El próximo lunes se activará el plan con el que el Banco Central Europeo hace su apuesta más ambiciosa desde que comenzó la crisis: un programa de compras de deuda por 60.000 millones de euros al mes. Será la fórmula con la que el BCE confía en devolver a la zona euro la estabilidad de precios y alejar el fantasma de la deflación, despuíés de que la tasa de inflación ya se colocara en negativo en diciembre, por primera vez desde 2009, y haya vuelto a hacerlo con más profundidad en enero, en el -0,6%.
¿Cómo se pondrán en marcha las compras?
El BCE ha diseñado el plan y será quien centralice la toma de decisiones, pero serán los respectivos bancos centrales de cada país del euro quienes realicen las compras. La cuantía será proporcional al peso de cada país en el capital del BCE. Así, si a España le corresponde un 12,6% en el accionariado del BCE, el volumen de compras de deuda soberana que deberá realizar el Banco de España ascenderá a 100.000 millones de euros.
¿Durante cuánto tiempo se extenderá el plan?
Las compras mensuales se prolongarán hasta septiembre de 2016, lo que sumará un total de 1,14 billones de euros. Aun así, el BCE se reserva la opción de prolongarlas si para entonces no se ha cumplido el objetivo por el que se ha decidido activar el plan: la estabilidad de precios. Es decir, que la tasa de inflación se acerque al 2%.
¿Cómo va a influir en el mercado el QE?
Su efecto será arrollador y ya se ha hecho notar con contundencia. El hecho de que vaya a haber un comprador fijo de deuda soberana ha disparado los precios de este activo, a la inversa de su rentabilidad. Así, la deuda de la periferia ha profundizado estos días en sus mínimos históricos, con el rendimiento del bono español en el 1,26%. Los inversores están adquiriendo por tanto deuda soberana con la certeza de que podrán vendíérsela a un precio superior al BCE, comprometido a adquirir elevadas cuantías al margen de cuál sea la rentabilidad que ofrece ese activo, incluso si es negativa. El caso de Alemania va a ser paradigmático, puesto que al Bundesbank le corresponderá adquirir deuda soberana alemana por un total de 293.000 millones de euros –de acuerdo a su peso en el capital del BCE–, mientras el 66% de su deuda pública ya cotiza con un rendimiento inferior a cero.
¿Quíé va a suceder entonces en el mercado de renta fija a partir del lunes?
El efecto de la avalancha de compras del BCE ya se ha descontado en parte pero va a continuar pesando con fuerza. De hecho, va a condicionar por completo el día a día, hasta el punto de que habrá una reñida competencia entre el BCE y los grandes inversores por adquirir deuda de la máxima calidad. Los expertos auguran que las rentabilidades seguirán cayendo, sin que se descarte que el rendimiento del bund alemán a diez años ronde el cero ni que el bono español caiga al 1%. Despuíés de todo, la demanda está asegurada.
¿Cómo influirá el QE en el conjunto del mercado?
La avalancha de compras de deuda del BCE va a crear un autíéntico efecto en cadena. Esa primera inyección de liquidez sobre la deuda soberana tendrá el efecto de ir desplanzando el apetito de los inversores hacia activos de mayor rentabilidad, y tambiíén mayor riesgo. Si el bund encamina su rentabilidad hacia cero, habrá flujos de inversión que inevitablemente se dirijan hacia otros activos más rentables, con especial foco en la deuda corporativa. De hecho, el anuncio del QE ha creado un caldo de cultivo óptimo no solo para las emisiones de los tesoros sino para las colocaciones de deuda privada. Grandes empresas como Gas Natural o Iberdrola han emitido deuda a un coste inferior al de la deuda soberana. Y nuevos emisores, como Canal de Isabel II, están llegando al mercado con una fuerte demanda por parte de los inversores.
¿Cuál será el efecto de las compras de deuda del BCE sobre la Bolsa?
El anuncio del plan de compras de deuda, aun sin ser una realidad todavía, ya ha provocado un verdadero rally en la Bolsa europea en el inicio de año. Milán, Fráncfort y París suman una ganancia en solo dos meses de más del 15%. Y el Dax y el Ftse cotizan en máximos históricos. Su avance es la prueba de cómo la inyección gigante de liquidez va a acentuar el apetito por el riesgo y, en concreto, por la renta variable. Más aún en un contexto de tipos de interíés en mínimos, casi cero.
¿Conseguirá el BCE su objetivo de estabilizar precios y reactivar la economía?
El efecto sobre el ámbito financiero es evidente y propiciará una rebaja adicional en el coste de financiación de gobiernos, bancos y grandes empresas. Pero esos beneficios deberán llegar tambiíén al particular y la pyme. La jugada del BCE es reforzar de entrada con sus compras la confianza de los consumidores, como palanca para impulsar los precios. El otro foco está en el críédito, que se reactivará en mayor medida si es eficaz otra de las medidas del BCE, la compra de bonos de titulización de la banca, verdadera vía para liberar de riesgo al sector
FRANCOIS LENOIR (REUTERS)