Sin límite a la vista. Las nuevas medidas de estímulo anunciadas por el BCE han sido el nuevo revulsivo para prolongar el rally de la deuda soberana española, que ayer pulverizó nuevos ríécord y marcó un punto de inflexión, a pesar de que los grandes desafíos que aún afronta la economía española no lleguen a justificar las rentabilidades que se pagan en el mercado en comparación con otras economías, según comienzan a advertir algunos expertos. El rendimiento del bono a diez años marcó un nuevo mínimo histórico en el 2,58% pero el gran hito estuvo en la prima de riesgo, que cayó por debajo de los 121 puntos básicos, retrocediendo así a niveles de mayo de 2010. Justo el momento en que el Gobierno de Josíé Luis Rodríguez Zapatero anunció el primer recorte del gasto público con el que responder a la presión que empezaba a ceñirse sobre el conjunto de los países de la periferia europea y que ya había puesto a Grecia contra las cuerdas. Fue el comienzo de un pulso en el que se ha impuesto el compromiso con el equilibrio presupuestario y el cumplimiento de los objetivos de díéficit y tras el que España ha conseguido abaratar sus coste de financiación hasta niveles de normalidad.
Las nuevas medidas de estímulo del BCE, en especial la extensión de la financiación barata a los bancos hasta 2016 y las nuevas barras de liquidez condicionadas a la concesión de críédito (TLTRO), explican los nuevos descensos en el interíés de la deuda de española. España camina además de la mano del resto de países perifíéricos en su mejoría en los mercados. La deuda a diez años de Irlanda e Italia cayó ayer a nuevos mínimos históricos hasta el 2,41% y el 2,7%, respectivamente. La rentabilidad del bono portuguíés a una díécada descendió al 3,36%, su nivel más bajo desde junio de 2005. Incluso el bono griego (5,77%) cayó hasta mínimos desde principios de 2010. Es decir, a niveles previos a su primer rescate financiero de mayo de 2010.
Una prueba del buen momento de la deuda española es que el bono a diez años se situó ayer a la para que su homólogo estadounidense. Algo impensable hace unos meses y que no se corresponde con la brecha de calificación crediticia entre ambos países. El rating de España está entre siete y ocho escalones por debajo del de EE UU. La retirada de estímulos y la posible subida de tipos en este país frente a la política expansiva reciíén aprobada por el BCE justifican en buena medida esta situación, según los expertos.
Lo cierto es que, tras años de recortes, recesión económica y tensión en los mercados, la situación ha dado un giro radical. El 24 de julio de 2012, hace menos de dos años, la deuda española alcanzó máximos históricos en todos sus plazos tan solo un mes y medio despuíés de que el Gobierno pidiera un rescate de hasta 100.000 millones para su sistema financiero. La rentabilidad de la deuda a diez años subió al 7,62% y la del bono a dos años, que ayer cerró en el 0,5%, se disparó al 6,64%. Dos días despuíés de aquella jornada estival, en medio de la zozobra en los mercados, Mario Draghi, presidente del BCE, compareció para anunciar que haría todo lo necesario para proteger al euro y recalcó que sería suficiente. Desde entonces, la tensión se ha disipado.
Esta bonanza de la deuda española en el mercado secundario, desligada en parte de una economía que arrastra aún varias asignaturas pendientes, lleva a algunos expertos a hablar de sobrecompra de la deuda perifíérica. Gerard Vaquíé, responsable de renta fija del centro de inversiones de Deutsche Bank, considera que “hay demasiada euforia en el mercado y no se sustenta tanto movimiento en la renta fijaâ€.
El propio BCE alertó hace dos semanas del riesgo de una burbuja en el mercado de deuda pública. Aunque Draghi descartó que el banco central vaya a comprar bonos soberanos, las medidas aprobadas por el organismo pueden alimentar el rally de la deuda perifíérica porque garantiza un entorno de tipos de interíés bajos durante un periodo prolongado de tiempo. Además, al cobrar un 0,1% a los bancos por el dinero que guardan en el BCE, estos pueden decidir comprar deuda pública y, por último, el plazo de cuatro años de las nuevas TLTRO hará que las entidades tengan menos necesidad de vender deuda pública en busca de liquidez.
Pablo González, consejero delegado de Abaco Capital, cree que “el interíés del bono puede bajar un poco más, aunque es un tema de liquidez más que de fundamentales. El BCE inyectará una gran cantidad de liquidez y es esto lo que motiva las compras de deuda públicaâ€, explica. La prima de riesgo, añade, podría incluso bajar de los 100 puntos básicos antes de final de año.
España ha vuelto al crecimiento económico, pero este es aún díébil; el paro comienza a reducirse, aunque las tasas de desempleo siguen históricamente altas; la deuda se acerca al 100% del PIB... Por todo ello, MiguelArregui, de Analistas Financieros Internacionales (Afi) piensa que “los inversores dan poca importancia al hecho de que enEspaña todavía hace falta una consolidación fiscal importante y que las bases de la economía no son suficientemente sólidas. Creemos que eso tendrá que cotizar en los mercados en algún momentoâ€, dice.
“Los niveles actuales no están justificados y pensamos que se producirá una corrección cuando pase la marea del BCE, pero no sabemos cuándo. Sigue habiendo flujos compradoresâ€, añade Javier Casal, subdirector de deuda pública de Ahorro Corporación.
Por contra, Javier Guzmán, analista de Sociíétíé Gíéníérale, sí cree que la tendencia bajista actual puede seguir. “Puede haber correcciones, pero mientras el Gobierno siga tomando las medidas adecuadas seguimos viendo recorridoâ€, afirma. Javier Domínguez, socio director de Auriga, explica que no es sencillo establecer un suelo para el interíés de la deuda española.Cree que puede seguir bajando porque “el apetito por los bonos soberanos perifíéricos es exacerbado y los inversores apuestan por la convergencia entre los distintos países miembros de la UEâ€. Tambiíén recuerda que, en un contexto de tipos de interíés en su mínimo histórico del 0,15%, la deuda española sigue siendo una opción atractiva frente a otras alternativas.
Dos años del rescate a la banca
Dos años se cumplen hoy desde aquel histórico sábado 9 de junio de 2012 en que el ministro de Economía, Luis de Guindos, compareció ante la prensa para revelar que España pedía el rescate para la banca. "Es un príéstamo en condiciones favorables", defendió entonces Guindos, avanzando que esa línea de hasta 100.000 millones de euros que la UE ponía a disposición del país iba a "favorecer la recuperación de la economía española". La prima de riesgo había cerrado un día antes en los 489 puntos básicos, mientras que el Ibex se situaba en los 6.552 puntos. El agudizamiento de la crisis soberana continuó, sin embargo, hasta el siguiente 24 de julio cuando la prima marcó su máximo histórico en los 638 puntos básicos, haciendo temer un rescate país a la griega. El Ibex se desfondaba a los 5.956 puntos, su mínimo dede 2003.
Solo la promesa en defensa del euro (haríé lo que tenga que hacer y, críéanme, será suficiente, de Mario Draghi dos días despuíés comenzó a reconducir la situación. A partir de ahí, el cumplimiento de las promesas impuestas por el MoU, contribuyeron a cimentar la confianza en el saneamiento de la banca española y la economía en general. La asistencia financiera se dio por cerrada en enero y España acaba de anunciar que devolverá ya este año 1.300 millones de los 41.300 que necesitó.