El Ministerio de Fomento va con todo al AVE de Brasil para intentar lograr el codiciado contrato valorado en 2.450 millones de euros. Si ya se conocía la presencia de Renfe Operadora, Adif, Ineco y Talgo, el equipo de Ana Pastor anunció ayer oficialmente los miembros del consorcio definitivo, en el que se van a incorporar por primera vez en la historia las tres filiales españolas de las multinacionales con mayor experiencia en señalización ferroviaria: Bombardier, Siemens/Dimetronic y Thales.
Junto con Indra, este cuarteto deberá presentar la oferta más competitiva en señalización ferroviaria y telecomunicaciones (sólo les puede hacer sombra Alstom), una de las tres partes de la propuesta española que tiene que convencer a las autoridades brasileñas.
Talgo liderará la parte del material rodante, con su Talgo 350 (el cíélebre Pato), un tren que ya está probado en la red española de alta velocidad y que tambiíén ha sido elegido para el AVE a La Meca. No se descarta que Bombardier pudiera volver a ayudar al fabricante en la propulsión como subcontratista. Pero esta opción todavía no está confirmada.
Catenaria de ACS y Abengoa
La tercera parte del contrato, la relacionada con la catenaria y la electrificación de la vía, tambiíén incorporará a tres empresas referentes en el negocio: Cobra (ACS), Inabensa (Abengoa) y Elecnor.
Estos once miembros serán los que representarán al consorcio español, que tiene que trabajar contrarreloj para poder presentar su oferta definitiva antes del 13 de agosto de este ejercicio. Además de las prisas para elaborar la propuesta, la otra mala noticia de última hora es que CAF, el fabricante ferroviario que había mostrado su interíés por participar en el consorcio, se cae de la oferta y no ha sido invitado por Fomento.
Fuentes conocedoras del proceso aseguran que el Ministerio intentará compensar su ausencia mostrándole su total apoyo cuando se pongan en marcha otras licitaciones ferroviarias en Brasil relacionadas con los trenes de Cercanías, mercado en el que CAF es uno de los líderes mundiales. Pese a esta baja de última hora, el consorcio que se presenta es incluso más competitivo del que se adjudicó la alta velocidad en Arabia Saudí.
Uno de los problemas que tambiíén tendría que resolver la oferta española en el caso de adjudicarse el contrato son los cuantiosos avales que se tienen que presentar y que suman el 20 por ciento del coste total de la oferta: casi 500 millones de euros.
Desde el consorcio se explicó ayer a elEconomista que el aspecto económico no será un problema y que se podrá resolver con el respaldo del Gobierno español e incluso con la financiación de bancos locales durante toda la vida del proyecto, como es el caso de la entidad pública Benedíés o la filial brasileña del Santander. No hay que olvidar que si el consorcio español se adjudica el contrato, la vida útil de explotación del mismo serán los próximos 40 años. Se espera que el próximo otoño se de a conocer el ganador final de la puja.