The Associated Press
Da la impresión de que a esta altura todo el mundo se opone a ellos: los contratos temporales que ofrecen pocos beneficios a los trabajadores y que parecen ser la norma en Polonia en estos días.
Hasta hace poco el rechazo venía de los sindicatos y de los partidos de oposición. Sin embargo, hasta el oficialismo promercado propone actualmente limitar su uso en medio de una ola de malestar popular que podría poner fin a ocho años de un mismo gobierno en las elecciones de octubre.
Polonia es el país de la Unión Europea con mayor número de trabajadores que tienen alguna forma de contrato temporal, el 28% de su fuerza laboral. Este tipo de vínculo representa una existencia precaria y acentúa las divisiones entre los que tienen y los que no en un país con un pasado comunista que, a no ser por esto, ha registrado un llamativo crecimiento económico.
Los "contratos basura", como se les dice, buscaban darle flexibilidad a los artistas y otras profesiones en las que una persona tiene varios empleadores. Carecen de muchas de las garantías de los contratos normales, como vacaciones pagas, aportes del empleador a los sistemas de salud y de jubilación y protecciones a los despidos sin aviso.
"La gente sufre la inseguridad del mercado laboral", comentó Dominik Owczarek, analista del Instituto de Asuntos Públicos de Varsovia. "En todos lados hay gente joven con contratos temporales, con sueldos bajos y mucha incertidumbre, pero en Polonia representan un porcentaje importante de la sociedad".
La frustración de la gente con esos contratos o que siente que no se ha beneficiado del milagro económico polaco ha pasado a ser un componente importante de la agenda política y es vista como una de las principales razones de la sorpresiva victoria electoral del nacionalista Andrzej Duda, del Partido Ley y Justicia, que no ve con buenos ojos la eurozona, en las elecciones presidenciales de mayo, en las que superó al presidente actual de la Plataforma Cívica.
"Plataforma Cívica no nos ha ayudado", afirmó Michal Nowocien, de 22 años, quien trabajaba en una fábrica de chocolate con un contrato temporal, que renovaba mensualmente y no le ofrecía vacaciones pagas. Nowocien Votó por Duda.
Ahora está empleado como soldador, tambiíén con un contrato temporal, en su ciudad natal de Pionki, de 20.000 habitantes y cuyos sueldos bajos y pocas perspectivas laborales ha hecho que muchos acepten puestos de trabajo inseguros o se vayan a Europa Occidental.
La presidencia es un cargo mayormente simbólico. Pero en octubre habrá una votación parlamentaria más importante y las encuestas indican que Plataforma Cívica, que gobierna el país desde hace ocho años, podría sufrir otra derrota. Ley y Justicia le ha sacado ventaja con la promesa de ayudar a los pobres a partir de una mayor intervención del estado en la economía.
Una nueva victoria de Ley y Justicia representaría un fuerte giro político en Polonia, la sexta economía más grande de la UE. El partido plantea subir los impuestos a los bancos, que son propiedad de empresas extranjeras en su mayoría, y a las grandes tiendas.
Estadísticas del gobierno indican que aproximadamente 1,4 millones de personas tienen contratos temporales con pocos beneficios, comparado con el medio millón que había hace cinco años. Cifras de la UE, por otro lado, revelan que el porcentaje de personas con contratos temporales en Polonia es el más alto entre los 27 miembros del bloque. El año pasado abarcó al 28% de los trabajadores.
"Yo tengo uno de esos contratos y me encanta", sostuvo Radek Ciszewski, consultor que aprecia la flexibilidad de los contratos temporales. Pero hay quienes dicen que mediante esos contratos se abusa de los trabajadores. A menudo personas que trabajan a tiempo completo desde hace años son obligadas a renovar sus contratos mensualmente.
Estos trabajadores sin contrato fijo rara vez consiguen hipotecas y viven con una inseguridad que impide que muchos comiencen familias. Esto, a su vez, amenaza con agravar la bomba de tiempo demográfica de Polonia, que tiene una de las tasas de nacimiento más baja de Europa con 1,3 bebíés por persona. Una nueva legislación que entrará en vigor el año que viene limitará el uso de estos contratos y la primera ministra Ewa Kopacz ha dicho que los restringirá más todavía en el futuro.
A pesar de las promesas del gobierno, no obstante, una auditoría estatal reveló hay ministerios en los que casi la mitad de los empleados tienen "contratos basura". El que más tiene, el Ministerio de Cultura, se justifica diciendo que necesita los conocimientos de consultores de afuera.
Hasta el principal diario del país, la Gazeta Wyborcza, que desempeñó un importante papel en la transición hacia una economía de mercado tras la debacle del comunismo, dice que los contratos basura representan una forma de capitalismo desregulada que ha llegado demasiado lejos. El diario inició una campaña en contra de esos contratos el 20 de julio, diciendo que "están demoliendo nuestro mercado laboral".
"Durante la transformación esta flexibilidad nos ayudó a atraer inversionistas y a combatir el alto desempleo", dijo la Gazeta Wyborcza. "Al mismo tiempo, nos ha traído terribles consecuencias sociales".