Por... JOSEF FEDERMAN
Una empresa israelí está ofreciendo una tecnología que permitiría a los usuarios usar sus telíéfonos celulares en otro país sin tener que pagar las cuantiosas tarifas conocidas como "roaming".
Con la tecnología de Cell Buddy, una persona con un telíéfono celular adscrito a un servidor podrá pasar al servidor local en otro país. Los viajeros podrán escoger entre varios planes locales para hacer llamadas, recibir llamadas o usar la internet, en una amplia gama de países.
Como resultado, sólo pagarán las tarifas locales y no las costosas tarifas que sus propias empresas cobran por el uso de "roaming".
Según el plan, un usuario podrá tener una tarjeta SIM de uso universal suministrada por Cell Buddy. Al llegar a su destino, los viajeros prenden su celular y abren la aplicación de Cell Buddy. La aplicación les permite hallar empresas telefónicas locales y comparar precios, velocidades y otras ofertas. Al viajero se le asigna un nuevo número de telíéfono pero puede usar que el usa habitualmente, pagando el mismo precio y usando la misma tarjeta SIM.
Una importante excepción, sin embargo, es que la tarjeta SIM de Cell Buddy funciona solamente con telíéfonos de contrato abierto, es decir, los viajeros que tienen contratos establecidos de dos años, como es usual en Estados Unidos, tendrían problemas para usarlo, pues ese tipo de telíéfono no acepta otras tarjetas SIM.
Además de ello, Verizon y Sprint usan el sistema CDMA, y algunos telíéfonos no funcionan con el sistema GSM.
El servicio de Cell Buddy elimina la necesidad de solicitar un plan de roaming con antelación, esperar en fila en el aeropuerto para comprar una tarjeta SIM local o tener que cambiar la tarjeta SIM uno mismo. Lo más importante, elimina la tarifa de roaming que se le cobra a la empresa nacional.
Las ganancias que se obtienen a raíz del roaming son cuantiosas. Avi Weiss, editor de la revista Telecom News, estima que el mercado de roaming a nivel mundial alcanza los 50.000 millones de dólares al año. Aunque hay compañías que empiezan a ofrecer maneras de evitar esos pagos, Weiss dice que son pocos los usuarios que están enterados de ello.
"Cuando regresan a sus países y reciben su factura de telíéfono, quedan asombrados", comentó.