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Autor Tema: Los efectos fí­sicos de nuestras tensiones emopcionales  (Leído 525 veces)

Scientia

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Los efectos fí­sicos de nuestras tensiones emopcionales






Nuestro cuerpo reacciona a nuestros sentimientos, pensamientos y actuaciones, estableciíéndose por tanto una conexión profunda entre el estado del alma y el estado del cuerpo.

Cuántas veces hemos dicho u oí­do la expresión «me duele el alma», que utilizamos para expresar así­ que un determinado problema nos produce un pesar tan grande como un dolor en nuestra zona más interna y propia, el «alma». La relación entre el estado de ánimo y el alma es directa; de hecho, la palabra «alma» procede del vocablo latino «ánima».

Nuestro cuerpo reacciona a nuestros sentimientos, pensamientos y actuaciones, estableciíéndose por tanto una conexión profunda entre el estado del alma y el estado del cuerpo, de tal manera que nuestra mala salud emocional debilita incluso nuestro sistema inmune.

¿En quíé medida afectan las emociones a nuestro estado fí­sico? ¿Pueden nuestros órganos verse debilitados por nuestras tensiones emocionales no resueltas?

Así­ es. Del mismo modo que sentimos como se nos «rompe el corazón» si nuestra pareja nos deja o estamos en un momento de sensibilidad extrema, se nos debilitará el estómago cuando tengamos dudas, celos o miedo a «digerir» determinadas situaciones; nuestro hí­gado se verá afectado cuando nuestra emoción de ira, enfado o agresividad no sea solucionada, y el riñón se debilitará cuando no sepamos gestionar nuestros miedos o desesperanzas.

En ocasiones padecemos dolores corporales que aparentemente no tienen una causa externa que los explique. En estos casos, descifrar su origen pasa por revisar nuestros propios trastornos emocionales, como la tristeza, el estríés o la ansiedad. En este sentido, conviene recordar que la parte del cerebro que procesa los dolores emocionales, es la misma donde se registra el dolor fí­sico, de modo que manejar nuestra salud emocional redundará en la mejora de nuestro estado fí­sico.

Pero la relación entre cuerpo y alma va mucho más allá de la somatización de los problemas emocionales, ya que en realidad se trata de una correspondencia bidireccional: el alma influye en el estado del cuerpo y el estado del cuerpo influye en el tono del alma. Así­, el mal genio, el enfado y la agresividad «atacan» al hí­gado, pero si el hí­gado está energíéticamente sano propiciarí­a reacciones pacientes o calmadas. Del mismo modo, la ansiedad, la duda y los celos producen desequilibrios en el bazo y en el estómago, pero si íéstos estuvieran saludables energíéticamente favorecerí­an la simpatí­a, la inteligencia y la sabidurí­a. La histeria, la excitación y el nerviosismo afectan al corazón y al intestino delgado, por el contrario su buen estado nos proporcionarí­a «chispa» y alegrí­a. El miedo, la timidez, la falta de autoestima se relacionan con desequilibrios en riñón o vejiga. Su fortaleza nos encontrará con inspiración y confianza.

El desequilibrio del pulmón y del intestino grueso nos indicará una dificultad para comunicarnos, un miedo a compartir, a no soltar, que causará estreñimiento y nos hará inflexibles frente a los cambios de la vida.

Por eso sentimos opresión en el pecho cuando el orgullo lo esclaviza, nuestra presión sube cuando el miedo aprisiona, las rodillas duelen cuando el orgullo y la testarudez no se doblegan; el dolor de garganta se hace insoportable cuando no somos capaces de comunicarnos; el cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta; el estómago arde cuando las rabias no consiguen salir; las piernas nos flaquean cuando nos da miedo «recorrer» nuestra vida sin apoyos; las manos duelen cuando lo que damos y lo que recibimos no se iguala; la columna vertebral representa el apoyo de la vida, nuestros dolores de espalda son nuestras propias cargas emocionales…

El manejo de nuestras emociones y el conocimiento y la aceptación de nuestro yo más profundo ayudarán a mejorar nuestro tono general, no sólo emocional sino fí­sico. Muchos dolores no precisan fármacos, sino buenas dosis de autocomprensión y amor propio.

Existen tíécnicas que facilitan el desbloqueo de trastornos emocionales con implicaciones fí­sicas: la liberación emocional EFT, la bioenergíética y la terapia sacrocraneal integradas en un tratamiento fí­sico de masaje terapíéutico consiguen resultados fabulosos que nos ayudan a desprendernos de los dolores del cuerpo y del ama.

 Eva Marí­a López Fidalgo
Osteópata. Experta en Terapias Alternativas
Masajes y Salud Inshala