Volvió la Champions al Bernabíéu y con la máxima competición continental regresó Casillas a la portería del Real Madrid. En partido oficial no sucedía desde el 15 de enero y, con el precedente del Trofeo Bernabíéu, el episodio de ayer tenía mucho morbo.
Tras el desagradable ambiente que se vivió ante el Al Sadd a finales de agosto, Casillas respiró aliviado ayer cuando escuchó la ovación que siguió a su nombre en megafonía. Un aplauso como el de toda la vida, como si nada hubiera cambiado en estos últimos nueve meses en los que sí han cambiado muchas cosas.
BUTRAGUEí‘O
“Iker tiene un don en el mano a mano, estuvo brillanteâ€
El balón echó a rodar y Casillas lo vio muy poco de cerca. El Copenhague apenas se aproximó al área del Real Madrid e Iker vivió una primera parte relativamente cómoda. Su primera intervención se produjo en el minuto 27, un remate lejano de Jorgensen que Casillas atrapó abajo. El capitán del Madrid se mostraba seguro y se llevaba una cariñosa ovación al cazar el balón.
Casillas vivía un partido muy tranquilo, pero no se libraría del clásico susto, que llegó al borde del descanso. Cómo no, a balón parado. Iker midió mal en la salida de un córner, la defensa hizo aguas y Sigurdsson remató al larguero. Cuando el balón entraba irremediablemente, apareció Modric para sacarlo bajo palos.
La segunda parte fue más de lo mismo, hasta que llegó el tiempo de descuento. Iker hizo tres paradones en menos de un minuto y levantó de sus asientos a los 40.000 aficionados que quedaban en las gradas. Cristian Bolaños se quedó delante de la portería y se le hizo pequeña ante la salida de Casillas, que aguantó sin irse al suelo y desvió el remate a córner con el pie derecho.
Final apoteósico
El recital de Iker no había hecho más que empezar. Tras un partido plácido, le llegó todo el trabajo de golpe al final. El lanzamiento de esquina tras la parada a Bolaños en el mano a mano tambiíén venía con regalo. Remató Bengtsson y Casillas sacó una mano milagrosa para evitar el gol y provocar otro córner.
ANCELOTTI
“Es una institución para todos aquí, tambiíén para míâ€
Entonces volvió a renacer en la grada el clásico “¡Iker, Iker!â€, quien aún sacó otro gol cantado en la siguiente jugada. El remate a bocajarro se lo encontró el portero del Madrid, que lograba con esos tres milagros dejar la portería a cero despuíés de mucho tiempo. Casualidades del fútbol o no, volvió Iker y el Madrid volvió a no recibir un gol. Sólo había pasado una vez en toda la temporada y no sucedía en el Bernabíéu desde hacía 11 partidos.