuyo lí­der se habí­a convertido en uno de los empresarios de confianza. El presidente de Endesa fue uno de los que más apoyo el proyecto fallido del coche elíéctrico y la apuesta por las renovables. La relación era tan cercana que, en alguna ocasión, Prado prestó a Rodrí­guez Zapatero el avión privado del grupo energíético para viajes oficiales.

La incorporación de Aznar, por unos 400.000 euros entre fijos y variables, fue un guiño al PP, que preparaba su desembarco en Moncloa. La justificación era que el expresidente iba a asesorar a la multinacional española controlada ya por Enel en asuntos relacionados con Latinoamíérica. Pero el trasfondo del acuerdo era que Aznar hiciese de puente con Rajoy para trasmitirle el apoyo a su candidatura y para expresarle los problemas que Endesa tení­a en España.

Sin embargo, lejos de conseguir el objetivo, ni Rajoy ni el ministro de Industria, Josíé Manuel Soria, se mostraron muy proclives a escuchar los requerimientos de Aznar ni de Prado. Prueba de ello es la nueva regulación energíética, que ha golpeado con dureza a la filial española de Enel, la cual se ha visto obligada a preparar un expediente de regulación de empleo (ERE) para unas 1.000 personas. El impacto en sus cuentas ha sido estimado en unos 1.500 millones de euros.

De Guindos y Rato

Entre medias, el presidente de Endesa hizo un último intento en el verano de 2012 cuando se reunió con Luis De Guindos, ministro de Economí­a, en su casa de Sotogrande (Cádiz) para pedirle que le echara una mano para suavizar la tensión con el Gobierno. Sin embargo, De Guindos, que hasta diciembre de 2011 fue consejero de Endesa, le expresó su incapacidad para influir en Rajoy y en Soria en esos menesteres.

La relación entre Prado y el Gobierno terminó de romperse en enero, cuando El Confidencial publicó la intentona de Endesa de contratar a Rodrigo Rato como consejero. Aquel movimiento llegó a los oí­dos de Soraya Sáenz de Santamarí­a, que en cí­rculos privados mostró su desaprobación por la intención de la elíéctrica de cargar sobre los hombros del Gobierno la iniciativa del fichaje del expresidente de Bankia y exministro de Economí­a durante la etapa de Aznar. “Tomo nota”, dijo la mano derecha de Rajoy. Despuíés, el secretario de Estado de Energí­a, Alberto Nadal, terminó por explotar las desavenencias cuando señaló que con Endesa era difí­cil dialogar por ser de otro estado.

Endesa tambiíén tiene en nómina a Elena Salgado, vicepresidenta del Gobierno, a la que contrató como consejera de Enersis, su filial chilena, apenas un mes despuíés de dejar sus funciones como ministra de Economí­a. Además, nombró a Pedro Solbes, el predecesor de Salgado, consejero de Enel en abril de 2011, dos años despuíés de dejar la cartera de Economí­a.

Aznar podrá compensar la píérdida de la retribución de Endesa con su nuevo puesto como asesor del despacho de abogados DLA Piper, la misma firma a la que el expresidente del Gobierno pagó 1,6 millones de euros en 2003 para promoverle como candidato a la medalla de oro del Congreso de los Estados Unidos. Finalmente, no recibió el galardón con el que George W. Bush querí­a agradecer a Aznar la implicación de España en la guerra de Irak.